viernes, 23 de diciembre de 2011

Yo también estuve ahí

Yo también he estado ahí. Pero está claro que no en el mismo sitio. Llevo siete años sufriendo un Gobierno, siete plagas que me habilitan para valorarlo. José Luis Rodríguez Zapatero ya tiene su lugar en la historia de España (en lo que concierne a la historia del socialismo como que me la trae al pairo). Por el momento, el ínclito no ha alcanzado las cloacas, ya que acabamos de tirar de la cadena. Pero cuando toque alcantarilla, sin duda se confundirá entre las deposiciones y desaparecerá definitivamente de nuestras vidas (no de nuestros impuestos, que hay que pagarle la vecindad con Botín). En consecuencia, y desde una perspectiva objetiva y sosegada, alejada de intereses personales o partidistas, yo, soldado de a pie, manifiesto que me he cansado de padecer las decisiones del quinto presidente del Gobierno en democracia, y las sitúo, pues así corresponde, en la categoría de tropelías e infamias. Es evidente que para ejecutarnos ha contado con el inmenso apoyo, como presidente y secretario general del PSOE, de una parte de los militantes socialistas. Como también lo es que otros muchos, ahogados como el resto por las continuas torpezas de su gestión, han desertado de un ejército que, entre incondicionales, suicidas y estómagos agradecidos, ha rendido miserablemente plaza y cuartel.

Decir que Rodríguez Zapatero es un magistrado en democracia es un falaz atrevimiento, propio de los que han sabido arrimarse al poder del desquiciado ex presidente. Negar, mentir, camuflar, mentir, manipular, mentir, esconderse, mentir, dilapidar, mentir…Todo esto no es democracia, pues el engañado, el ofendido y el manipulado es el soberano pueblo. Y tampoco es defender al frente del Gobierno su programa electoral con sinceridad y valentía, cualidades ajenas al sujeto en cuestión. Tratamos con un mentiroso patológico y grandísimo cobarde que ha arrastrado al país a la debacle económica y social. Jamás ha habido tanta diferencia entre ricos y pobres, y esto sí que es una realidad tangible. ¿Que cometió errores? Todos los habidos y por haber, sin duda. Y con él los aplicados integrantes de sus equipos de gestión, que para meter la pata tanto hace falta mucha ayuda. ¿Qué había otras alternativas, para dar respuesta a la crisis? Pues claro que sí. Cualquiera menos las adoptadas, vistos los resultados. ¿Y qué hizo Zapatero? Se mantuvo al frente de un Gobierno legítimo, pues de las urnas salió. Sin embargo ni supo ni quiso ceder y dar paso nuevas ideas. Se enquistó en su incompetencia, y nos hizo perder posibilidades. Ahora algunos lloran y otros se descojonan porque debe dar el relevo en la Secretaría General del PSOE. Bien que lo veo. La roña hay que sacudírsela.

Tras la derrota sufrida en las últimas elecciones, los socialistas tienen por delante mucho trabajo que hacer. Un trabajo político que les va a exigir inteligencia, autocrítica y un profundo ejercicio de responsabilidad. Vamos, todo lo que les faltó a quienes estuvieron allí de manera evidente y entusiasta, a los que formaron parte de los Gobiernos que presidió José Luis Rodríguez Zapatero y están orgullosos de ello…Como para no estarlo, ¿verdad? Buenos sueldos por destruir, premios por asolar, estipendios de lujo por arrasar el Estado de Bienestar. Barrigas llenas y carteras rebosantes. Bien nacidos que no muerden la mano del que tan copiosamente les alimentó mientras finiquitaban la cohesión social. Aduladores inútiles, ex secretarios, ex subsecretarios y ex directores generales que son igual de culpables que su amo, José Luis Rodríguez Zapatero, y que, subidos en el mismo autobús que éste, han atropellado a la sociedad española.

A todos vosotros, signatarios de la vergüenza, deciros que yo también he estado ahí. Pero que, a diferencia de vosotros, incapaces gestores, no he gozado de las mieles del poder. He luchado en las trincheras, tragándome vuestra basura. Me he hundido en el fango y me he levantado cientos de veces, mientras vomitabais incompetencia. He sangrado y sangro por vuestra culpa. Y, aún así y a pesar de vuestro encomio, no me habéis derrotado todavía. A vosotros, que sois lo peor que nos podía haber pasado, os digo con cariño, poseído por los espíritus de las navidades pasadas, presentes y futuras, que tanta paz os llevéis a vuestras mansiones como miseria dejáis en la casa de los españoles. Iros a hacer puñetas.

1 comentario:

  1. Sí, que se vayan a hacer puñetas, pero a la cárcel como delincuentes que son y, antes de irse, que devuelvan todo lo que han robado...

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