Digo yo que podré decirle a
este señor lo mismo que él me dice a mí. Bueno, a mí, a ti y a todos. Porque
este proyecto madrileño de don Cicuta se ha dado el lujo de llamarnos tontos en
voz alta y sin cortarse un pelo. Quiere este Goebbels de cajetín ponerle
límites a la libertad de información. Claro, como los españoles somos una banda
de descerebrados incapaces de pensar y razonar, ahí están él y los que son como
él para hacerlo por nosotros mientras se pasan por el forraje personal la
Constitución y lo que no es la Constitución. Los borreguitos no tenéis
derechos. Los borreguitos, a pastar sin dar un balido más alto que otro, que ni
poneros los pantalones sabéis. Tontos de la baba, paletos, ya os indicaré yo qué
es lo que se ve, qué es lo que se escucha, qué es lo que se lee, qué es lo que
se dice, qué es lo que se siente…
Pues bueno, allá voy, que
llevo muy mal lo de ponerme un esparadrapo en la boca y, según se deduce sin
esfuerzo de las doctas palabras del ilustrado, soy un tarado…A ver…¿Cuál es mi
cámara?...¿Ésa?...Hala, ya estoy. Váyase a tomar por saco, señor González. Le
envío a un saco a su medida, al mismo saco al que me ha mandado usted, al que
abriga idiotas. Y le ruego sepa disculparme, porque yo no estaré ahí, ya que
ése no es mi sitio. Básicamente porque, aunque no se lo crea, yo sí sé
distinguir entre el bien y el mal, entre el día y la noche, entre el cabal y el
payaso, entre el honorable y el despreciable. No necesito su vara de pastor
para funcionar y, que lo tenga claro, estoy harto de todos ustedes. Así que, en
un quid pro quo razonable, cada vez que desde el lado en el que moran los brahmanes
me venga un insulto, yo lo devolveré con sumo placer y en justa correspondencia.
Y ya metido en harina, para
que vea que no es inquina, aprovecho el tirón y hago extensible la comanda al
señor Griñan. Otro que sigue pensando que los españoles somos imbéciles, otra
ave rapaz que se cree que volando y volando estará a salvo toda su vida. Otro
al que hay que aguantarle las sandeces. Otro que, casualmente, fíjate tú qué
cosas, anda también ocupando la presidencia de una comunidad autónoma.
Ya me lo decía, pobrecito,
el difunto de mi abuelito. Tomás, no se le puede dar una metralleta a un
chimpancé, que seguro la lía. Pues eso. Que tenemos el circo lleno de monos.
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