Me he quedado con ganas de más. La obra “Hay
un duende en el sofá” se me pasó en un suspiro, entre risas y atenciones,
enredado con los versos que las niñas y los niños del Grupo Mornés, que
reparten sus edades entre los 8 y los 13 años, representaron el domingo 21 de
abril en el teatro del colegio María Auxiliadora. Tras una presentación de
caramelo, empezó la función con una canción, la misma con la que, tras 75
divinos minutos, se cerró la tarde. Y entremedio la magia, el embrujo de los
pequeños. Cinco actos llenos de vida, réplicas perfectas, actrices y actores
poniendo en escena un libreto original, una obra a la que entregaron su luz y
que bien supieron defender. Nadie mejor que ellos para acometer tamaña faena.
La naturalidad y la espontaneidad son fundamentales encima de un escenario y
los miembros del grupo Mornés demostraron que andan sobrados tanto de lo uno
como de lo otro.
Fue, sencillamente, delicioso, un placer para
los sentidos, un rato maravilloso. Algo que no se debe detener, que hay que
continuar, que seguro va a prolongarse mientras ellos lo deseen. Es teatro, y
el teatro necesita funciones, mostrarse espléndido en diversos escenarios. Y
cada vez que se represente, mejorará la precedente, porque los intérpretes son
buenos, muy buenos, genios capaces de cualquier cosa. Verlos atreverse delante
de cuatrocientas personas con una obra en verso, lo que la hace más difícill,
no acobardarse y devorar sus papeles es razón válida para creer que la vida
sigue siendo un regalo. Yo así lo siento, ellos me lo han hecho sentir.
Porque valen la pena. Mafer Gutiérrez, Clara
Verdeguer, Lucía Sánchez, Irene Navarro, María Moya, Beatriz Cano, Alba Lillo,
María Carrillo, Thais Mora, Rocío Gil, Ana Fernández, Xenia Mora, María José
Vázquez, María Salinas, Lucía Collado, Jorge Tarí, Daniel Sánchez, Gorka
Pastor, Daniel Herrero, Alejandro Esteso, Eugenio David Herrero, María
Gómez, Marta Andréu, Amanda Giménez, Blanca Abellán, Mireia Sáez, Juan Carlos
Gutiérrez, Natalia Mañogil, María Marco, Tomás Salinas, Dora Moreno y Fernando
Gilabert. Así se llaman. Estos son los nombres de los increíbles y fabulosos
miembros del Grupo de Teatro Mornés.
Y a ellos quiero enviarles este mensaje. Con
todo el corazón. Sólo puedo daros las gracias por ser como sois, por estar ahí,
por ser tan valientes y por, una vez más, dejarme, dejarnos participar de
vuestro trabajo y contagiarnos vuestra ilusión. Es imposible no quereos. Yo os
quiero, y mucho, ya lo sabéis. Y no me cansaré de hacerlo. Gracias, gracias y
gracias.