Aunque se ofrezca la imagen del consenso en la elección de Elena Martín como candidata del sector oficial del PSOE alicantino, analizando las declaraciones de Roque Moreno con detenimiento se percibe un rumor de guerra interna sin cerrar. El ninguneo al que se ha sometido al secretario local del PSPV-PSOE le ha dejado tocado, pero no hundido. Tiene afiladas las uñas y deja muy claro que la candidatura le ha sido impuesta, que no se ha valorado su trabajo y mucho menos se han tenido en cuenta sus deseos. Habla de decisiones y planteamientos inadecuados por parte de la dirección provincial del PSPV, responsabilizando de éstos a Ana Barceló. Reconoce no haber discutido con la secretaria general provincial, para luego afirmar que no ha hablado con ella del tema (si no se habla, no se puede discutir) y acaba diciendo que no tiene constancia de ninguna propuesta por parte de su compañera. Cada uno por su lado. Vamos, lo que viene a significar que han pasado por encima de él con un rodillo aplastándole.
Roque Moreno obedecerá las directrices recibidas y trabajará por Elena Martín. Pero, acogiéndose al mismo reglamento interno que le ha dejado vendido, advierte que las listas las elaborará él, que será él quien proponga la candidatura, quien la eleve a la ejecutiva y quien las traslade a la asamblea de febrero. Sí, va a escuchar (o quizás se limitará a oír) al candidato, pero deja claro que el bacalao lo va a seguir cortando.
Roque Moreno ha perdido una batalla, pero la lucha continúa. El espectáculo no se ha terminado, por mucho que se asegure lo contrario desde el PSOE de Alicante. Tengo la sensación de que aún quedan tiros por pegarse. Moreno es una persona seria, muy firme en su trabajo. Y ahora le han jodido y se va a defender. Seguro.
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