A usted me dirijo, señor
Fabra. Y puedo hacerlo por tres razones; por el artículo 20 de la Constitución
Española, por el
artículo 19 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y porque usted, además de ser el presidente
de la autonomía donde purgo mis pecados, es mi empleado, que buenos euros me
cuesta. Espero que, a pesar de mi
condición de bárbaro del sur (alicantino a mucha honra) comprenda el galimatías
que le voy a escribir. No creo que le cueste mucho porque, aunque no se lo
crea, sé escribir algunas cosas sin faltas, y mi lenguaje de aldeano lo
entiende un niño de teta, de veras. Otro cantar es que le dé a usted la vena y
se entretenga leyendo lo que este modesto vasallo le expone, cosa que dudo, que
lo que viene de Alicante como que se la repampinfla (queda feo decir que se la
suda, no es cortés, no…). Pero bueno, que no se diga que uno no le pone empeño.
Verá, le cuento. Soy
consciente de que gobernar, o intentar gobernar, una comunidad autónoma como la
valenciana, agonizante económica y socialmente, debe ser tarea, como poco, complicada.
Pero este hecho no le legitima a usted para insultarme, así que deje de hacerlo,
no me tome por tonto que no lo soy, se lo garantizo.
También considero un marrón
de tres pares de narices el tener que sentarse en las Cortes valencianas con el
cuello tieso como el palo de una fregona y un collarín ortopédico que le impida
darse la vuelta y contemplar con horror el personal que le rodea; un imputado
por aquí, una imputada por allá, un pasito pa´lante María, un pasito pa´tras. Tremendo
panorama. Pero esto tampoco le habilita a usted para tomarme el pelo.
Es cierto que todo lo que se
está diciendo sobre las formas y maneras en las que varios de sus ilustres
diputados autonómicos se hacen ricos mientras nosotros empobrecemos no es plato
que guste a cualquier paladar, pero qué quiere que le diga, depure el corral,
que en sus manos está el hacerlo. Yo, por mi parte, lo que no le consiento es
que me diga idiota a la cara sin reaccionar. Ni usted es el capataz de la
plantación ni yo un esclavo mandinga.
Así que hágase un favor,
hágame un favor. Antes de seguir riéndose de la plebe pagadora, piénseselo un
poco y tómenos en serio, que ya le vale, señor Fabra. Valorar toda la mierda
(porque mierda es) que el ventilador Bárcenas le escupe a la cara con un "Estamos
en un proceso donde un señor que tenía una fortuna en el extranjero se le está
investigando" sin que la vergüenza le transforme en Gollum sólo está al
alcance de alguien que piensa que los ciudadanos somos imbéciles. Y le juro por
mis muelas que éste que suscribe no lo es.
Es por ello, y termino que
el charco es profundo, que le ruego que no vuelva usted a tomarme por tonto,
porque en justa correspondencia le contestaré. Le pago lo suficiente como para
que la verdad domine su discurso y ya me he hartado de tragar insultos y
sandeces. Diga usted una verdad, sólo una, pruebe y se asombrará de lo fácil que resulta.
Bueno, ya está bien por hoy.
Sin más que añadir, de momento, me despido de usted desde esta pedanía llamada
Alicante, quedando a su disposición para debatir lo que quiera, hombre. Eso sí,
con una sola condición: que no me tome más por gilipollas.
Saludos.
Como siempre tus artículos, geniales, no me pierdo ninguno.
ResponderEliminarMe gustaría mandarte algunos de los trabajos que hemos hecho en Convivencia Cívica Catalana. El último sobre las escuelas adoctrinadoras, con banderas esteladas por todas las paredes. Y el anterior, sobre las cuentas de la Generalitat, muy bien documentado,nada nos han podido rebatir, han tenido que tragar.
Un abrazo Raquel Casviner Cañellas Tesorera de CCC
Muchas gracias, Raquel. Claro que me gustaría que me enviaras los trabajos, a ver si les puedo sacar punta y colgarlos en los digitales en los que colaboro y en algún que otro periódico que, de vez en cuando, me da cancha. ¿Cómo lo hacemos? ¿Te busco en facebook y te envío un mensaje con un correo electrónico? Tú me cuentas. Un abrazo.
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