jueves, 12 de diciembre de 2013

La destrucción de lo público


Que no lo dude nadie. Todos los movimientos que realiza este omnívoro Gobierno tienen como objetivo la destrucción de lo público. Ya empezó en tal menester la torpe, torpísima e incompetente administración socialista, ya dejó Zapatero los mimbres de la cesta en posición. Ahora, el ejecutivo de Rajoy se ha aplicado a fondo en la encomienda y persigue, paso a paso, decreto a decreto, ley a ley, que los empleados públicos desaparezcan. Primero se sataniza al sujeto, después se le culpa de todos los males y, por último, se le ejecuta.

No interesa la independencia en la gestión, no es conveniente para los intereses políticos que aquéllos que con su trabajo sostienen el funcionamiento de la administración sean coherentes en el desarrollo de sus funciones, no quiere el rector público de turno que nadie le tosa. La imparcialidad en la aplicación de la ley, la corrección en los procedimientos y no ser perros falderos son características molestas para la reata de manipuladores que rigen el destino del Estado español. Mérito, capacidad e igualdad al vertedero.

Se privatizan los servicios, se prostituye la Sanidad, se mangonea la Justicia y se adultera el sistema educativo, todo ello con alevosía y premeditación. Y ahora, para que la impunidad del muñidor sea absoluta, toca ponerle los grilletes a las Fuerzas de Seguridad del Estado, garantes máximos de los derechos constitucionales que amparan a todos los españoles. El Gobierno ha decidido pagarse a sí mismo una barra libre que le permita la creación de una Stasi y el control de grupos parapoliciales que intimiden al pueblo soberano y así maniobrar sin temor. La democracia, entendida como forma de organización en la que el poder recae en el conjunto de la sociedad, agoniza, tiene los días contados. La casta política está imponiendo su doctrina dictatorial y represiva.

Estamos muertos. Nada va a poder impedir los desmanes políticos, nadie va a poder interponerse entre el aparato coercitivo y nosotros. Policías y guardias civiles tendrán que plegarse al mandato o serán apartados de sus funciones, sustituidos por una Gestapo privada. Éste es el fin y el principio de la nueva Ley de Seguridad Privada, tener el servilismo asegurado y maniatar a los justos.
Los españoles soportamos una tormenta que, lejos de amainar, empeora agigantándose, convirtiéndose en un tifón que nos está arrebatando los derechos y las libertades y que nos va a dejar, sino lo estamos ya, desnudos y desarmados ante los abusos del poder.  Si consentimos que se destruya lo público, estamos perdidos, no habrá marcha atrás, porque lo que se va no regresa jamás. O reaccionamos o cuando vayamos a revolvernos ya será demasiado tarde. Tiempo al tiempo.

2 comentarios:

  1. La verdad es que lo publico garantiza como sistema solidario a los diferentes territorios de una Nación.
    Cual es el problema ... pues que no queda honor ni dignidad por parte de los que hemos puesto en el Sillon , de tal forma que se ha prostituido el sistema por los unos ahora y antes por los otros ... debería haber un vigilante que vigilara al que vigila , para cortarle la mano al que la meta en la caja común ... si no se aplican las leyes todo falla ... estoy al % X % de acuerdo en tu reflexión , de todos modos seguimos repitiendo las quejas cien mil veces todos los días del año , pero es necesario aportar ideas viables para intentar cortar por lo sano .....quisiera escuchar alternativas , .

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    1. ¿Cómo desmontarles el chiringuito?...Esa es la cuestión. Controlan absolutamente todo...me dice un amigo que tomar las calles y paralizar el país provocaría que las máscaras cayeran. Pero para ello hay que vigilar bien con quién peleamos y contra quién peleamos...Quizás, para acabar con un sistema corrupto la única manera es hacerlo desde dentro...¿Quién es capaz de combatir la corrupción desde la misma corrupción sin contagiarse de ella?...Las nuevas generaciones son los que deben tomar las riendas y decir ¡basta!...No sé, Vicente. Por eso, aunque para ganarme tengan que eliminarme, cada vez veo la lucha más complicada. Pero, amigo, tenemos que darles cuando podamos, con lo que podamos y donde podamos, que somos más y mejores que ellos, joer. Hablamos.

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