Mola esto de las vacaciones
de verano. Para todos los gustos, que aquí las hace todo dios, que el que no se
marca algo distinto en estas fechas es porque está de más en este mundo de glamur
y poderío, sobra en este país de coña y pandereta “agujereá”. Y si no, veamos unos ejemplos, unas muestras del
esplendor patrio veraniego.
El primero. La Infanta
Cristina ha reaparecido este lunes en Mallorca, como si fuera o fuese la novia
de Chucky. Y es que los niños han comenzado un curso de vela, doctorado básico
para el ejercicio de la aristocracia. Qué menos que los rorros reales adquieran
conocimientos vitales para eso de la monarquía y tal y tal, qué viva lo feudal
y de paso, el vástago de los ingleses, otro más que las va a pasar canutas para
sobrevivir…Marivent les echaba de meNoos (un chiste fácil, simplón que es uno,
qué le vamos a hacer).
El segundo. Bárcenas se va a
chupar una temporadita más en el spa de Soto del Real. Y es que no se fían de
esta alma cándida, de este santo varón, pobrecito él, tan bueno y cariñoso. Dicen
que se puede fugar y que, en su desesperada excursión hacia el peluquín y las
tetas postizas, podría darle la vena y destruir evidencias. Así que, ante el
temor de que Luis el cabrón pasara a llamarse Dorotea la cabrera y se currase
la carrera en un alterne de Bangkok, me
lo dejan de vacaciones en el trullo. Un todo incluido de categoría y sin
balconing, que las rejas no permiten aterrizar en la piscina.
El tercero. Tres niños de la
zona norte de Alicante, la más deprimida de la ciudad, se van a tirar una
temporada en el Hospital por culpa de la tontería ésa de la tuberculosis.
Parece ser que los desgraciados no sabían lo que era esa cosa del comer y, por
ello, la desnutrición les ha conducido al hospital. Allí, por lo menos y salvo sorpresa, alimento
no les faltará, que por muchos recortes que existan para un chusco de pan sí
que llega… Y, por lo visto, para navegar en familia, también… Y, cómo no, para
custodiar y cuidar a una mangante excreción del sistema, tampoco faltan los
euros.
Y no sigo por hoy, me tiño
las cejas a lo Sergio Ramos, meto el culo en la nevera a ver si se me enfrían
los ánimos y me olvido de la parentela de más de uno. Así cojo algo de fresquito,
que entre el calor y la mala leche me estoy empapando en los sudores de la
muerte y no es plan.