Quiero morir matando. Lo
pinten como lo pinten, vengan los griegos y se inmolen, le presten dinero a la
banca española, nos suban los impuestos, nos bajen los salarios, nos amputen
derechos a destajo o aceptemos pulpo alemán como animal director y de compañía.
Sea como sea, los mercados, con el beneplácito teutón, nos están violando con
nocturnidad y alevosía, que ni sentarnos podemos ya. La Merkel no quiere eurobonos
ni unión bancaria; el cuarto Reich que tiene montado se le desmoronaría. Y yo
le entiendo a la mujer. Supondría colocar su deuda al nivel de los países
rescatados. Y eso no puede ser. Mejor sacrificar a los parias y pasarse por el
forro la unión…¿Qué unión?...
Es por ello que, ya que voy
a morir seguro, prefiero llevarme por delante a todo dios. Y es muy fácil,
cuestión de arrestos. O nos dejan en paz o nos cargamos el euro. Suspensión de
pagos y ya cobrarán, todos a la cola. Venga usted mañana y ya veremos lo que
cobra, cómo lo cobra y cuándo lo cobra, si es que acaba cobrando. Y nosotros, a
comernos los unos a los otros si es menester. Cualquier cosa menos seguir
permitiendo el acoso y derribo orquestado que estamos sufriendo. Ya que España no nos pertenece, si alguien tiene que
destruirla del todo, que seamos los españoles los que lo hagamos, y no los
invasores.
Así que, la próxima vez
que el FMI pida más sangre, al carajo han de ir, con una bota, con una bota. Y
si los especuladores continúan forrándose con el juego que se traen entre
manos, rompamos la baraja. Al carajo también con otra bota, con otra bota. Y si
los alemanes se cabrean, pues en el carajo queda sitio para unos cuantos más. Qué
ya está bien de palmar. Rien va plus, visceral que es uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario