jueves, 4 de abril de 2013

Don Cicuta González


Digo yo que podré decirle a este señor lo mismo que él me dice a mí. Bueno, a mí, a ti y a todos. Porque este proyecto madrileño de don Cicuta se ha dado el lujo de llamarnos tontos en voz alta y sin cortarse un pelo. Quiere este Goebbels de cajetín ponerle límites a la libertad de información. Claro, como los españoles somos una banda de descerebrados incapaces de pensar y razonar, ahí están él y los que son como él para hacerlo por nosotros mientras se pasan por el forraje personal la Constitución y lo que no es la Constitución. Los borreguitos no tenéis derechos. Los borreguitos, a pastar sin dar un balido más alto que otro, que ni poneros los pantalones sabéis. Tontos de la baba, paletos, ya os indicaré yo qué es lo que se ve, qué es lo que se escucha, qué es lo que se lee, qué es lo que se dice, qué es lo que se siente…
Pues bueno, allá voy, que llevo muy mal lo de ponerme un esparadrapo en la boca y, según se deduce sin esfuerzo de las doctas palabras del ilustrado, soy un tarado…A ver…¿Cuál es mi cámara?...¿Ésa?...Hala, ya estoy. Váyase a tomar por saco, señor González. Le envío a un saco a su medida, al mismo saco al que me ha mandado usted, al que abriga idiotas. Y le ruego sepa disculparme, porque yo no estaré ahí, ya que ése no es mi sitio. Básicamente porque, aunque no se lo crea, yo sí sé distinguir entre el bien y el mal, entre el día y la noche, entre el cabal y el payaso, entre el honorable y el despreciable. No necesito su vara de pastor para funcionar y, que lo tenga claro, estoy harto de todos ustedes. Así que, en un quid pro quo razonable, cada vez que desde el lado en el que moran los brahmanes me venga un insulto, yo lo devolveré con sumo placer y en justa correspondencia.
Y ya metido en harina, para que vea que no es inquina, aprovecho el tirón y hago extensible la comanda al señor Griñan. Otro que sigue pensando que los españoles somos imbéciles, otra ave rapaz que se cree que volando y volando estará a salvo toda su vida. Otro al que hay que aguantarle las sandeces. Otro que, casualmente, fíjate tú qué cosas, anda también ocupando la presidencia de una comunidad autónoma.
Ya me lo decía, pobrecito, el difunto de mi abuelito. Tomás, no se le puede dar una metralleta a un chimpancé, que seguro la lía. Pues eso. Que tenemos el circo lleno de monos.

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