Veamos qué significa piquete informativo. Se define como tal a un grupo de personas que dentro de una huelga intenta convencer al resto de que la secunde. Para ello utiliza medios legítimos que garanticen el derecho a la huelga de los trabajadores: informan, aconsejan y si pueden convencen. Hasta aquí todo correcto y deseable, el respeto a las libertades individuales por encima de cualquier otra cosa.
El código penal recoge las penas que se impondrán a aquéllos que coaccionan a otras personas utilizando fuerza en las cosas. No hace falta intimidación o violencia para ser delito, y se considera punible la tentativa. Así nuestra legislación protege el derecho a no hacer huelga, la libertad personal. Bueno es tener esto en cuenta en previsión de posibles comportamientos, y mejor sería que los sindicatos aleccionaran a algunos de sus elementos que no saben distinguir la opinión de la obligación.
La gente anda muy quemada con todo lo que suene a política y sindicatos, se han radicalizado posturas y avivado odios. Tropezones habrá de los que sacan llamas, seguro. Choques que pueden derivar en otras cosas que nada tienen que ver con la democracia. Por lo tanto, sería conveniente mantener el respeto necesario y demostrarnos a nosotros, como pueblo, que no somos unos salvajes, que nos merecemos los derechos que reclamamos.
Se trata de una jornada de huelga general, secundada por muchos, pero rechazada por otros tantos. No hay que forzar las situaciones, hay sentimientos opuestos y razones distintas totalmente válidas y que nacen del disfrute de la libertad. Negar que alguien piense diferente equivale a fascismo. El que quiera ejercer su derecho a la huelga, que lo haga. El que quiera ejercer su derecho a trabajar que lo haga. Y el que se salga de la línea, que pague después por ello. Esto sería lo justo. Ya veremos.
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