martes, 8 de enero de 2013

Messi, de oro y lunares


Ver a Messi disfrazado con un traje pijo de faralaes made in Dolce & Gabana mientras le daban su tetra-balón de oro es una imagen para no archivar en la memoria de los que gustamos de eso que llaman fútbol. Y eso va a ser tarea difícil ya que tocará discernir entre el genial futbolista y la inesperada aparición de un macarra de club vip. Todo sin que nadie se ofenda, que mentar al rey del balompié hiere más sensibilidades que la matanza de focas. Pero a muchos lo visionado nos supone una ruptura absoluta de esquemas, pues el argentino pasó de domador de pelotas a presentador hortera de un programa nocturno de tele-casino. O lo que es peor, eligió protagonizar y ensalzar una mala broma. Una gala de coña cuyo único objetivo es engrandecer a vividores como Blatter y compañía,  a la par que reventar a canapés a un franco-ruso con un sobrepeso tal que convierte a Obelix en anoréxico.

Y es que  a mi entender, que debo ser muy clásico en lo de vestir, el atuendo lucido y la pajarita de carnaval estaría bien para cubrir a Johnny Deep en algún estreno sobre alfombras rojas, para vestir al genial Tamariz y su tatatachán, o, incluso, para que un dilatado Maradona paseara su papo por el planeta. Pero para que el mejor jugador de la historia (va en gustos, y el gusto es mío) lo luzca en ese trasnochado guateque, pues como que no. Aunque me diréis que a mí qué me importa lo que se ponga o deje de poner, como si quiere ir en cueros. Igual que aquel rey del cuento que caminaba desnudo entre sus súbditos hasta que un niño le dijo que se tapara las vergüenzas, que iba haciendo el ridículo. Y tenéis razón. Me trae sin cuidado. Juega como Dios, si es que Dios juega al fútbol.

Lo que ocurre es que, en este país bipolar, en el que hay que ser por narices del BarÇa o del Madrid, del PP o del PSOE, de campo o de playa, de izquierdas o de derechas, de carne o de pescado, o de algo o su antagonismo (que no es lo mismo), el hecho fehaciente de que a Messi lo vistió un enemigo se utilizará para peleas, insultos, divorcios y homicidios varios (Visualizarlo: Antonio, el niño dice que de marinero no hace la comunión,  que él va de lunares, así que coge una chaqueta negra y el colador, que voy para allá con la lejía y lo apañamos).

O, lo que me temo, se transformará en un argumento para que los que mandan se inventen una nueva cortina de humo con la que entretener a la plebe, que el efecto entrevista geriátrica Hermida-S.M. ya se va disipando, y, aparte del viaje a Girona en el AVE María de Rajoy, Mas, el Príncipe y unos cuantos de los que andan arruinando el país, algo hay que ofrecer para que hablen y rían los vasallos del reino. Vaya por Dios.

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