jueves, 23 de septiembre de 2010

El papel de Laporta y Rivera

En las cuentas que hacen los grandes partidos catalanes de cara a las elecciones autonómicas del 28 de noviembre no aparece definido el papel a representar por las formaciones políticas de Albert Rivera y Joan Laporta. Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, la formación política que preside el primero, ya obtuvo tres diputados por Barcelona en los anteriores comicios, constituyendo así una gran sorpresa. Se trata de una propuesta no nacionalista, que defiende que los derechos pertenecen a los ciudadanos y no a los territorios, el bilingüismo y la Constitución española. Se define como un partido de centro-izquierda y sufre maltrato continuo y agresiones verbales y físicas por parte de los radicales independentistas catalanes (como lo del demócrata miembro de Solidaritat que habla de pegarle un tiro en la nuca a Rivera).

EL partido del segundo, Solidaritat Catalana per la Independencia, está en el polo opuesto. Radical en sus planteamientos, propone proclamar la independencia de Cataluña primero y después someter esta decisión a un referéndum. Su líder afirma servirse de la popularidad obtenida en su anterior gestión como presidente del Barcelona y los éxitos deportivos de la entidad para captar el voto del independentismo catalán. Hablamos de un abogado que ha multiplicado sus propiedades e ingresos gracias a su posición como presidente de un club de fútbol y que ahora intenta trepar en una política catalana que ya le cerró las puertas en la década de los 90.

Los votantes pueden ubicar a cualquiera de las dos formaciones como bisagra en la futura gobernabilidad de Cataluña. Es una opinión, pero si el afortunado es Laporta, la opacidad y manipulación llegarán al Parlament (los extremos no son buenos, y menos cuando son interesados). El FC Barcelona está investigando sobre su etapa como dirigente del club. Y de lo que se conoce por ahora, nada es bueno para él. Llegar a diputado le valdría para librarse de lo que se le puede venir encima. Quizás ese sea el motivo de su irrupción política. O quizás no y estemos ante un personaje de la talla de Josep Tarradellas o Lluís Companys. Yo creo que no les llega ni a la altura de los calcetines, pero quién sabe...

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