La secretaria general del PP
y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, ha asegurado
este lunes que "la política es el arte de hacer lo posible con lo que se
tiene". Pues bueno, pues vale, si ella lo dice, así será. No estoy en
condiciones de discutirlo ya que, tras
darle muchas vueltas para digerirlo, hora es todavía que no me ha pasado por la
garganta. Porque, no hay que negarlo, ofrece varias y muy dispares
interpretaciones. Aquí dejo caer cual ladrillo la última que se me ha ocurrido
hasta que se me ha suicidado la neurona pensante, qué dolor, qué dolor, qué
pena.
Si la política es un arte,
el político es un artista, es el amo de la pista, un actor que, por arte y
gracia de votos y artificios, articula su fortuna gestionando la de los demás.
Y con el ilimitado acceso a lo ajeno que la posición otorgada (por la voluntad
soberana) o regalada (por otros miembros de la troupe) lleva inherente, debería
hacer, evidentemente, lo posible y algo más con lo que en realidad se tiene.
Pero, ¡ay Dolores, Lolita, Lola! Los virtuosos de la cosa han sido y son unos interesados
y pésimos ejecutantes que se han dedicado, tiempo ha, y dedican aún hoy a
gozarla y disfrutarla, construyendo pirámides de prestado con tal de contentar
a la masa plebeya. Un espectáculo de pan y circo con el que recaudar para
seguir libando los jugos del poder y ponerse tibio con menús subvencionados a
3,55 mientras los infantes degluten en fiambreras. Será que no les llega a los
miembros de la farándula para comer, dura la vida del artista que tiene que
recurrir a las cafeterías parlamentarias para calmar su apetito (el ilustre
jefe de la oficialidad madrileña de empresarios bien sabe lo que digo, que se
lo ha montado de vicio, restaurador de los arruinados diputados y míseros
asambleístas).
Cabe entonces señalar a
lápiz que haciéndose lo posible han germinado y brotado ERE´s andaluces, Brugales
varios, Operaciones Campeonas, aeropuertos fantasmas para fantasmas y tahúres,
Artes y ciencias urbanizadas, parques temáticos porosos y absorbentes,
Institutos para yernos espabilados, Millets, Pretorias, Palmas arenas y etc.
Lista interminable de vergüenzas públicas de artistas que se han matado por
robar lo que no les ha pertenecido nunca. Amontonar despropósitos y corruptelas
arrebatando lo que se tenía, más lo que se pedía en préstamo y más lo que se
mendigaba y mendiga, sabiendo que el avalista de la indecencia, el absurdo y el
hurto es un pueblo de borregos que, cuando ha participado de la ficción, no ha
protestado. Ahora que no se tiene pues ya se ha birlado se pretende parchear la
colchoneta, reclamando sangre y sacrificios de los mismos paganos que antes no
supieron reaccionar.
La política, antaño arte y
ciencia reservada a los sabios, es ahora un engaño pues ha sido adoptada en
prenda por farsantes y falsarios, que no hacen lo posible con lo que tienen ya
que nada tienen suyo y de los demás nada queda ya con lo que hacer nada. Y, dado
que cierto es en esta historia que nada saben hacer los que nada valen, nada
hacen y en nada se aplican más que en nadar con ropas de otros sin mojarse los
calzones y bragas propias.
En el mientras tanto, y
aunque no venga a cuento (o quizás sí), nuestro monarca acumula unos ahorrillos
de 1790 millones de nada. Puestos a tener, vive Dios, él sí que tiene.
Entonces, ¿por qué no hace lo posible por hacer lo posible con lo que tiene y
tendrán los suyos, por los siglos de los siglos, amén? Y lo digo por decir
algo, derecho que asumo pues yo sí hago lo posible con lo poco o nada que tengo.
Y tú también. Y ellos y ellas. Y aquéllos y aquéllas. Y todos menos los que
deben hacerlo. Los artistas.
BUENISIMO
ResponderEliminar