miércoles, 29 de septiembre de 2010

Se acabó la función

Aunque no se trata de una competición es inevitable lucubrar sobre quién ha vencido con claridad el pulso del 29 de septiembre. Ante unos sindicatos que han estado cocinando una huelga durante meses, que han vendido distintos motivos para justificar la convocatoria, que han saltado de culpable en culpable en un baile de teatrillo barato, ante todo esto y mucho más, el deseo de la gente por trabajar, por ejercer con libertad la opción de no sumarse a la huelga ha pasado por encima como un ciclón, sobreponiéndose a trabas y coacciones sindicales dirigidas por liberados ansiosos de dar razón a su existencia.

Quedarán para recuerdo las arengas revolucionarias, trasnochadas proclamas incendiarias propias de aquellos que no saben cómo cubrirse las espaldas y tapar su vergonzoso comportamiento durante los últimos años. Cándido Méndez oficiando de Pilatos, lavándose las manos ante la posible acción de algunos descerebrados. Ese grito fascista de “por las buenas, por las buenas o por las malas”. La carta a los trabajadores de los aeropuertos recomendándoles por su seguridad secundar la huelga. Las amenazas e insultos a los que han optado con libertad por el trabajo. La presión en los transportes para obligar a los usuarios a faltar a sus responsabilidades. Los grupos agresivos en los grandes mercados. Vamos, lo típico de un comportamiento ”democrático”.

Nada de lo que han hecho para convencer de la huelga les ha servido, ni lo legal ni lo ilegal. ¿Por qué? Porque ya no se confía en unos sindicatos pasivos y cómplices del gobierno; porque nadie quiere desprenderse de una parte de su sueldo para que los dirigentes sindicales se justifiquen; porque las huelgas generales se hacen en el momento oportuno, no a toro pasado, cuando la ley ya no tiene marcha atrás; porque el trabajador está harto de liberados; porque la huelga no sirve para nada, no va a aportar ninguna solución; porque esta huelga apesta a paripé entre amigos, entre estafadores de voluntades que se han montado una opereta barata con la que contentar a la plebe inculta; porque el español lo que desea es trabajar y hay cinco millones que el día 29 paran, y el 30, y el 1, y el 2, y todos los días ya que no tienen trabajo que defender; y porque muchos españoles están hartos ya de vividores e ineptos que no ofrecen pero que sí que se lo llevan calentito.

No sé lo que pensarán ustedes, cómo se sentirán. Yo estoy contento: la lógica, la razón, la libertad para defender el derecho a trabajar, prevalente sobre el de la huelga por mucho que diga el compañero Martínez de la UGT, se ha impuesto a esta falsedad inventada por personas sin dignidad que están arruinando el país. Es como decirle a Zapatero, Méndez y Fernández Toxo que les hemos visto el plumero, y que sólo con intimidación y atacando el transporte han conseguido que esto se parezca a un ejercicio sindical. Dirán que han vencido, que son los grandes representantes de los derechos de padres, hijos y espíritu santo. Pero serán cuentos, fábulas malas de malos escritores. Al cadáver político se le han unido definitivamente dos cadáveres sindicales.

martes, 28 de septiembre de 2010

De piquetes

Veamos qué significa piquete informativo. Se define como tal a un grupo de personas que dentro de una huelga intenta convencer al resto de que la secunde. Para ello utiliza medios legítimos que garanticen el derecho a la huelga de los trabajadores: informan, aconsejan y si pueden convencen. Hasta aquí todo correcto y deseable, el respeto a las libertades individuales por encima de cualquier otra cosa.

El código penal recoge las penas que se impondrán a aquéllos que coaccionan a otras personas utilizando fuerza en las cosas. No hace falta intimidación o violencia para ser delito, y se considera punible la tentativa. Así nuestra legislación protege el derecho a no hacer huelga, la libertad personal. Bueno es tener esto en cuenta en previsión de posibles comportamientos, y mejor sería que los sindicatos aleccionaran a algunos de sus elementos que no saben distinguir la opinión de la obligación.

La gente anda muy quemada con todo lo que suene a política y sindicatos, se han radicalizado posturas y avivado odios. Tropezones habrá de los que sacan llamas, seguro. Choques que pueden derivar en otras cosas que nada tienen que ver con la democracia. Por lo tanto, sería conveniente mantener el respeto necesario y demostrarnos a nosotros, como pueblo, que no somos unos salvajes, que nos merecemos los derechos que reclamamos.

Se trata de una jornada de huelga general, secundada por muchos, pero rechazada por otros tantos. No hay que forzar las situaciones, hay sentimientos opuestos y razones distintas totalmente válidas y que nacen del disfrute de la libertad. Negar que alguien piense diferente equivale a fascismo. El que quiera ejercer su derecho a la huelga, que lo haga. El que quiera ejercer su derecho a trabajar que lo haga. Y el que se salga de la línea, que pague después por ello. Esto sería lo justo. Ya veremos.

La generación pre-parados

Estamos ante una generación integrada por jóvenes con una amplia formación académica, con estudios universitarios la mayoría, que una vez terminados sus estudios se tropiezan de frente con un mercado laboral injusto, que no tiene más que basura que ofrecer y que paga basura por el trabajo.

Se comienza sin contrato, cobrando en negro miserias y compañía: con la excusa de la necesidad de adquirir experiencia, se explotan conocimientos e iniciativas, se exprime al máximo el empuje del joven que desea demostrar su valía para hacerse un hueco y se maneja caprichosamente la ilusión de aquél que es capaz de aceptar cualquier cosa con tal de empezar a obtener rendimientos a tantos años de esfuerzo y sacrificio. Después, el supuestamente afortunado que desea continuar tiene que tragar, en muchas ocasiones, con hacerse autónomo para poder ejercer su profesión: una situación ficticia que arrebata parte del salario y que por su condición no protege la mayor parte de los derechos de los que todo trabajador debería gozar. Los acuerdos y convenios no existen para ellos.

Se unen la precariedad, los malos salarios y la ausencia de derechos con las ganas y la necesidad del recién titulado de arrancar su vida laboral y tenemos un cóctel del que sólo salen parados, vocaciones perdidas, buenos profesionales desmotivados que aceptan lo que sea por sobrevivir.

El mayor activo de una sociedad es la fuerza y la capacidad su juventud, la preparación de aquéllos que han luchado durante años por profesionalizarse. Y el sistema no les valora, no les acoge, ignorante estúpido que no se da cuenta de que sin ellos no hay futuro. En vez de potenciar su crecimiento y maximizar con racionalidad y justicia sus cualidades, les está aplastando y oprimiendo. Ellos lo permiten, pues creen no tener otro remedio y nosotros, temerosos ante su poder, colaboramos en su destrucción. Es imprescindible un cambio en las actitudes, una legislación que garantice calidad y dignidad para los que vienen detrás empujando. Otra cosa es un suicidio económico.

Después el adiós

Cambiemos de tercio: símil taurino inoportuno hoy en día, con los toros contra la barrera, pero es lo que me pide el cuerpo. Pañuelo blanco desde presidencia, y liquidar la movida sindical. Pasemos de banderillas a lidiar el morlaco. Deseo, necesito saber qué va a ocurrir el día después del 29, si de verdad el lío va a servir para algo positivo o va a acontecer lo de siempre. El clamor entra por un lado, abrumador, el sordo de turno lo convierte en un murmullo y sale por el otro transformado en un simple susurro. No merece la situación este final.

La huelga la seguirá voluntariamente más o menos gente, obligadamente otros cuantos (por temor, intimidación, ausencia de medios de transporte, siliconas varias, etc.), y se inhibirán de ella también bastantes, pero la conclusión es común en casi todos , exceptuando socios y compinches: el presidente del Gobierno debe, tiene la obligación de dimitir, renunciar, marcharse o desaparecer a la francesa, sin decir adiós, que ni falta hace. El caso es que después de una movilización en la que hay que tener muy claro que muchos no participarán, más que nada por las formas, oportunidad y oportunismo de convocantes y convocatoria y no por no compartir el rechazo a la reforma laboral, un político con un punto mínimo de dignidad y cordura sabría leer el mensaje. Pero, no me equivoco seguro, ni Pavía a caballo le saca de Moncloa. Por cierto, hablando de soldados, o es sólo un rumor malintencionado o hay un suave y discreto ruido de sables. Los militares llevan mucho tiempo tranquilos, gracias a Dios. Aunque ahora parece que alguno que otro piensa en voz alta.

Muerto el perro...

Pocas palabras bastan. Tan sencillo como cambiar el lema de la huelga, variar un poco el mensaje, y el país se paraliza seguro: hasta los cristos y las vírgenes de las iglesias se unirían a la movilización. En vez de ir contra la reforma laboral, los recortes sociales, el atraco a las pensiones y los sueldos de los funcionarios o el retroceso en materia social, si todo se encauzara a solicitar, demandar, exigir incluso, la dimisión en bloque del Gobierno, con el talentoso al frente, España se detendría en seco y saldría a la calle para gritarle al sordo que nos gobierna que ya estamos hasta los innombrables de él y de los que le rodean. Derechas e izquierdas, jóvenes y mayores, parados y asalariados, empresarios y sindicatos, estudiantes desde secundaria hasta universitarios, creyentes y ateos, funcionarios y jubilados, artistas de todas las ramas de la cultura,… hasta los muertos que en el cementerio juegan al mus se echarían a la calle con la única intención de derribar el muro que nos impide progresar. Entonces y sólo entonces, la huelga serviría para algo. Muerto el perro se acabó la rabia.

lunes, 27 de septiembre de 2010

La chica de la curva

“La noche ya ha conquistado con toda su oscuridad la carretera. Ha sido un día largo para todos: los niños se han hartado de correr y saltar, de escalar árboles y descender por taludes que su imaginación convertía en inmensos barrancos. Por eso ahora están tan profundamente derrotados. Harán el viaje de vuelta soñando. Mi mujer, dormida también, ha acertado al decidir pasar el domingo en el campo de su compañera de trabajo. Para un urbanita como yo, dejar la ciudad es toda una aventura, y en esta ocasión la excursión ha resultado amena y muy divertida. Además, nuestros anfitriones son unas maravillosas personas. Lo dicho, un día memorable.

El problema lo tengo yo en este momento. Está nublado y, salir de este laberinto de árboles se me antoja complicado. No se ve tres en un burro y para colmo no se por dónde voy. Conduciré despacio y atento hasta que dé con la carretera buena, porque esto no es ni camino…”

¡Epa! ¿Eso qué es? Parece una mujer. ¿Qué hace por aquí, sola, a estas horas de la noche? Igual ha tenido un accidente. Le preguntaré…

- ¿Puedo ayudarte en algo?

-. Si eres tan amable y me acercas hasta el final del camino, es allí donde voy.

-. Mire a ver si cabes bien al lado de los niños. Creo que sus elevadores dejan un hueco en el que te puedes sentar sin problemas

-. Gracias

“Mira que es raro todo esto. El caso es que la muchacha es guapa, pero va hecha un desastre, con esa bata blanca que lleva. He intentado averiguar qué hace por aquí, si le ha ocurrido algo, y sólo me dice que al final del camino está nuestro destino. ¿Qué destino? No aguanto más, o me dice qué ocurre o le tiro de una patada del coche.”

-. Me vas a decir de una vez qué te pasa, quién eres.

-. Gustoso te lo cuento, si ese es tu deseo. Todos me conocen en la zona. Muchos me han acompañado hasta el destino, y otros me han tirado del vehículo asustados, abandonándome a mi suerte. Me conocen como la chica de la curva. En un cruce situado a doscientos metros, hace tiempo me despeñé perdiendo la vida. Ahora vago eternamente comunicando mi mensaje a aquellos que se atreven a recogerme.

“Joder. Me estoy acojonando”.

-.¿Qué mensaje? ¿Qué destino? Mira, voy a parar el coche y te bajas de él corriendo, que no estoy yo para locuras.

-. De acuerdo. Pero he de advertirte. Tres curvas más, donde el camino se estrecha, te encontrarás con el destino. Una huelga general te espera, y como no participes en ella, penarás tu culpa en la otra vida. Ve con cuidado y únete a la movida sindical, o el fin de tus días será trágico. Si no lo haces, la tierra se abrirá y el infierno devorará tu maldad. Que no sea porque no te lo avisé…

“Ya se ha bajado del coche. Menudo discurso me ha soltado sobre la reforma laboral y las desigualdades sociales. ¿Será posible? ¡Pues no llevaba en el pecho una chapa de UGT, el espectro de las narices! Ya me había contado mi cuñado que el otro día el hombre del saco le colocó dos folletos informativos de CCOO y yo no me lo creía. “

sábado, 25 de septiembre de 2010

UGT y CCOO cambian el discurso

Se acerca, está ahí, el miércoles 29 el Armagedón sindical se apoderará del territorio nacional. El sentimiento de lucha, la rebelión racional y justificada de los oprimidos invadirá el alma de los españoles y se manifestará grandiosa e inmensa la fuerza de la conciencia social. La reforma laboral no podrá resistir el empuje de la oposición y se derrumbará, obligando al torpe legislador a modificar su postura. La derecha, los empresarios y la prensa manipuladora, auténticos artífices de la crisis económica y de la ruina que asola el país, huirán despavoridos por el poderoso exorcismo efectuado por Méndez y Fernández Toxo, y se retirarán asustados al averno, abandonando así la el cuerpo de Zapatero. Éste, liberado de la posesión del maligno, reconducirá las naves del Estado hacia el pleno empleo y el bienestar, recobrando para sí mismo carisma e independencia. De película de Jaimito, pero es lo que hay. Los últimos mensajes de las formaciones convocantes van es esta dirección.
Las iras se dirigen últimamente contra la prensa que desprestigia a los sindicatos y sus sindicalistas, santos varones liberados que se desloman por todos los trabajadores. Hay que asesinar al mensajero que ha osado reflejar en sus informaciones opiniones y sentimientos de algunos españoles sobre aquellos que se dedican a sindicar. Los otros culpables del desaguisado social y económico son los partidos y sindicatos de derecha (¿?) y las empresas del tamaño que sea, que lo mismo da pues son todos hijos de Satanás. Vienen a decir que el que no participe en la movilización o, simplemente, se muestre crítico con ella, es un enemigo de la libertad, la igualdad y los derechos de los trabajadores, la reencarnación de Hitler. Porque, por supuesto, el gobierno, irónicamente socialista, obrero y español, está libre de pecado: todo lo mal ejecutado ha sido forzado por circunstancias y una conspiración judeo-masónica-facha-católica-empresarial-periodística-mundial contra el rey del talante. Una vez Belcebú expulsado, Zapatero será el de antes, el de las generosas subvenciones, amigo de sus amigos. Insisto: una jaimitada. Una bufonada en la que están obviando, quién sabe si premeditadamente, que si la huelga es un derecho, el trabajo también. Habrá que ver si se respetan ambos o, como ocurrió en Barcelona y los cercanías, se les escapa el tema de las manos.
¡Ah! Para que nadie dude. Reniego de la reforma laboral, de los recortes sociales, del asalto a las pensiones y los salarios de los funcionarios, de la política económica del gobierno, de su política exterior, del mismo Zapatero y sus acólitos, encarnaciones de la ineptitud. Pero, también reniego de los sindicatos que se encamaron con el poder y permitieron gustosos el atraco. Los mismos que ahora hablan de luchar…

viernes, 24 de septiembre de 2010

Más leña, que hay riñones

Bien, bien, la cosa marcha. Fijo que levantamos el país pues el dinero está entrando a borbotones en las arcas del Estado. Euros frescos que nos van a conducir en volandas a una nueva España, a un paraíso idílico por el que se van a pegar de palos todos los habitantes del resto del mundo para poder vivir en él. Con los recortes a funcionarios y pensiones, que cobran mucho los muy sinvergüenzas, con la supresión de determinadas ayudas inútiles a todas luces, con una reforma laboral digna de ocupar un puesto privilegiado en la historia de la legislación, con una política exterior impoluta y valiente y con una magnífica colección de profesionales, altamente preparados y sobradamente cualificados para, desde sus escaños ,dirigirnos a nosotros, pobre tropa inculta, nuestro Estado se está convirtiendo en un envidiado edén de gloriosa felicidad, en un elíseo donde pacer y morir en paz y armonía.

¡Qué más da que nos aprieten un poco más, si vamos sobrados! Ahora, por tercera vez en lo que llevamos de este maravilloso año, una inocente subida de la luz para hogares y pequeñas empresas a partir de octubre. No pasa nada, le quitamos la bombilla a la nevera y suprimimos los calefactores y las bombas de calor de los aires acondicionados y ya está. Habiendo mantas, cuando apriete el invierno, todos juntitos bajo ellas, enfundados en tergal. Porque las estufas de butano, va a ser que no, que éste va a subir también, que no te enteras, que tenemos un pollo montado con Argelia que nos va a costar cuarto y mitad del hígado. Como somos país de recursos, las calorías con las recetas de la abuela. Nos centraremos entonces en las comidas con mojete, de mucho pan. ¡Anda! Se me olvidaba que el trigo y con él el resto de cereales también se va a marcar un ascenso (aquí los rusos tienen la manija). Y resulta, vaya por Dios, que si sube el trigo, también la carne, por el tema de los piensos. Y si sube ésta, el transporte acompaña, más que nada por solidaridad. Y si suben el transporte, los combustibles también lo harán. Y si suben los combustibles, un Padrenuestro y un Ave María. Menos mal que con lo que ha llovido, el agua no subirá. ¿O esto también se dejará arrastrar por las circunstancias?

Me da en la nariz que no está el asunto tan maravilloso, con unas perspectivas tan halagüeñas, como lo pintan Zapatero y su tropa de bien pagados. Será cuestión de tomar la misma medicación que ellos, a ver si así consigo alucinar de igual manera. ¡Fiesta!

jueves, 23 de septiembre de 2010

Correbous

Que no se me enfaden sus señorías, pero viva la madre que los parió y lo descansada que se quedó. Cabreado hasta la médula, me comenta un buen amigo, taurino y catalán de nacimiento, corazón y devoción, que uno a uno, en fila y con un casco vikingo tendrían que salir a un ruedo, con dos bolas de fuego ensartadas en los cuernos (los del casco) y una tropa de gente descargando su adrenalina tirándoles del rabo (al que tenga para lucirlo), o cosiéndoles a patadas. Dice el pobre que quizás así la cordura y la coherencia invadiera el escaso conocimiento que demuestran tener. No puede comprender que, para sus lúcidas mentes, no hay tortura si no hay muerte: hablando en plata, que puedes putear hasta que el astado de turno reviente, que mientras no se muera, no pasa nada. Vamos, lo que hacen los servicios secretos de muchos países civilizados, y no tanto, colgando electrodos de los testículos y pezones, clavando astillas entre uña y carne o, directamente, inflando a golpes al sospechoso que toque. Todo legal y permisible si no la palma el sufrido receptor de los tormentos.
Yo, apolítico en esto del toreo, le he dicho que no se haga mala sangre, que es lo que hay, gente indigna y con mucho morro que un buen día gozó prohibiendo las corridas de toros con el argumento del maltrato animal y que ahora, que hay que caer bien y respetar tradiciones de cara a las elecciones, cambia el discurso y se tira a la arena de la incongruencia. Es como justificar que se tire una cabra de un campanario siempre y cuando abajo se coloque una colchoneta. Menuda banda

Prisioneros del lenguaje

No hay cárcel más cruel que la construida por las propias palabras. Lo que dices, lo que defiendes y amparas en tu alegato, aquello que predicas se puede convertir, por obra y gracia del espíritu de la razón, que de santo tiene poco, en el presidio donde cautivo pagar por las equivocaciones. En un mundo donde la información es un apoyo y un arma, en donde el control sobre la comunicación y sus medios es un elemento imprescindible en la lucha por el poder, aquel que desea ostentar el bastón de mando, aunque sea de su comunidad de vecinos, debe cuidar con esmero su discurso, medir con precisión lo que declara, expresa, anuncia o manifiesta. Si no se aplica en esta labor, el leñazo a recibir puede ser imponente, mortal de necesidad. Todo lo que haga o diga, tarde o temprano pasará su factura, pues está registrado.

¿A qué viene este rollo? Fácil. La aristocracia política, bien local, provincial, regional, autonómica, nacional o mundial (si olvido algún campo ruego me disculpen) esta plagada de fenómenos que no poseen ni decencia ni vergüenza (los auténticos ni-nis) que consideran que a la condición de electo va unida con pegamento de contacto una patente de corso para poder recitar sandeces, sin meditar siquiera las consecuencias. No deseo que se piense que me gusta insultar gratuitamente porque es lo que se lleva, blasfemar contra todo lo que apeste a política. Pero, verán, entre la alopecia propia de la edad que se va teniendo y la de veces que uno se lleva las manos a la cabeza por lo que lee o escucha, de aquí a tres días no hay loción capilar que me arregle el desastre. Además de en la ruina, me están dejando calvo.

Y si no, que alguien con más luces que yo, que no será difícil de encontrar, me explique cómo todo un presidente de un país que tiene abierto un frente muy complicado sobre la soberanía de un territorio con otro Estado, puede soltarse un “la foto es lo importante” en un encuentro internacional con el dirigente rival y, lo que es más grande, quedarse tan ancho. O cómo el presidente de una diputación sospechoso de ilegalidades muy oscuras se puede despachar con un “el que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, expresión pringosa que define con precisión lo que pensamos casi todos de los políticos patrios. O el no muy lejano en el tiempo “no hay quien me mueva” del presidente de una autonomía, imputado por la justicia, que con esta aseveración desprecia el poder soberano de los españoles ante las urnas. O los “subiremos los impuestos a las rentas más altas”, “no están previstos más recortes”, “estamos saliendo de la crisis”, etc. expelidos por el mismo que dijo lo de la foto el otro día en Nueva York.

No nos basta con aguantar sus desgobiernos, pagarles el sueldo, cotizar para sus dorados retiros, penar por sus continuos errores, pasar fatiga, miseria y hambre por su culpa, soportar sus desprecios y subvencionar su inutilidad, que encima hay que comerse las chorradas que sus mercedes vomitan (he mirado en el diccionario la definición de gilipollez y se ajusta con exactitud, como una segunda piel, a lo que pretendía decir, pero quedaba grosero). Sigo pensando que no nos merecemos esto.

Media hora con Mohamed VI

Parece que media hora no da para mucho en política internacional. Y menos cuando aquellos que tienen que conversar y debatir o no quieren o no saben, o ambas cosas a la vez. España tiene un problema grave con la actitud del dictador de Marruecos con respecto a la soberanía de Ceuta y Melilla. Tras el chuleo y el chantaje al que nos ha sometido Mohamed VI, el presidente del gobierno español se reúne con él a hablar del tiempo y salir guapo y hermoso en una foto. Porque esta es la sensación que da.

Se pasa por alto el tema de Melilla: el rey alauí se hace el sordo y Zapatero, más pendiente de la imagen que del fondo, no insiste no sea que el señor feudal mande otra vez a sus lacayos y se invente un nuevo asedio. Mejor le pasamos el muerto a los ministros de exteriores, que se apañen. Nosotros, a lo nuestro. Inmigración y energías renovables, que queda muy bien de cara a la galería. Todo con un buen rollo increíble, para que se note la excelente relación que existe, basada en la colaboración, el entendimiento y la sinceridad. Sobre todo, la sinceridad.

Todo el encuentro es una broma de mal gusto, un acto inútil en el que, en palabras del presidente del gobierno, la foto es lo importante. Una pose, un apretón de manos hipócrita con el que va a acabar robándote la cartera, una sonrisa para la prensa y una pérdida de tiempo. De Melilla y la extorsión, lo justo, un susurro inofensivo. Y del Sahara y su gente, de sus refugiados y represaliados, ni una mísera palabra. Es mejor abandonarles, dejarles a su suerte, traicionar las pocas esperanzas de libertad que les quedan. La cosa esta tan negra que como el nuevo convenio de pesca del 2011 no sea positivo para los intereses españoles, acabaremos recurriendo al canibalismo económico. En resumen, que el Duce del Magreb sabe que puede seguir haciendo lo que noblemente le brote de sus realezas. Lo sabe y disfruta con ello. ¡Qué pequeños somos!

Zapatero en Nueva York

Con esa carita de ángel que dan ganas de arrancarle los mofletes a latigazos, nuestro indigne estadista ha estado grande, colosal, homérico. Sabias son las palabras que han brotado de sus labios como caricias de enamorado. "Bastante sensato, lógico y justo sería pedirle un esfuerzo a las entidades financieras". Pero por favor y sin prisas, no se nos cabreen y nos líen otra, que sería ya la definitiva. Luego, un par de euros voluntarios en los billetes de avión, igual que se demanda la voluntad en el metro. Y, para postre, que muy bien, que peleemos todos juntos contra la pobreza, pero que ahora me pillas sin cambio, vuelve el año que viene y ya veremos, que me han venido los recibos y este mes voy muy justo. Éste es mi presidente y me representa allí donde va a suplicar ayuda.
Si me quedaran ganas me partiría la caja, pues lo de este hombre, de penoso se ha convertido en un espectáculo sublime, humor de alta escuela. Si no fuera porque España es un país destruido y sin perspectivas claras de recuperación, diría que desde Groucho Marx no ha hollado la tierra cómico de tal magnitud. Lo que ocurre es que verlo ahí, luciendo un palmito patético y mostrándose como un gran político, me saca lagrimones de quintal. Medio de llorar de pena, medio de reírme con ganas de las buenas, me está dejando seco. La verdad es que el cuerpo no acompaña pues las fuerzas y la voluntad flaquean por igual, pero aún así vale la pena el esfuerzo de escucharle mentir. Pues es falso lo que dice, desde la primera mayúscula de su discurso hasta el punto y final.
Lo que no percibe nuestro presidente, y debe ser el único en esto, es que nadie le cree: la diplomacia obliga a atender al jefe del gobierno pero creo que ni los traductores se han molestado con su discurso. Vende grandeza cuando en realidad somos tan pequeños, nos ha convertido en tan miserables, que obtendría más mendigando de rodillas o con una hucha del domund que actuando como un Quijote de vodevil barato.
Puestos a pedir, y vista la humillación constante a la que nos somete, yo rogaría peregrinando de rodillas sobre adoquín y abriéndome las carnes con un cilicio que alguien de los suyos, alguno de los que le continúan dorando la píldora a pesar de los pesares, se compadezca de un país avergonzado y le diga, aunque sea en voz baja, que pare ya, que abandone la política y se dedique a otra cosa menos perjudicial para nuestra salud.

Paro y juventud

Qué duda cabe de que el paro es el principal problema con el que se enfrenta la economía española: un mal que está alcanzando cotas en las que la marcha atrás se puede convertir en algo imposible, en algo que hundirá irremediablemente el futuro del país. Para que no se me llame catastrofista, intentaré explicar qué me arrastra a esta conclusión.

Un adolescente recibe las críticas de sus padres por sus malas notas, por su actitud ante el estudio, por su absoluta desgana. Mientras le dicen que mire a su primo, a su hermano o al vecino, lo bien que saca los cursos, las calificaciones que le llevarán a estudiar una ingeniería, el chaval se parte de risa. Sorprendidos y molestos por la reacción de su hijo, le reprimen con más dureza. Éste, muy tranquilo, les interrumpe y les responde: “¿para qué sirve sacar buenas notas? ¿Para qué os ha servido a vosotros? ¿Para ser titulados en el paro? ¿Para tener un currículo más grande que los demás de la cola? Cuanto más sepas, más te tiene que pagar quien te contrate. Para llevar pizzas no necesitan ingenieros ni abogados, quieren basura barata a la que explotar, gente que no pueda protestar. Yo, con un módulo de lo que sea o, incluso sin él, tendré más oportunidades de sobrevivir que mi primo con el doctorado de derecho. Esta es la realidad: miro a la calle y lo único que veo es gente joven preparada, licenciados y titulados universitarios que no consiguen nada de nada. Esto es la que nos estáis cocinando y si pensáis que los que venimos detrás vamos a levantar esta ruina, ofrecernos algo de ilusión o la lleváis clara. No hay futuro”.”

Demagogia de la mala, ¿verdad? O quizás no lo sea. Puede que estemos ante el final de todo. Hoy en día, los jóvenes que acceden al mercado laboral tienen las puertas del mismo cerradas y aquellos afortunados que encuentran algún trabajo en el que demostrar su valor y capacidades se ven recompensados con salarios miserables por duras y largas jornadas. Esta generación lucha con fuerza por abrirse paso, pero el sistema les ha puesto el pie encima y los tiene inutilizados. Pero el auténtico problema radica en los que vienen detrás de ellos, los que aún están, con suerte, en secundaria. No hay nada que les motive a pelear, a estudiar, a formarse. No tienen ni ilusión ni ganas, no existen las vocaciones, no hay un premio en la meta para el que consiga llegar.

El problema no es el paro actual, de por sí desgarrador y cruel. El problema es que los que empujan no tienen un hueco donde vivir, no se sienten parte de este desastre. Son carne de miseria. Y, posiblemente, algún día se radicalizarán hartos de soportar un mundo que no han elegido y se alzarán contra él….Lo estamos haciendo muy mal.

Eres un racista

Si eres payo y odias o temes, o ambas cosas a la vez, a los gitanos, porque te robaron o oíste que robaron alguna vez, porque no te fías de ellos, porque para ti todos son calaña ladrona y embustera, porque cuando entran en tu negocio abandonas todo y les sigues para que no se lleven lo tuyo sin pagar, porque ves cómo meriendan y cenan en los grandes supermercados sin pasar por caja, porque piensas que no se integran porque no quieren , que prefieren vivir enterrados en mierda, eres racista. Si eres gitano y desprecias al que no es como tú, le insultas y abusas del miedo que generas, le aborreces porque no te entiende a ti ni a tus leyes, te niegas a participar en una sociedad que algunas puertas te abre para que tú las cierres, te escudas en la marginalidad para obtener beneficio, eres racista.

Si para ti todo sudamericano es un “patas cortas” que vende su mano de obra a un precio en el que tú no puedes competir, un “panchito” molesto que te roba tu sustento, un “sudaca” pesado y haragán que sólo viene a molestar con sus fiestas y sus niños, eres racista. Si vienes de Sudamérica a buscarte la vida, pero no respetas las normas del español de mierda que no comprende tu costumbre de emborracharte y escandalizar hasta las tantas, que no comparte tu hábito de pegarle a tu mujer cuando pierdes el sentido por el alcohol, que no tolera tus bandas de ladrones, asesinos y extorsionadores, eres un racista.

Si te da asco el moro mierda, si abominas de su piel, de su color, de su tradición, de su religión, de sus costumbres, de su olor y de su idioma, si detestas su forma de pensar y de sentir, si consideras que todos vienen a robar, violar, y traficar con drogas, eres racista. Si eres musulmán y quieres imponer tus leyes y hábitos sin respetar los del lugar donde paces, si crees que tú eres lo primero y lo cristiano es basura, si escupes tus amenazas e intentas imponerte con el terror y la droga, si detestas y sueñas con exterminar al que te da de comer eres un racista.

Si para ti negro o blanco son algo más importante que un simple color de piel, si piensas que el mantero es un ladrón y el bracero un usurpador, si para ti un negro es un mono o un blanco un explotador gilipollas, eres un racista.

Si te ves reflejado en alguna de las expresiones que aquí te escribo, si te identificas con ellas, eres un racista. Pero no te preocupes. No eres el único. En esta España de cuarenta y tantos millones de habitantes, el que esté libre de pecado, pero libre de verdad, de corazón, no de boca para afuera, que tire la primera piedra.

Eres un racista

Si eres payo y odias o temes, o ambas cosas a la vez, a los gitanos, porque te robaron o oíste que robaron alguna vez, porque no te fías de ellos, porque para ti todos son calaña ladrona y embustera, porque cuando entran en tu negocio abandonas todo y les sigues para que no se lleven lo tuyo sin pagar, porque ves cómo meriendan y cenan en los grandes supermercados sin pasar por caja, porque piensas que no se integran porque no quieren , que prefieren vivir enterrados en mierda, eres racista. Si eres gitano y desprecias al que no es como tú, le insultas y abusas del miedo que generas, le aborreces porque no te entiende a ti ni a tus leyes, te niegas a participar en una sociedad que algunas puertas te abre para que tú las cierres, te escudas en la marginalidad para obtener beneficio, eres racista.

Si para ti todo sudamericano es un “patas cortas” que vende su mano de obra a un precio en el que tú no puedes competir, un “panchito” molesto que te roba tu sustento, un “sudaca” pesado y haragán que sólo viene a molestar con sus fiestas y sus niños, eres racista. Si vienes de Sudamérica a buscarte la vida, pero no respetas las normas del español de mierda que no comprende tu costumbre de emborracharte y escandalizar hasta las tantas, que no comparte tu hábito de pegarle a tu mujer cuando pierdes el sentido por el alcohol, que no tolera tus bandas de ladrones, asesinos y extorsionadores, eres un racista.

Si te da asco el moro mierda, si abominas de su piel, de su color, de su tradición, de su religión, de sus costumbres, de su olor y de su idioma, si detestas su forma de pensar y de sentir, si consideras que todos vienen a robar, violar, y traficar con drogas, eres racista. Si eres musulmán y quieres imponer tus leyes y hábitos sin respetar los del lugar donde paces, si crees que tú eres lo primero y lo cristiano es basura, si escupes tus amenazas e intentas imponerte con el terror y la droga, si detestas y sueñas con exterminar al que te da de comer eres un racista.

Si para ti negro o blanco son algo más importante que un simple color de piel, si piensas que el mantero es un ladrón y el bracero un usurpador, si para ti un negro es un mono o un blanco un explotador gilipollas, eres un racista.

Si te ves reflejado en alguna de las expresiones que aquí te escribo, si te identificas con ellas, eres un racista. Pero no te preocupes. No eres el único. En esta España de cuarenta y tantos millones de habitantes, el que esté libre de pecado, pero libre de verdad, de corazón, no de boca para afuera, que tire la primera piedra.

Las provocaciones del Duce del Magreb

Es un paso más. En el anterior chantaje cometido por Marruecos contra la ciudad española de Melilla, el dictador alauí se valió de una tropilla de camorristas y alborotadores. Mafiosos de película cutre, bocazas y chillones impresentables, que obedeciendo siempre instrucciones del que todo lo sabe y todo lo manda en Marruecos, y contando con la complicidad de las fuerzas de seguridad propias, nos montaron un lío asediando territorio nacional. Todo apaciguado y tranquilizado con una media bajada de pantalones de nuestra diplomacia.

Ahora, el Duce del Magreb saca a la luz una nueva arma y lanza a su primer ministro, otra marioneta más, para que, a título “personal”, exprese su parecer sobre lo que él considera una provocación. Manda huevos, como diría aquél. Tiene delito que la visita de un español, llámese Mariano Rajoy o Juan López, a cualquier parte de nuestro territorio nacional, sea Melilla, Ceuta, Cádiz, Santiago o Teruel, tenga que ser aprobada por un país extranjero. Pero bueno, el rey de los fosfatos actúa así y así se lo permitimos, por lo que se ve.

La jugada hay que interpretarla. Mohamed VI escala un peldaño más en sus deseos de conquista sobre Ceuta y Melilla mostrando su malestar a través de un político de alto nivel, y deja para sus títeres el resto de sus artimañas y amenazas. Y ahí es donde está la única provocación de todo este asunto. El dictador millonario nos advierte, a través de sus bobos, que continuarán los asedios sobre Melilla, que en la zona manda él. Coloca las dos ciudades españolas en el punto de mira de Al Qaeda. Y, para postre, se permite insultar con sus ofensivos carteles y su vertedero de la historia a Aznar, Rajoy e Imbroda, este último elegido democráticamente por los melillenses para ser su presidente. Claro que a Mohamed VI la democracia le suena a chino. Ni conoce el concepto ni le interesa conocerlo (preguntemos a los saharauis).

El fin de esta historia el señor feudal de Marruecos ya lo tiene previsto. Para que no se salga con la suya, más nos vale que ejército y fuerzas de seguridad estén en alerta, que esto empieza a olor a chamusquina. Porque de los políticos, pusilánimes y débiles, poco parece que se puede esperar.

Un desafortunado aperitivo de huelga

Dice un miembro de UGT; “se nos ha ido de las manos”. La huelga de ferrocarriles en Cataluña no cumplió con los servicios mínimos gracias a la noble labor de los piquetes y sus acciones democráticas, como pintar cristales y bloquear cerraduras. Una protesta legítima contra el recorte salarial pierde su valor cuando, para preservar sus derechos, no respeta los de los demás. Actuando con patente de corso, los sindicatos convocantes no han jugado limpio y, tal y como están las cosas, no es una buena señal de cara a la que se avecina.

El 29 hay un llamamiento hacia una huelga general para protestar contra la reforma laboral. Una huelga en la que cualquiera puede participar libremente, sin coacciones ni presiones por parte de empresas o sindicatos. Libremente, sin miedo. La huelga es un derecho y el trabajo también: el que quiera participar del paro, el que lo considere acertado y motivado, que no acuda a su puesto y se manifieste, que exponga en paz sus razones y que tolere a aquéllos que no compartan sus ideas. Porque si se rompe ese respeto, si se utilizan amenaza y fuerza, rompemos el juego democrático. Muchos decidirán realizar con normalidad su jornada laboral. ¿Por qué? Muchos consideran la huelga inoportuna, por el momento en que se produce, y oportunista, por las motivaciones políticas que esconde. Muchos piensan que hace dos años, con los ERE en apogeo, sí que hubiera sido acertada. Muchos piensan que el quebranto económico para empresas y sindicatos no compensa la utilidad de la convocatoria. Muchos piensan que no va a aportar ninguna solución. Muchos confían de igual manera en el Gobierno y los sindicatos: nada de nada. Muchos creen que la mejor manifestación se realizará en las urnas.

Me gustaría que lo ocurrido con los trenes no sea un aviso de lo que sucederá el día 29. La libertad debe respetarse, y con violencia y actitudes represivas no se puede mantener la misma. La democracia es aplicable a todos, no hay que distinguir. Y la democracia, sin respeto a legalidad y personas, sin tolerancia, no existe.

¿Qué dice este hombre?

El FMI dice que con estos niveles de paro no hay recuperación posible para España. El presidente del Gobierno considera que los que están formándose en verdad están trabajando para España. Quién lo entienda que lo explique. El carbón nacional agoniza y muere, pues no puede competir: empresa que necesite subvenciones para funcionar, empresa finiquitada. Como el cine, alguna que otra televisión, ciertas ONGs, ¿verdad? El presidente del Gobierno augura que el futuro del carbón está ahí…¿Dónde? ¿Encerrados en una mina, sin cobrar las nóminas y sabiendo que su puesto de trabajo va irremediablemente a desaparecer? ¿Cortando carreteras y quemando neumáticos? El poder adquisitivo de los jubilados está en caída libre. El presidente del Gobierno anuncia en una cumbre sobre el paro (¿?) que la reforma de las pensiones estará lista a finales de año, basándose en los datos demográficos y de envejecimiento que maneja. La esperanza de vida de los españoles es la segunda detrás de la de Japón. El presidente del Gobierno ha decidido que, aunque con sonda y gotero, mientras se pueda mantener un lápiz en pie, se puede trabajar. Hay que reventar por la patria. España tiene un tercio de las familias en los umbrales de la pobreza, o ya hundidas en ella. El presidente del Gobierno hace cuatro meses reclamó un esfuerzo a trabajadores y pensionistas, y anunció una subida de impuestos a las rentas más altas para repartir las cargas de la crisis, vinculando la negociación de los Presupuestos a esa subida. Quedan menos de dos semanas y de lo dicho, nada de nada. A seguir pagando los mismos, los que menos tienen y menos pueden. Política social que llaman.

Cospedal afirma que José Luis Rodríguez Zapatero ha perdido el norte. Yo le digo que la brújula completa, la mochila y el equipo de supervivencia. Sin ánimo de ofender, nadie con sentido común puede creerse una sola palabra de las que dice, nadie con dos dedos de frente puede confiar en él. Ni Satanás se lo llevaría al infierno no fuera que lo arruinase en un par de días. Entonces, me gustaría elevar un ruego a los militantes socialistas: cepíllenselo antes de que acabe con todo. Que va lanzado.

Aguirre y los sindicatos

Setenta millones de euros son muchos millones. Éste es el ahorro calculado por Esperanza Aguirre si consigue reducir el número de liberados sindicales y/o el crédito de horas del que gozan los mismos: al reincorporarse a su puesto de trabajo desaparecerían aquéllos que ahora desempeñan sus funciones y el liberado cobraría por los conceptos por los cuales tiene la condición de empleado público, y no por su labor dentro de su sindicato. Setenta millones de razones para enfrentarse con los representantes de los trabajadores, a los que la Ley Orgánica de Libertad Sindical reconoce en su articulado una serie de derechos en el desempeño de sus funciones como sindicalista. Pero también están los Convenios, y por ahí es por dónde se les va a atacar.

Los funcionarios no están bien considerados por la opinión pública de este país. Se les sataniza, se les acusa de vagos y ociosos vividores que se limitan a vegetar en puestos de trabajo absurdos e innecesarios. Craso error la generalización. En sanidad, educación, fuerzas de seguridad, servicios sociales, infraestructuras, medio ambiente, etc. hay mucha gente que desarrolla un trabajo impecable y, en la mayoría de los casos, mal pagado. Claro que también están los que no sirven para nada, los que pelearon por una oposición, consiguieron ganarla y una vez en el sitio, se tumbaron a dormir y así hasta hoy.

Muchos son los que catalogan así a los representantes sindicales, imprescindibles en el mantenimiento de derechos del trabajador, pero excesivos sin duda en número y horas, y caros, muy caros de mantener para las administraciones. El sindicato es necesario como escudo protector y como generador de progreso, igualdad y libertad, pero su precio es muy elevado si sumamos a lo que reciben directamente de las cuentas del Estado lo que debe invertirse en cubrir los huecos que se generan. Hay que reducir y racionalizar el gasto público, y en la Comunidad de Madrid van a empezar con ellos. Si es cierto que con la décima parte se pueden proteger con efectividad los derechos de los trabajadores, no es un mal camino a seguir. Aunque me da en la nariz que se va a liar parda.

Lo que hay que aguantar

Hoy he leído la traducción del comunicado oficial del 11 de junio del imán Huf Kas Al Hirahz en el que habla de España. No tiene desperdicio lo expresado por este individuo en relación con los españoles y el país. Y he de decir que llevo un cabreo encima de mil pares.

Califica España como el país más débil de la Unión Europea. Pero no en el sentido económico, no. Eso ya lo sabemos por aquí. Lo dice refiriéndose a nuestra moral, a nuestra idiosincrasia, a cómo somos hombres y mujeres, cómo es nuestra juventud. Halagos, ni uno. Todos holgazanes y viciosos, sin distinción de edad o sexo, todos débiles ante la droga, todos desvinculados del sentimiento patriota. Se detiene especialmente en la figura de la mujer española: la dibuja pecadora, fornicadora, hembra de fácil acceso. Una nación de vagos que sólo piensa en colocarse y yacer sin control.

Para este fenómeno, el hecho de que nos acostemos con un canuto y nos levantemos con un par de ácidos es lo mejor que le puede ocurrir al Islam para conquistar Europa. ¿Cómo? Invadiéndonos silenciosamente, poco a poco, con jóvenes luchadores que ofrezcan la droga barata o gratis si es necesario sin caer ellos en el consumo ni sucumbir a la promiscuidad y el sexo con nuestras mujeres. De esta forma, narcotizadas las voluntades y adormecidas las fuerzas, la conquista sería rápida y segura. Y para ello, qué mejor que “despersonalizar a esa juventud viciosa y consumista dándole lo que quiere y a buen precio, cuando no de regalo” .

En España las cosas no están como deberían, pero aún no hemos alcanzado, ni alcanzaremos, esos niveles de degradación. Ellos se creen con bula para amenazar e insultar, para quemar banderas, defecar sobre la Biblia, asesinar en nombre de su dios y sembrar el terror por todo el planeta. Nosotros nos tenemos que aguantar y callar, tragarnos sus ofensas y llorar a nuestras víctimas. Ya está bien. Perdón por las formas pero no sé si el sujeto éste ha dicho todo esto mientras violaba a sus cabras, o bajo los efectos de cualquiera de las mierdas que vende, o es que nació así de imbécil. Sólo deseo que se muerda una uña y se envenene, que antes de volver a vomitar estupideces un infarto cerebral le deje seco. Ahora bien, como el miedo es libre, espero que por estas palabras no me mande un comando suicida. Está tan tarado que es capaz.

La guerra continúa en el PSOE alicantino

Aunque se ofrezca la imagen del consenso en la elección de Elena Martín como candidata del sector oficial del PSOE alicantino, analizando las declaraciones de Roque Moreno con detenimiento se percibe un rumor de guerra interna sin cerrar. El ninguneo al que se ha sometido al secretario local del PSPV-PSOE le ha dejado tocado, pero no hundido. Tiene afiladas las uñas y deja muy claro que la candidatura le ha sido impuesta, que no se ha valorado su trabajo y mucho menos se han tenido en cuenta sus deseos. Habla de decisiones y planteamientos inadecuados por parte de la dirección provincial del PSPV, responsabilizando de éstos a Ana Barceló. Reconoce no haber discutido con la secretaria general provincial, para luego afirmar que no ha hablado con ella del tema (si no se habla, no se puede discutir) y acaba diciendo que no tiene constancia de ninguna propuesta por parte de su compañera. Cada uno por su lado. Vamos, lo que viene a significar que han pasado por encima de él con un rodillo aplastándole.

Roque Moreno obedecerá las directrices recibidas y trabajará por Elena Martín. Pero, acogiéndose al mismo reglamento interno que le ha dejado vendido, advierte que las listas las elaborará él, que será él quien proponga la candidatura, quien la eleve a la ejecutiva y quien las traslade a la asamblea de febrero. Sí, va a escuchar (o quizás se limitará a oír) al candidato, pero deja claro que el bacalao lo va a seguir cortando.

Roque Moreno ha perdido una batalla, pero la lucha continúa. El espectáculo no se ha terminado, por mucho que se asegure lo contrario desde el PSOE de Alicante. Tengo la sensación de que aún quedan tiros por pegarse. Moreno es una persona seria, muy firme en su trabajo. Y ahora le han jodido y se va a defender. Seguro.

La única salida de Zapatero

Zapatero debe de dimitir por muchas razones, y llevarse con él a aquéllos que le han respaldado y protegido durante los últimos años. Un país no se destruye por acciones puntuales: la acumulación de errores propiciada por una nefasta gestión de los recursos y una pésima dirección política, la errática y en muchas ocasiones absurda dirección económica, la lentitud e ineptitud a la hora de atajar los problemas, los despilfarros a cuenta de la caja del estado, la ubicación en los cargos de alta responsabilidad de políticos sin formación ni capacidad, el excesivo, ilógico e injustificable gasto público, la pasividad y permisividad de los rectores sindicales, la nula aportación de las fuerzas políticas de la oposición, la falta de credibilidad del mercado español, el debilitamiento irreversible de muchos factores fundamentales para el desarrollo, etc. Todos son elementos que han necesitado tiempo para producirse, que han precisado de la colaboración de los que, con nuestros votos, alcanzaron el poder.
Ellos, los miembros de la casta política. Ellos, asentados en la incompetencia. Ellos, que han consentido y promovido nuestra ruina. Ellos, desde gobierno y oposición, son culpables y deben marcharse y dejar de manipularnos. Con el jefe a la cabeza, con el soberbio e incapaz José Luis Rodríguez Zapatero al frente, tendrían que dimitir y dejarnos a los españoles la opción de intentar elegir nuevos rectores. Insisto, nuevos. Porque si las caras y los nombres se repiten incidiríamos en nuestra equivocación. No podemos consentir que sean los mismos. Los mismos que no han respetado las promesas que les llevaron al poder, los mismos que no han sabido o no han querido guiar las riendas del país, los mismos que han abusado de su posición buscando exclusivamente el beneficio propio, los mismos que han traicionado voluntades y principios para perpetuarse en el cargo, los mismos que han hundido miserablemente las economías familiares situando la clase media en los umbrales de la miseria, los mismos que nos mienten, nos manipulan y nos roban, los mismos que han generado desesperación y paro. Políticos de medio pelo, malos profesionales.
Zapatero debe dimitir si conoce el significado de las palabras responsabilidad, honradez y vergüenza. No porque ni izquierda ni derecha confíen en él, no porque haya situado a España en los niveles más bajos de competitividad que se recuerdan, no porque haya perdido el control económico del país, fiscalizado ahora por los socios de la Unión, no porque nadie nos respete a nivel internacional, no porque haya destruido mejoras sociales que tanto habían costado conseguir, no porque haya traicionado ideas y principios, no porque los sindicatos, antes pasivos, hayan decidido plantarle cara. No. Debe dimitir porque esa es la única manera de que la esperanza vuelva, porque no hay otro camino para lograr la recuperación que librarse de los obstáculos, y él es el principal, porque ya no tiene capacidad de colaborar con los españoles en la recuperación, y mucho menos guiar la misma, porque ya no le quieren ni los suyos, porque va a acabar con todo y con todos, porque no hay otro remedio, porque ya no sirve. En resumen, porque está muerto, porque es un cadáver político que apesta y está pudriendo aquello que toca.

El papel de Laporta y Rivera

En las cuentas que hacen los grandes partidos catalanes de cara a las elecciones autonómicas del 28 de noviembre no aparece definido el papel a representar por las formaciones políticas de Albert Rivera y Joan Laporta. Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, la formación política que preside el primero, ya obtuvo tres diputados por Barcelona en los anteriores comicios, constituyendo así una gran sorpresa. Se trata de una propuesta no nacionalista, que defiende que los derechos pertenecen a los ciudadanos y no a los territorios, el bilingüismo y la Constitución española. Se define como un partido de centro-izquierda y sufre maltrato continuo y agresiones verbales y físicas por parte de los radicales independentistas catalanes (como lo del demócrata miembro de Solidaritat que habla de pegarle un tiro en la nuca a Rivera).

EL partido del segundo, Solidaritat Catalana per la Independencia, está en el polo opuesto. Radical en sus planteamientos, propone proclamar la independencia de Cataluña primero y después someter esta decisión a un referéndum. Su líder afirma servirse de la popularidad obtenida en su anterior gestión como presidente del Barcelona y los éxitos deportivos de la entidad para captar el voto del independentismo catalán. Hablamos de un abogado que ha multiplicado sus propiedades e ingresos gracias a su posición como presidente de un club de fútbol y que ahora intenta trepar en una política catalana que ya le cerró las puertas en la década de los 90.

Los votantes pueden ubicar a cualquiera de las dos formaciones como bisagra en la futura gobernabilidad de Cataluña. Es una opinión, pero si el afortunado es Laporta, la opacidad y manipulación llegarán al Parlament (los extremos no son buenos, y menos cuando son interesados). El FC Barcelona está investigando sobre su etapa como dirigente del club. Y de lo que se conoce por ahora, nada es bueno para él. Llegar a diputado le valdría para librarse de lo que se le puede venir encima. Quizás ese sea el motivo de su irrupción política. O quizás no y estemos ante un personaje de la talla de Josep Tarradellas o Lluís Companys. Yo creo que no les llega ni a la altura de los calcetines, pero quién sabe...

sábado, 18 de septiembre de 2010

Sobran los copilotos

El presidente de Ryanair, Michael O´learly, ha propuesto prescindir de los copilotos en sus vuelos y argumenta que de esta forma se ahorraría una fortuna y la empresa mantendría su posición como líder europeo de resultados. Los copilotos son caros, y no realizan ninguna función destacable. En palabras del directivo, se limitan a que el piloto no se duerma sobre el panel de control. Ahí es nada. Meterse en un avión y rezar para que al que lo conduce no le dé un jamacuco y se quede seco.

Aunque bien mirado, la idea no es mala si la extrapolamos a otros ámbitos empresariales y la aplicamos a rajatabla en política. Sólo hay que ver la cantidad de altos directivos de empresas que cobran auténticas barbaridades por no hacer absolutamente nada y que con su jubilación se podrían comprar un par de islas. Y si nos detenemos en el desorbitado e insultante número de cargos públicos y asesores que invaden las distintas administraciones veríamos que el ahorro ocasionado al mandarlos al paro bien podría compensar lo que se intenta expoliar de las pensiones. Observando la categoría profesional de estos políticos de medio pelo que en ocasiones no conoce ni su secretaria y la función que desempeñan, alcanzaríamos la inevitable conclusión de que sobran, sobran y vuelven a sobrar. No sirven, y a las pruebas me remito, ni para despertar de su letargo al piloto que gobierna la nave del Estado: personaje que más que dormirse sobre el panel de control se ha muerto encima de él inutilizándolo. En barrena caemos hasta que alguien cualificado retire el cadáver político y asuma el mando. Digo yo.

Rajoy en Santiago

Hace bien Mariano Rajoy en pedir ayuda al apóstol Santiago, si su fe se lo exige. Además, coincide en la demanda con la realizada en julio por el Rey Juan Carlos, aquella en la que expresaba la necesidad de que la clase política actuase con coherencia, responsabilidad y solidaridad, favoreciendo la cohesión y entendimiento entre todos y atendiendo con eficacia a los problemas de nuestros ciudadanos. El líder del PP va un poco más lejos al solicitar la ayuda del santo para no desfallecer en la tarea y hacer de la política una actividad noble al servicio del bien común.

Si se permite, desearía puntualizarle unos conceptos. En primer lugar, la política es de por sí noble y está en su concepción el servir para el beneficio de todos. Los que la han transformado en un negocio de especuladores y aprovechados son los que se dedican en cuerpo y alma a ella, pervirtiendo sus fundamentos y travistiendo sus objetivos. En segundo lugar, para pedir siempre hay que dar algo a cambio, entonces el milagro puede producirse. Limpieza, honradez y dignidad debería haber ofrecido Rajoy al patrón de España para facilitarle la labor. Un partido con la cara más limpia, y seguro que el apóstol le hace más caso.

Por último, no está mal suplicar ayuda divina, pero hoy en día los problemas generados por los hombres que nos representan, deben ser solucionados por los mismos hombres. Y si estos no valen (que es el caso), habrá otros con más capacidad y disposición que los actuales. Resumiendo, don Mariano, pida pero muévase y hágalo bien. A Dios rogando pero con el mazo dando

Rendición

No hay otra solución. ETA debe abandonar la lucha y entregar las armas. Cualquier propuesta fuera de ésta no puede ser aceptada por la sociedad española ni por las fuerzas políticas. Si en tu casa hay un pirómano descerebrado jugando con cerillas en el salón que te ha agujereado el sofá y quemado la alfombra varias veces, tú no te limitas a decirle que no las encienda, que el fuego es peligroso y puede provocar un desastre. Le quitas las cerillas, le reprendes y castigas y, si puedes, le tiras a patadas. No se te ocurre perdonarle y dejarle otra vez con los fósforos en la mano, sólo con la promesa del no lo volveré a hacer.
Si ETA quiere la paz, el camino lo tiene claro. Renunciar a la violencia, entregar sus explosivos y sus armas, desmantelar su organización y ponerse a disposición de las autoridades para responder por sus crímenes. Lo anunciado ahora no es más que una maniobra de cara a las elecciones, legitimar su violencia ubicando sus peones en los ayuntamientos. ¿Tregua? Otra mentira para recomponerse y recobrar parte de su fuerza, otro embuste más en su dilatada historia de engaños y traiciones a la democracia. ¿No realizar acciones ofensivas? En su locura, la banda terrorista jamás ha definido sus atentados como ofensivos: siempre, después de matar cobardemente, ha justificado sus actos como respuesta a agresiones fascistas del Estado, los ha definido como legítimas defensas de los derechos de un pueblo del que asumen la representación utilizando terror y muerte como argumentos.
De momento, el Gobierno ha respondido con firmeza. Sabe que en esto no está solo, que todos empujamos en la misma dirección, siempre y cuando no acepte el enredo y mantenga la postura de la rendición como única vía tangible. Si se conforma con este “algo es algo”, la sangre salvajemente derramada por las acciones terroristas se le volverá en contra. Sólo existe un mensaje para el que mata: ríndete y paga por lo que has hecho.

Renovar los sindicatos

He renegado toda mi vida de los políticos y la vida me ha dado la razón. Mi inteligencia y los hechos me arrastran a la conclusión inevitable de que hoy en día son el problema, el auténtico cáncer de nuestra sociedad. Siento utilizar este doloroso símil, pero es lo más parecido a la brutal realidad que nos domina. Son gente corriente, vulgares ejemplos de seres humanos que están dispuestos a prostituir vida y principios, el que los haya tenido, por garantizarse el pan y el futuro, pasando como un huracán por encima de todo. Y los que más duele, lo verdaderamente lacerante, es el comportamiento de los sindicalistas, hijos pequeños de la Política con mayúsculas, que han traicionado luchas, años y sangre derramada por hombres y mujeres que pelearon, en ocasiones hasta la muerte, por la igualdad, la justicia, la solidaridad y, quizás lo más grande, la dignidad.
Demagogia barata, ¿verdad? Frases que no conducen a nada y que buscan provocar reacciones en aquél que acceda a ellas. Palabrería de un desgraciado que no sabe qué más le falta por decir. Sentimientos que no sé si verán la luz, si alguien los leerá, si alguna persona llegará a intentar comprenderlos. Pero, permitirme el descaro, esto me importa muy poco. Con expresarme me basta y sobra. Y voy a usar lo único que nadie me puede arrebatar, mi libertad, para decir con responsabilidad y conocimiento, que estoy harto, cansado y asqueado de aquellos que dicen representarme y defender mis derechos. Soy un trabajador del montón, sé muy bien lo que significa empresa y asalariado, conozco hasta los intestinos las relaciones entre sistema y productores y nadie me puede engañar en lo referente a mis derechos y obligaciones. Y los de arriba, los que hay hoy en la cúpula, no valen ni el aire que respiran.
Se aproxima una huelga general, se huele la movida. Los que antes complacían y se encamaban con descaro con el poder, se muestran ahora como salvadores de la patria. Basura. Hay que terminar con ellos, pues son responsables, socios y compinches del inútil que nos ha arrastrado a la ruina. Hay que reemplazarles, ya que han demostrado que no sirven. La pelea continúa y continuará, y urge sustituirles por compañeros y compañeras válidos que eliminen al sindicalista liberado y aprovechado, vago por vocación y devoción, que se limita a vegetar y barrer para su beneficio.
Los representantes nacionales de UGT y CCOO, y la gran mayoría de los regionales y locales, han demostrado con sus actos su ineptitud y su traición. Es hora de alternativas, de cambios, de aferrarse a la realidad y de encontrar alguien que pelee por y con nosotros. ¿Dónde? CSIF, USO, STA, etc. son siglas aún sin adulterar, cualquiera puede valer siempre y cuando la integridad sea su bandera. Es hora de que actuemos. O nos renovamos, o morimos. No lo dudéis.

Muertos vivientes del PSOE

No aceptar la realidad, negarse a reconocer que uno se muere y morir matando, con el objetivo de dejarlo todo atado y bien atado. Ésta y no otra es la actitud de José Luis Rodríguez Zapatero en su deambular como cadáver político (en CIU lo definieron acertadamente así). En muchas comunidades autónomas y localidades de enjundia- Madrid, Canarias, Comunidad Valenciana, la ciudad de Alicante, etc.- los militantes socialistas ven como sus deseos de salir de la vergüenza y el descontento se torpedean desde las propias filas por aquéllos que, como bien ha dicho uno de los suyos, el ex ministro Antonio Asunción, andan más preocupados por el empleo que por otras cosas. Toda una colección de agradecidos dirigentes que deben su bienestar económico a su desahuciado jefe, y que les cuesta soltar la teta que tan bien les ha alimentado los últimos años. Las guerras interinas, que no internas, que han estallado en el PSOE son una muestra de el enfrentamiento ya claro entre los que buscan desesperadamente renovarse y recuperar principios e ideales, y los que encastrados en el poder se resisten a verse extirpados de sus cargos.
“A Zapatero le queda una misa. Pero no para de hacer la puñeta. Es como aquél que en vida había sido un canalla y que, incluso agonizando, con los últimos estertores, no paraba de dar por el saco”. Bien podría ser la introducción a una conversación entre dos militantes quemados del PSOE (real como la vida misma). Intenta colocar a sus fieles en gobiernos autonómicos y ayuntamientos, en agradecimiento por los servicios prestados (por ejemplo, Trinidad Jiménez, Corbacho, Moratinos). Y ya que el jefe se comporta así, los acomodados dirigentes de las agrupaciones socialistas pues también.
Menos mal que en algunos lugares no se conforman y las inquietudes resucitan plantando cara y expresando con nitidez que el problema es el muerto que se cree vivo y sus acólitos. Habrá sangre

Asunción y el acomodo socialista

Frase lapidaria la de Antoni Asunción, a la sazón ex ministro socialista que ahora quiere aguarle la fiesta a Jorge Alarte en la Comunidad Valenciana. “Hay acomodo. No se busca tanto ganar como mantener el empleo”. Es un resumen perfecto de las actitudes y comportamientos de la gran mayoría de los dirigentes del PSOE, aplicable no sólo a los valencianos, sino también al resto de aquellos miembros del partido que mal dirigen las comunidades autónomas y administraciones públicas que gobiernan, que peor ejercen la oposición en aquellas en las que no son mayoría, y que catastróficamente rigen los destinos del Estado. Ha acertado de pleno al definir la característica común de todos los miembros de la casta política nacional, en la que hay que incluir, como no, a los de los restantes partidos. Viene a confirmar lo que todos los españoles sabemos y pensamos de aquéllos que tan funestamente nos representan: la búsqueda incansable del beneficio personal, el acumular puestos y sus consiguientes prestaciones, el favorecer intereses particulares y/o familiares, el derrochar favores reintegrables en forma de contratos a allegados o empresas, el garantizarse retiros dorados donde trabajar aún menos, el llevárselo directamente y sin intermediarios mediante comisiones y sobornos y el perpetuarse en el cargo hasta el final de los tiempos son los objetivos más importantes de los componentes de esta lacra desde que aspiran a llegar al poder.

Lo dicho por Antoni Asunción da para mucho. Ya que se lleva lo de la memoria histórica, cambiar el heroico “no pasarán” de la izquierda española en la Guerra Civil por el “no me moverán del cargo” de los actuales socialistas invita a que los que sienten y piensan en rojo dinamiten la dirección actual antes de que esta destruya con su traición todos sus principios. Ahora bien, cabe considerar que el antaño ministro está en el mismo paquete que aquéllos a los que ha dedicado su frase. O puede que no. Haciéndolo fácil uno no puede evitar canturrear “el vino que tiene Asunción, ni es blanco ni es tinto ni tiene color”. Igual es más vinagre del malo con el que seguir inundando y amargándonos la vida. O igual hay que bebérselo en un cáliz sagrado y bendecir su aroma. Ya se verá.

La estrategia de Trinidad Jiménez

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Las estrategias políticas son, en ocasiones, de lo más sorprendentes. Ya inmersa en la lucha por la candidatura socialista a la Comunidad de Madrid, Trinidad Jiménez se presenta basando la fuerza de su proyecto en sus diez años junto a Zapatero, y vinculando su capacidad a la misma demostrada por el Presidente del Gobierno. Buen aval se ha buscado. Si piensa hacer las cosas igual que el jefe, en el supuesto supuestísimo que gane, primero a Tomás Gómez y después a Esperanza, que la divina providencia cuide de los madrileños, pues irían más que servidos. No sé quién le asesora, pero es recomendable, si de veras desea hacer carrera, que no se pegue mucho a Don José Luis. ¿Qué por qué lo digo? Aparte del leñazo que se le viene encima, la traición y la ineptitud no son cualidades que precisamente busque un votante en aquél que le vaya a representar. Y de eso, el líder socialista anda muy sobrado. Tiene sobre su conciencia, si sabe lo qué es eso, la responsabilidad sobre la ruina social y económica de casi todo el país. Sólo se libran de la miseria los miembros de la casta política, del partido que sea que lo mismo da, y sus colegas y asociados.
Claro que igual piensa que estaría muy feo que ella no elevara a los altares a Zapatero, ya que ha colaborado estrechamente con él en crear el desaguisado. Son muchos años codo con codo destruyendo España. Y eso une. Por eso quizás haya optado por declararse pública y notoriamente tonta y no renegar del maligno, en vez de que le acusen de alta felonía hacia el mejor dirigente político desde Abraham. Me da la sensación de que se lo está poniendo a huevo a su rival (confiando siempre en la inteligencia de los militantes socialistas madrileños).

Politica exterior

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España ha iniciado una ofensiva internacional para fortalecer su posición en el mundo, vender lo que pueda y sacar inversiones con las que intentar revitalizar su débil posición económica. El Presidente del Gobierno ha girado visita a China y Japón. Siempre pidiendo confianza y dibujando una España fuerte y capaz, en crecimiento y con solvencia. Está bien. Hay que obtener dinero de donde sea, y parece que en las dos grandes potencias orientales puede hallarse la inyección económica que el país necesita. Ahora falta que por aquellas tierras se crean lo que dice Zapatero y se fíen de su aptitud y capacidad para cumplir lo comprometido y lo ofertado. Tontos no son, pero igual pican.
Lo que no puedo comprender es qué pintan Leire Pajín, Elena Valenciano y unos cuantos más en Cuba. Igual es que hay orden de proteger y justificar los regímenes dictatoriales, y por eso se cierran filas en torno a Fidel y Raúl (o se defiende antes a Marruecos y su “democracia” que a ciudadanos españoles). Quizás se trata de un desarrollo bastardo del concepto de solidaridad con países oprimidos ( los apoyos deberían otorgarse a los dominados y no al opresor). O, simplemente, es una orejada más de nuestra política exterior.
El tema es el de siempre. Para no saltarse la norma, la lógica y el absurdo se funden de nuevo en los comportamientos y acciones del gobierno español. Mientras que por un lado se actúa con corrección, por otros, léase Marruecos y Cuba, seguimos haciendo el ridículo. De donde no hay, poco se puede sacar.

¿Enseñanza gratuita?

Y un cuerno de buey. Entre libros, material escolar, ropajes varios y calzado se te va de viaje la hipoteca del mes. Cierto que el desembolso vale para todo el año, en la mayoría de las ocasiones. Pero los libros de los pequeños cuestan como si de manuscritos incunables salvados del incendio de Alejandría se tratasen. Las editoriales cambian tres párrafos de cada asignatura, y así el libro no se puede heredar. Se deberá que la lengua, la literatura o el conocimiento del medio son temas tan vivos que hay que renovar su contenido todos los años. Por no hablar de las ciencias: cuadernos de matemáticas para niños de cuatro años a treinta euros. Digo yo que bien debieran convertir a nuestros tiernos infantes en ingenieros de telecomunicaciones antes de llegar a los siete. Un despiporre económico del que viven y sobreviven las empresas que se dedican a esto de elaborar las materias, y que abusan de la obligatoriedad de la escolarización: si no tienes el libro, no puedes estudiar la asignatura. Así que, a pasar por el aro o a pedir auxilio a centros y APA.
Es el cachondeo legal de todos los meses de septiembre. Enseñanza gratuita y obligatoria. Más de lo segundo que de lo primero. Agujero en los bolsillos para insistir en la ruina que llevamos encima. Pero son lentejas que no te puedes dejar. Como todos los años, ya saldremos de ésta. Espero.

Zapatero, Miguelín y la expo

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Genial. José Luis Rodríguez Zapatero ha estado sembrado al comparar España con un bebé robotizado de más de seis metros de altura, ojos azules y rubito como un querubín. Miguelín se llama el interfecto, obra de Isabel Coixet: se trata de un coloso en pañales que representa a nuestro país en la expo de Shanghái.
Claro está que la equiparación entre el estado español y el muñeco en cuestión no va por derroteros físicos: es un cotejo entre el tamaño del androide y el futuro económico de España. Intentando quedar como Quevedo el Presidente, sin pretenderlo, ha definido a la perfección el panorama que nos espera: seremos niños pequeños, indefensos aunque mastodónticos. Necesitaremos comer mucho para poder sobrevivir, pero no sabremos ni podremos hacerlo solos. Totalmente dependientes, sin capacidad para decidir ni conocimiento, llorones y cagones, a los que nos tendrán que llevar con trapos por no controlar las deposiciones y enseñar a andar sin tropezar. No se nos dejará solos, pues a buen seguro nos lastimaríamos o romperíamos lo que encontrásemos en nuestro rededor. Siempre de la mano de un mayor y obligados a obedecer. Vamos, lo que se entiende por partir de cero.
Por una vez Zapatero ha comunicado arte con sus palabras, ha embellecido un discurso que desde el “no os fallaré” había perdido encanto y chispa (¿qué marca de pastillas consumirá este hombre?). Todo un lujo. Lo que ocurre es que él lo ha dicho con otro sentido, y aquí se puede interpretar de muchas maneras. Ésta es la mía, yo lo veo así, como más próxima a la realidad que la intención con la que el presidente del gobierno se manifestó.

No somos nadie

No valemos ni un real: sólo servimos para dóciles y aborregados consumidores de política basura, con los derechos en manos de manipuladores. Obedecer a lo que te digan. Ver, oír y callar. Ver lo justo, oír lo que ellos quieran y callar siempre. Nada de ideas, pues defenderlas suele crear problemas y te van a dejar más solo que la una: si te metes en un lío en el nombre de la libertad y la justicia, apáñatelas como puedas, que con ellos, aunque ésa sea su obligación, no puedes contar.
Debo ser imbécil pues no veo la diferencia conceptual entre ser un cooperante, que lucha por sus ideales de libertad, igualdad y solidaridad, o ser un activista pro saharaui que pelea por lo mismo. Gente que se sacrifica por mejorar el mundo y acabar con la explotación y la miseria. Españoles que exportan sus principios democráticos y que trabajan contra la opresión económica, política y social. Es el mismo concepto, una batalla común con distintas armas.
Entonces, si desde el Gobierno se combate contra secuestros y se paga si es necesario, ¿por qué no se actúa con idéntica decisión cuando de abusos y agresiones se trata? ¿Es, quizás, por temor al rey feudal Mohamed VI? ¿Tanto valen su pesca y sus fosfatos como para permitir que nos escupa con desprecio a capricho? ¿Es, como parece, que el Sahara y su pueblo le importan tres cuartas al gobierno español? ¿O, simplemente, Moratinos y su jefe son tan torpes, ineptos y cobardes como aparentan?
No me siento representado por los dos, pero la conciencia democrática me obliga. Me avergüenza que la imagen exterior de mi país (tan mío como de cualquiera) la encarnen los actuales ministro de exteriores y presidente. Me duele que se rían de ellos allá por donde van, pues, para mi desgracia, también lo hacen de mí. ¿Hasta cuándo?

Españoles por el mundo: Marruecos

Indefensión. Esa es la situación en la que cualquier ciudadano español se encuentra en Marruecos. Llegar a esta conclusión no se hace gratuitamente: la diplomacia española en lo concerniente al país “amigo” no está a la altura obligada. Somos los enemigos de Mohamed Vi y de sus fieles perros de presa con uniforme policial. El rey alauí conoce la debilidad de nuestro gobierno: nos tanteó en Melilla y vio que nuestra reacción se ajustaba a la de un ejecutivo cobarde y sin fuerza. Consiguió que sus camorristas triunfasen sobre los derechos de una ciudad española mientras que nuestro ministro agotaba sus vacaciones en Francia.
Tiene al gobierno socialista donde quiere: el dictador no desea intromisiones en su labor de exterminio del Sahara, y se va a aprovechar de la blanda y pasiva actitud de España para lograr su objetivo de controlar el territorio antaño colonia española y hogaño bajo la represión y el dominio autoritario de Marruecos. Pesca y fosfatos pesan mucho a nivel internacional, por lo visto.
No sé por qué el gobierno Zapatero teme tanto a Mohamed VI. No sé cómo el poder del Duce del Magreb ha conseguido poner el pie encima de España. No sé hasta cuándo se va a consentir la continua burla y menosprecio que hace de los españoles. Y no sé qué pintan Moratinos en exteriores y Zapatero en la presidencia del Estado si son incapaces el uno y el otro de defender los derechos de España y los españoles dentro y fuera del territorio nacional. Si ya es grave de por sí la cobardía cuando ésta se manifiesta en las cúpulas del gobierno, más grave es recrearse en ella, echarle las culpas al aire y no solucionar con firmeza y decisión los problemas, negando incluso la existencia de los mismos. Nos siguen tomando por tontos.