miércoles, 20 de marzo de 2013

Esteban, recalifícame la Albufera


Como soy un enfermo, me imagino la supuesta conversación entre el hipotecado empalmado Undargarín y González Pons, y me meo todo. Incontinente mental que es uno. Digna de ser grabada con un micro camuflado en un florero de diseño o, si no alcanza el presupuesto, con un walkie de la Barbie dentro de una freidora, aunque se confundan las palabras con el chup chup de los calamares. Qué pena, mare, qué pena.
“Esteban, recalifícame la Albufera, que te levanto ahí unos adosados y después, como quien no quiere la cosa, un campo de golf o un puerto deportivo. Venga, hombre, no seas tonto. Si total,  son cuatro charcos de nada, llenos de mosquitos de palmo y que están para mí ahí, llevan siglos esperándome… ¿No? Piénsatelo bien, que ya sabes que soy el yerno alto, guapo, rubio y deportista, el preferido, un máquina... ¿Otra vez no? Pues mira lo que te digo, no te voy a insistir. Ni para ti ni para mí. Organizamos los juegos de verano, aunque sea de coña, y me olvido del tema. Me marcho con la murga a otro lado, que me han dicho que igual me consiguen el Museo del Prado para montar un videoclub. Y si no me sale el negocio, me agencio El Escorial, meto los restos de la familia política en una fosa común y una vez despejado lo transformo en un spa de cojón de mico. Y como la cosa funcione, muevo los hilos y me dejan Cabrera para que me construya una villa meona para las vacaciones. Como es un parque natural protegido, pues no vive ni Dios allí y me podría pasar todo el día en pelotas, un flipe. Ya sabes, es bueno estar cerca de los suegros pero no tan juntos, que uno pierde su intimidad y tal y tal.”
Y a todo este relato de ficción, sólo añadir: Joer, y que este tío no esté todavía en el trullo. Así nos va.

martes, 19 de marzo de 2013

Corinna, víctima del copago


Ya es definitivo, no tiene vuelta atrás. De nuevo cae la guillotina, el sistema se ceba en los más necesitados. En concreto, en una pequeña criatura, desvalida e indefensa ciudadana de Corruptolandia, este país temático que empieza en el estrecho del llanito y termina en los Pirineos. Hay que ponerle coto a esta tiranía, no sé dónde vamos a llegar, Manolita. Qué será, será lo que quieren de nosotros.
Inocente comisionista, Corinna Zu Oriol Pujol Undargarín Sayn-Wittgenstein Bárcenas (Coripuyi para sus amigos) no podrá llevarse al colegio el condumio diario en un tupé guarro, tupperware para los de la EGB. Y todo porque su escuela es gallega y por allí los que velan por la salud y el bienestar de los estudiantes no se fían de lo que estos descerebrados pueden introducir en sus fiambreras. Mejor que aflojen la pasta con el copago de los comedores, medida progresista donde las pueda haber, válgame Santiago apóstol.
Nunca se había visto tan brutal injusticia, tanta falta de consideración. Los desalmados gobernantes no se dan cuenta de que a Coripuyi no le alcanza entre comisiones, iteuves y sobres para sufragarse el papeo. Ni su papá Jordi ni su tito Juancar dan crédito (Bankiarota tampoco). Pero es lo que hay, ¿no?
La consejería de Educación de la Xunta de Galicia no se considera capaz de garantizar el análisis, la trazabilidad y el principio de cautela (ahí es nada, me lo expliquen, por favor) sobre las comidas elaboradas en el hogar y debe vigilar para que lo que se consuma en los centros escolares sea salubre y nutritivo. Vamos, Coripuyi, que la mierda con la que te alimentas en casa ni se te ocurra traértela al cole. Lacón de primera con grelos talla Nacho Vidal, lo que no sea eso no pasa del zaguán. Así que, dónde vas Coripuyi con esa tortillita y esos macarrones, que en tu casa a los mil euros sí que llegáis, que no estáis como el Undar, que ni cera para los esquíes puede ya comprar…
Fuera de coñas. Disculpad el desvarío, pero es lo que tiene leer y mezclar las noticias cuando el que las lee y las mezcla está harto de aguantar tanta basura. Y es que veréis, entre lo de la Corinna, el hijísimo Oriol, el yernísimo Iñaki, el cabronísimo Bárcenas, el rescate chipriota (experimento ideado para ver hasta dónde se puede estrujar a los paganos de un Estado) y demás tropelías me he encontrado con lo de los comedores gallegos. Y ante esto no he tenido más remedio que ciscarme en la que los parió a todos, juntos o por separado. Vosotros me entendéis.

viernes, 15 de marzo de 2013

Me sobra mucho mes al final del sueldo


Me mandan un correo electrónico con una fotografía. Un pedazo de cartón, adosado a una farola con cinta adhesiva transparente, exhibe un mensaje lapidario. Me sobra mucho mes al final del sueldo. Una joya de la literatura, para guardar en la memoria y no olvidar jamás, que el que desprecia su historia está condenado a repetirla.
Parto de la base de que el redactor debe ser uno de los afortunados que goza del privilegio de poseer una nómina, hoy en día cosa más difícil que encontrarse por la calle un mechón de la crin de un unicornio blanco. Y que dicho honor y regalía no le permite más que subsistir hasta que su caja se vacía, posiblemente al día siguiente del ingreso. Suerte la suya, que muchos son los que disponen con libertad de todo el mes.
Ahora bien. Yo le recomendaría al ciudadano amigo que anduviese ojo avizor, que tal y como están los sátrapas de desquiciados igual mandan dos peritos caligráficos, le localizan y le meten una tranca de dimensiones bíblicas. Porque bien es sabido que la patulea gobernante, enterada de la fechoría, tendería a considerar, en línea con su mermada capacidad y dilapidado conocimiento, que no le debe de ir tan mal al anónimo escritor cuando ha sido capaz de hacerse con cartón y un rotulador para escribir esa ofensa al sistema, un despilfarro de la leche. Y sin faltas de ortografía, lo que indica que algo ha estudiado.
Aprovecho pues esta tribuna para aconsejarle que se esconda y/o cambie de identidad, que Sauron Montoro está a la que cae, el ojo tuerto que todo lo ve (cuando le interesa) anda pletórico y le puede mandar un ejército de orcos disfrazados de inspectores para calzárselo bien calzado. ¿Y cuál sería un buen sitio donde desaparecer un tiempo sin ser descubierto? Hay uno cojonudo, el Palacio de los Borja (o Borgia), sede de las Cortes Valencianas. Por allí no para ni Dios. Están siempre de vacaciones. Y si no, fíjate tú, ahora se van a pillar 18 días por la semana Santa. Y eso que vienen de disfrutar de 53 días correspondientes a la Navidad. La banda está reventada de tanto trabajar.
Pues lo dicho, compañero. Si lees esta parida, huye, desaparece, cógete el saco de dormir, plántate en Valencia, cuélate en un descuido en el Palacio, que ahora están en Fallas y habrán bajado la guardia, monta la tienda de campaña y te esperas paciente a que pase la tormenta. Y no te preocupes, que Montoro por ahí no mira nunca, el jodido…Mejor nos reímos, ¿no?

lunes, 11 de marzo de 2013

Estoy atragantado


Soy de buen yantar. O por lo menos, lo era, que todo me sentaba bien. Carnívoro por devoción y afición, aún pienso que podría presentarme al programa ése de “Los increíbles” para papearme, sólo o en compañía de mi cuñado, un cordero chuleteado de un tirón. Y dos huevos duros. O unos cochinillos bien pesados, a lo segoviano. Y dos huevos duros. O un capazo de longanizas y morcillas. Y dos huevos duros. O media ternera, que con ella podría si me la sirven vuelta y vuelta. Y dos huevos duros. Dos huevos bien duros.
Pero va a ser que no. Ahora, con más años y menos pelo, el cuerpo se me rebela, la sangre la tengo espesa, para hacerla con cebolla, y ya no digiero las cosas como antes. Ni tan siquiera los huevos duros. Qué le voy a hacer, la edad no perdona, y los abusos se pagan. Y de qué manera. Vivo en un continuo empacho, el hartazgo me domina, regurgito hasta la sopa de letras, que tengo la R atravesada en la garganta, la P clavada en la campanilla y la C naufragada en un empaste desde el caldito del sábado…Burp…Ahí están otra vez, ya asoman… Nada, ni con pan…
Al habla con el médico del seguro, éste me dice que, descartada una hernia de hiato, todo me viene por la crisis. Y dos huevos duros. Y algo tendrá que ver, que bien cierto es que estoy más pelado que el culo de un mandril, que el cordero lo veo en fotos y el único chuletón que conozco es el engendro ése del Bárcenas. Pero, entre nosotros, ¿qué tendrá que ver la crisis con esta indigestión perenne que me priva de los placeres de la carne? Es más. ¿Por qué se me atragantan la R, la P y la C especialmente?
Me derivan a psiquiatría. Reclínate en el diván…Espérate, que cambio el papel…Ahora, túmbate, Tomás…Mira fijamente el reloj, cómo oscila, los párpados te pesan, tu cuerpo se relaja, tienes sueño, se te cierran los ojos…Cuando cuente tres volverás al pasado, y encontraré el origen de tu mal. Confía en mí…Y dos huevos duros. Ni por esas…
Ahora caigo. He hecho un gasto inútil a la Inseguridad Social. Ya sé lo que me pasa, ya conozco la génesis de mi mal. La R de Rubalcaba y de Rajoy, la P de PSOE y PP, la C de Corrupción. Me pegan seis patadas en el hígado y me duele menos. Estoy hasta los huevos duros de tener que soportar al uno y al otro, a los cerriles de uno y del otro y, sobre todo, de tragarme por decreto a los que se han encargado de corromper el sistema, corruptos del carajo que gustoso pasaría por la quilla. Me sobran todos, me han robado incluso el apetito.

jueves, 7 de marzo de 2013

Floriano y la libertad de información


Floriano, Floriano, que te equivocas, que España es, supuestamente, un estado democrático y de derecho, y no el jardín de tu casa. Quiero pensar que has tenido un desliz, que has hablado sin meditar tus palabras (cosa bastante habitual en ti y en tu entorno, mira tú el diferido de Cospedal). Pero verás, te cuento, que parece que hay que aclararte algún concepto. El número tres del partido político que gobierna, siempre que la Merkel lo autorice, no puede permitirse el lujazo de decir que el derecho a la información debe tener sus límites. Expresarse en estos términos sólo puede significar tener el cerebro en usufructo, ser un inconsciente de marca mayor o, ni más ni menos, una plena exhibición de unas aviesas intenciones que, no me negarás, desprenden un tufillo fascista que acojona.
Permíteme que te diga, no me mandes a galeras por escribir lo que siento. No saques a pasear el uniforme de la Gestapo, que no quiero acabar en las mazmorras del castillo. Con cariño, Floriano, hijo mío. ¿Eres consciente de la barbaridad que has vomitado? ¿Quieres imponer la censura? ¿Quieres impedir que los españoles que te pagan el sueldo conozcan lo que hacéis y deshacéis? ¿Quieres establecer un estado policial y restrictivo? ¿Quieres controlar la comunicación y anular la libertad de expresión? ¿Quieres, en definitiva, pasarte por el forro la legalidad y así actuar a tus anchas sin que nadie te pueda parar los pies?
Floriano. No es que te hayas columpiado. Es que te has caído del columpio y te has roto los piños. Y si, como huele, has dejado tamaña y peligrosa perla porque se está escarbando en la caja negra de tu partido, decirte lo mismo que le dicen a mi mujer y cinco millones y pico más cuando van a buscar trabajo. Ajo y agua.
Pero tú, Floriano, ¡oh Floriano! No debes dudar. La verdad te hará libre. Y si ésta te deja en la rúe, no has de preocuparte, eres uno de los elegidos. Pase lo que pase, cuando abandones la poltrona, si no te colocan en Telefónica, en Corea del Norte hay un sitio para ti, a la derecha del dictador. Eso sí, siempre que no llegases a  Pionyang medio embarazado, que por allí no estaría bien visto, ya sabes como son.
Madre mía, qué burrada.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Vendiendo disfraces de Batman


Me cuenta un amigo que, como buen emprendedor que es, ya sabe qué hacer con los cuatro euros que le han dado tras ponerle en la puñetera calle por esas cosas de los despidos y tal. Dice que va a montar una empresa, ole sus huevos (de pascua). ¿Y de qué, criatura?, le he preguntado.
“Pues de qué va a ser. Corte, confección y venta al por mayor y minorista.” Y yo le he replicado: “Si tú no has visto un dedal que no fuera de licor de hierbas en tu vida.” Y él argumenta que eso no importa, que ha bajado un arcángel y le ha dicho que, como no haga algo, en seis meses le coge una media a la mujer, se la encasqueta, pinta una banana de negro y se pone a atracar bancos. “Fíjate tú, con lo delicado que está el tema, que igual entras en uno para llevarte el dinero y entre el de la caja y el interventor te despluman en un santiamén”. Vista su decisión le he inquirido: “Pues tú me dirás que revelación divina has tenido para atreverte a jugarte la miseria que te ha quedado después de quince años de curro.” Y ahí va el razonamiento.
“Mira, Tomás. Te cuento .La idea me la ha dado el repartidor de comida ése que, ataviado con un disfraz de Batman, ha entregado en Inglaterra a uno en una comisaría. Joder, me he dicho. Aquí hay un negocio de la leche. Cuatro máquinas de coser, mi mujer, mi madre, mi suegra y mi hijo, el ingeniero, ahí, al tajo, cortando tela, poniendo el relleno, puntada por aquí y por allá y en tres días tengo yo disfraces de superhéroes para vender que no se me acaban, oye. Que con la cantidad de chorizos que hay en esta España de coña, ya verás tú como más de uno se anima, se planta en algún ayuntamiento, diputación, empresa adlátere, fundación y quién dice que no, parlamento, agarra del mocho algún pajarraco de los que anidan por allá y se lo lleva a rastras hasta el cuartel que toque. Te lo digo en serio…”
Le miro y me sonrío. Y no porque me parezca una barbaridad lo que plantea, no. La desesperación no está reñida ni con la imaginación ni con el sentido del humor. Lo que me pasa es que, como ciudadano de Corruptolandia, versión hispana de Gotham,  y harto de aguantar la patulea que nos dirige, estoy por encargarle uno y ponerme manos al pescuezo, que se me ocurren muchos candidatos que capturar…No sé…Un atuendo de Hulk, por ejemplo, que la mala leche la tengo de serie y con el relleno disimulo la fanega.  Lo que ocurre es que, metido en harina, el empapelado sería yo. Pero, al menos, me echaría unas risas. Cago en tal.

lunes, 4 de marzo de 2013

Claro-oscuro nacional.


Empieza la semana con una exposición de contrastes, una clase magistral para combinar colores. Y pintan bastos, que en la batalla por la luminosidad, en el claro-oscuro, el blanco, la pureza, está de un mugriento que tumba de espaldas, mientras que un tono negro macilento cubre hediondo el diario acontecer. Y no busquéis, no, que ni el verde esperanza brota ni el rojo pasión se rebota  para contrarrestar el liderazgo de lo oscuro. Estamos jeringados, que es lo mismo que decir que estamos jodidos pero de una forma más cortés, que se note que uno ha estudiado.

El rincón de la pureza se ensombrece entre sollozos. El paro, el oficial, el que publica el Ministerio de Desempleo (que no de Empleo), ese dato despiadado que recoge a los españoles que escarban reclamando el necesario derecho a trabajar, ha despuntado hasta superar los cinco millones. Hambre, miseria y desesperación, un callejón del que este Gobierno no sabe salir. Y que no vendan milongas, que se han equivocado de receta, que ya lo decía el inglés aquel del puro y el perro, un tal Churchill, que digo yo que algo sabría del terma. Intentar salir de la crisis a base de impuestos y de estrujar a la población, es como si un hombre se mete en un cubo de basura e intenta levantarlo en el aire tirando de las asas hacia arriba. Hay que ser muy tonto, ¿no?

Ahora el turno de los colores de la vergüenza y la descomposición. No son dos pinceladas aplicadas con brocha de pelo de Marta Siberiana, no. Son dos mochazos despatarrados con la escoba con la que te sacuden en el tren de la bruja. El primero, los tres millones de euros que se pulieron la Infanta y el ex duque empalmado en la reforma de su cabaña de Pedralbes. De todo hay, hasta 22.000 euros de nada para mobiliario del baño, que digo yo que el retrete será como el que tenía ese rumano tan simpático, el Ceaucescu. Bien le iban las cosas al rubio por aquella época, que le entraban los billetes a espuertas. Y bien que disimulaba el puñetero, que su mujer, la Infanta, no se enteraba de nada, la pobre. Una víctima más del maloso de su marido (ahora vas, Tomás, y te chupas el dedo). Pero lo que de verdad me amarga el paladar es oírles llorar porque no pueden pagar los plazos de la hipoteca. Pues qué vendan los grifos del bidé, que aún sobraría para esquís.

El segundo borrón, un buen capazo de detritos del sistema. Éste afecta a la peinetera consorte, la mujer del impresentable de Bárcenas. Rosalía Iglesias, que así se llama la del abrigo de pieles, movió por aquí y por allá más de 600.000 euros entre ingresos en efectivo y cheques. ¿Y el dinero de dónde salía, de dónde? Pues de donde cagó el conde donante y sus primos de Gürtel, todo muy supuesto. Partiendo y repartiendo, la mayor parte en mi bolsillo la voy metiendo. Y envío a la parienta para que lo pasee, que huele a cerrado. Y eso que en esta historia de terror no se cuentan los 500.000 euros en billetes de 500 que la acosada Rosalía ingresó en una cuenta de Cajamadrid. Una calderilla que, para Anticorrupción, merece investigación al margen.

Pues lo dicho, que me enrollo mucho. Lo de los contrastes. Millones de españoles sufriendo mientras unos cuantos se descojonan. Un frenesí para morirse. O matar. Va en gustos.