sábado, 25 de septiembre de 2010

UGT y CCOO cambian el discurso

Se acerca, está ahí, el miércoles 29 el Armagedón sindical se apoderará del territorio nacional. El sentimiento de lucha, la rebelión racional y justificada de los oprimidos invadirá el alma de los españoles y se manifestará grandiosa e inmensa la fuerza de la conciencia social. La reforma laboral no podrá resistir el empuje de la oposición y se derrumbará, obligando al torpe legislador a modificar su postura. La derecha, los empresarios y la prensa manipuladora, auténticos artífices de la crisis económica y de la ruina que asola el país, huirán despavoridos por el poderoso exorcismo efectuado por Méndez y Fernández Toxo, y se retirarán asustados al averno, abandonando así la el cuerpo de Zapatero. Éste, liberado de la posesión del maligno, reconducirá las naves del Estado hacia el pleno empleo y el bienestar, recobrando para sí mismo carisma e independencia. De película de Jaimito, pero es lo que hay. Los últimos mensajes de las formaciones convocantes van es esta dirección.
Las iras se dirigen últimamente contra la prensa que desprestigia a los sindicatos y sus sindicalistas, santos varones liberados que se desloman por todos los trabajadores. Hay que asesinar al mensajero que ha osado reflejar en sus informaciones opiniones y sentimientos de algunos españoles sobre aquellos que se dedican a sindicar. Los otros culpables del desaguisado social y económico son los partidos y sindicatos de derecha (¿?) y las empresas del tamaño que sea, que lo mismo da pues son todos hijos de Satanás. Vienen a decir que el que no participe en la movilización o, simplemente, se muestre crítico con ella, es un enemigo de la libertad, la igualdad y los derechos de los trabajadores, la reencarnación de Hitler. Porque, por supuesto, el gobierno, irónicamente socialista, obrero y español, está libre de pecado: todo lo mal ejecutado ha sido forzado por circunstancias y una conspiración judeo-masónica-facha-católica-empresarial-periodística-mundial contra el rey del talante. Una vez Belcebú expulsado, Zapatero será el de antes, el de las generosas subvenciones, amigo de sus amigos. Insisto: una jaimitada. Una bufonada en la que están obviando, quién sabe si premeditadamente, que si la huelga es un derecho, el trabajo también. Habrá que ver si se respetan ambos o, como ocurrió en Barcelona y los cercanías, se les escapa el tema de las manos.
¡Ah! Para que nadie dude. Reniego de la reforma laboral, de los recortes sociales, del asalto a las pensiones y los salarios de los funcionarios, de la política económica del gobierno, de su política exterior, del mismo Zapatero y sus acólitos, encarnaciones de la ineptitud. Pero, también reniego de los sindicatos que se encamaron con el poder y permitieron gustosos el atraco. Los mismos que ahora hablan de luchar…

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