Fervor popular. Un exitazo sin parangón para los convocantes. Alicante, paralizada esta mañana por la masiva participación en la huelga. Estoy llorando de emoción. 50 piqueteros se han concentrado en Maissonave y han impedido que los esquiroles ejercieran sus derechos y pudieran acceder a los establecimientos comerciales a currar o comprar. Dada la importancia de la misión, las tres marchas convocadas han confluido delante de Zara. 2oo defensores de los trabajadores han continuado con su democrática presión y, más chulos que nadie (el poder que otorgan las banderitas es de otro planeta) han proseguido en su sagrada encomienda de joder a los que no piensan como ellos. La ingente cantidad de manifestantes ha crecido hasta alcanzar la impresionante cifra de un millar (según fuentes sindicales, que según los locales no eran más de 300) y ha conseguido que los comerciantes cerraran sus negocios a su paso, solidarizándose con las compañías de seguros que no cubren las lunas rotas. Después, cuando los pacíficos han pasado de largo, a volver a abrir la tienda, que si no se trabaja, no se come. Tal ha sido el tsunami reivindicativo que, en un momento dado, había más policías que sindicalistas, y no porque se hubiera movilizado a la reserva, no. Es que para ser más que cuatro gatos folloneros no hace falta sumar mucho…Las lágrimas me caen sobre el teclado, qué alegría, qué alboroto…No puedo seguir…
Sé que algunos se van a sentir ofendidos por mis palabras. No es eso lo que pretendo. Pero, veréis. No puedo comprender cómo 650 (ni para ti ni para mí, ni 300 ni mil, la mitad) se arrogan el derecho de colocarse por encima de toda una ciudad de mas de trescientos cuarenta mil y marcar, octavilla en mano y el insulto en la boca, las directrices a seguir por el resto de alicantinos. Quizás el concepto de informativo no lo deben de tener claro estos valientes camaradas que al grito de facha han logrado acojonar a tres jubiladas que pasaban por allí. No se fabrica, no se produce, no se vende. Sólo se asusta. Un ejercicio patético para algunos, un acto de fe para otros. Un derecho constitucional que se ha erigido en el padre de todos los derechos. El derecho a la huelga.
Para que no me tachen de reaccionario, no voy a ser demagógico y voy a obviar algunas anécdotas que son de mucho reír. Como la muy amena del piquete que ha asaltado un bingo en Barcelona, levantando 2.250 eurillos para la causa… O esos aguerridos luchadores que, tras jamarse un Mac menú han cerrado el Macdonalds de Atocha…No las voy a contar, mejor me callo…Lo que sí que voy a hacer es lamentarme de que esto ya no es lo que era antes…Qué bonitos recuerdos… El cojo manteca y su pasión, muleta en mano, por las cabinas de teléfono…Eran otras épocas, los sindicatos estaban para lo que debían estar, y no para enriquecer a sus líderes…Ahora, con suma tristeza, nos tenemos que conformar con los dos del dúo sacapuntas, que esta noche cantarán que la plaza estaba abarrotá…¡Viva la libertad
Un sitio donde reflejar lo que piensas. Te invito a que compartas conmigo tu libertad.
jueves, 29 de marzo de 2012
martes, 27 de marzo de 2012
¡Huelga general!
Un camarada convocante me ha dado un pasquín, panfleto o como se llame el papel en cuestión. El 29 de marzo ¡No se fabrica!, ¡No se consume!, ¡No se vende! Como persona consumidora, haz huelga, planifica tus compras, no repostes en las gasolineras y no consumas en tiendas y bares (me gustaría ver dónde se calentarán el bocado algunos piqueteros, que el botellón está prohibido y los termos de Soberano quedan muy cutres). Como usuario de los servicios públicos haz huelga. No lleves al colegio a los niños, no hagas gestiones en las administraciones ni viajes en transportes públicos. Saca el coche y contamina.
De eso de ir al médico, ni se te ocurra; si te abres la cabeza, te coses tú la brecha, exagerado, que no es para tanto, y para el resto de urgencias, paracetamol y mucha agua. En el caso de que se te queme la casa, no llames a los bomberos, mea directo a la base de las llamas, que suele funcionar. Si tu tía la ha palmado, al entierro te llevas tú la pala, que ya podría haberse muerto otro día la puñetera. Y si te atracan, no cuentes con la policía, que ésta estará ocupada en otros menesteres, como en proteger a los insolidarios que acudan a trabajar, ratas inmundas que colaboran con la derecha fascista y opresora. En un gulag habría que encerrarlos a todos. Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión,…creo que me ha poseído Stalin…
Bueno, continúo con la octavilla, literatura de la buena. Si estás en el paro, eres pensionista, estudiante o no trabajas (vamos, dos tercios de la población, y si le sumas los liberados, casi que alcanzan los cuatro quintos), acude a los piquetes informativos a currar, que los escasos cuatro liberados que hay por ahí no dan abasto, los pobres… Eso está bien. Hay que nutrir de canguros los piquetes. De esta forma, a ti, desgraciado afrancesado que quieres trabajar y traicionas a tu patria (cualquiera de las diecisiete que hay), tu sindicato amigo te lo pone fácil. En vez de llevar a tus hijos al colegio, los dejas en un piquete que esté petado de abuelos y jóvenes, y tú te vas al curro. Seguro que los camaradas les educarán en lucha callejera y resistencia urbana, y ni comida ni bebida les ha de faltar.
Dice también el convocante que sabe que no es fácil, que la empresa presiona y amenaza, pero que merece la pena que inviertas un día de salario en la lucha por tus derechos. Se siente pero perderás pasta por una buena causa, salvo si eres liberado sindical, estudiante, jubilado, parado o no trabajas (digo yo que si quitamos los estudiantes y los jubilados, en muchos casos lo otro es lo mismo o parecido). Que no te lo cuenten, toma la calle. Andando o en bici. Pero tómala. Y si ves que el comercio cierra, es porque se une a la huelga, no porque el tendero tenga miedo a que le revienten los escaparates.
Recuerda. La huelga es un derecho constitucional pre-va-len-te sobre el resto de los derechos constitucionales de esta gran España constitucional…Mira que la chorrada de las prevalencias tiene delito…Pero bueno, a lo que estamos, no te disperses, Tomás, que te lías y luego te llaman facha...Pienso pues, invadido mi ánimo por el espíritu de la internacional, que esto sólo lo arregla una revolución socialista. Llevamos tanto tiempo, cuatro largos meses, bajo el yugo de la dictadura, que no se puede soportar más la situación. Menos mal que los españoles, pobre e inculta masa de borregos, contamos con Méndez, Toxo y el gran Alfredo, si no qué cruel destino nos esperaría, huérfanos de su sabiduría. En honor a ellos y como tributo el 29 de marzo le prendo fuego a tres contenedores y así, de paso, se me pasa la furia, fijo que sí. Resumiendo. Participa en una huelga general provocada por la pasada juerga general. Que durante una temporada no nos ha faltado de ná. Sobre todo a algunos que yo me sé y que ahora se rasgan las vestiduras.
De eso de ir al médico, ni se te ocurra; si te abres la cabeza, te coses tú la brecha, exagerado, que no es para tanto, y para el resto de urgencias, paracetamol y mucha agua. En el caso de que se te queme la casa, no llames a los bomberos, mea directo a la base de las llamas, que suele funcionar. Si tu tía la ha palmado, al entierro te llevas tú la pala, que ya podría haberse muerto otro día la puñetera. Y si te atracan, no cuentes con la policía, que ésta estará ocupada en otros menesteres, como en proteger a los insolidarios que acudan a trabajar, ratas inmundas que colaboran con la derecha fascista y opresora. En un gulag habría que encerrarlos a todos. Arriba parias de la tierra, en pie famélica legión,…creo que me ha poseído Stalin…
Bueno, continúo con la octavilla, literatura de la buena. Si estás en el paro, eres pensionista, estudiante o no trabajas (vamos, dos tercios de la población, y si le sumas los liberados, casi que alcanzan los cuatro quintos), acude a los piquetes informativos a currar, que los escasos cuatro liberados que hay por ahí no dan abasto, los pobres… Eso está bien. Hay que nutrir de canguros los piquetes. De esta forma, a ti, desgraciado afrancesado que quieres trabajar y traicionas a tu patria (cualquiera de las diecisiete que hay), tu sindicato amigo te lo pone fácil. En vez de llevar a tus hijos al colegio, los dejas en un piquete que esté petado de abuelos y jóvenes, y tú te vas al curro. Seguro que los camaradas les educarán en lucha callejera y resistencia urbana, y ni comida ni bebida les ha de faltar.
Dice también el convocante que sabe que no es fácil, que la empresa presiona y amenaza, pero que merece la pena que inviertas un día de salario en la lucha por tus derechos. Se siente pero perderás pasta por una buena causa, salvo si eres liberado sindical, estudiante, jubilado, parado o no trabajas (digo yo que si quitamos los estudiantes y los jubilados, en muchos casos lo otro es lo mismo o parecido). Que no te lo cuenten, toma la calle. Andando o en bici. Pero tómala. Y si ves que el comercio cierra, es porque se une a la huelga, no porque el tendero tenga miedo a que le revienten los escaparates.
Recuerda. La huelga es un derecho constitucional pre-va-len-te sobre el resto de los derechos constitucionales de esta gran España constitucional…Mira que la chorrada de las prevalencias tiene delito…Pero bueno, a lo que estamos, no te disperses, Tomás, que te lías y luego te llaman facha...Pienso pues, invadido mi ánimo por el espíritu de la internacional, que esto sólo lo arregla una revolución socialista. Llevamos tanto tiempo, cuatro largos meses, bajo el yugo de la dictadura, que no se puede soportar más la situación. Menos mal que los españoles, pobre e inculta masa de borregos, contamos con Méndez, Toxo y el gran Alfredo, si no qué cruel destino nos esperaría, huérfanos de su sabiduría. En honor a ellos y como tributo el 29 de marzo le prendo fuego a tres contenedores y así, de paso, se me pasa la furia, fijo que sí. Resumiendo. Participa en una huelga general provocada por la pasada juerga general. Que durante una temporada no nos ha faltado de ná. Sobre todo a algunos que yo me sé y que ahora se rasgan las vestiduras.
lunes, 26 de marzo de 2012
Montoro y los funcionarios
Dice el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas que la reforma en la Administración no debe dar miedo a nadie y que ningún funcionario tiene nada que temer. Cristóbal Montoro afirma que la administración pública no es una oficina de contratación y que hay que cambiar el concepto equivocado de quien saca una oposición ya lo tiene todo hecho y un empleo seguro, señalando que el que trabaja en un servicio público se lo tiene que ganar como todos los españoles e incluso de forma más exigente. Y termina apostillando que los ayuntamientos no están para contratar a gente, sino para contratar a gente que sirva a los ciudadanos. Bien, ante este suculento menú de delicias turcas, sólo un par de cosillas, si acaso tres.
De la entrada señalar que alrededor del 40 % de los funcionarios no tiene plaza en propiedad y que todos acceden a través de una oposición, basada en los principios de mérito, capacidad e igualdad, a la que cualquier ciudadano se puede presentar. Cosa que no ocurre con aquellos cargos, asesores y demás fauna que no necesitan aprobar nada, ni tan siquiera tener la preparación adecuada. Basta con que el de turno les nombre para pasar a cobrar unos sueldos insultantes y ofensivos. Estos son los consentidos que están devorando los recursos públicos, una auténtica marabunta que arrasa las administraciones. Una especie parásita de la que el señor ministro no dice nada. Son los funcionarios los que se pulen la pasta, a pesar de haber perdido un 35% de poder adquisitivo los últimos quince años. Los puestos a dedo, no, ¿verdad?
Ahora, sobre el plato principal. De nuevo un responsable político ejerce de Nerón y arroja a los funcionarios a la arena del circo como aperitivo de los leones. Otra vez la casta política, estructurada en los principios de clientelismo, derroche y amiguismo, entrega carne fresca en sacrificio. Los trabajadores deben pagar las consecuencias de la ineptitud y la corrupción. Aquellos que consiguen que los fundamentales servicios públicos funcionen deben ser ejecutados, descuartizados y expuestos sus restos al público. Aquellos que velan por una Administración, independiente y neutra, que se ajuste a la Ley son los que han provocado la miseria. Sin embargo los implantados por el dedo político y sus garantes, no. Los que actúan en beneficio propio y ocupan las administraciones hasta endeudarlas hasta el infinito y más allá, no. Los que con cuatro años les basta para no dejar ni los pomos de las puertas, no. Los funcionarios, éstos son los adoradores de Satanás.
Para terminar, el postre, lo de contratar gente que sirva al ciudadano. Casi me da un pasmo. Suena a cachondeo. A ver. Señor Montoro, ¿podría explicar a quién sirven todos los miembros de esa caterva de adheridos al poder? O, mejor, ¿podría explicar para qué sirven? O, incluso, ya que estamos, ¿podría aclararnos a los iletrados por qué se contrata a esta gente para desempeños propios de los funcionarios? Estos casos no se consideran duplicidad, ¿no?... Mire, señor ministro. Se ha columpiado usted soberanamente y, créaselo, los trabajadores públicos están ya más que hartos de soportar tanta tontería. Por este camino que ha elegido se va a tropezar con roca, no lo dude.
De la entrada señalar que alrededor del 40 % de los funcionarios no tiene plaza en propiedad y que todos acceden a través de una oposición, basada en los principios de mérito, capacidad e igualdad, a la que cualquier ciudadano se puede presentar. Cosa que no ocurre con aquellos cargos, asesores y demás fauna que no necesitan aprobar nada, ni tan siquiera tener la preparación adecuada. Basta con que el de turno les nombre para pasar a cobrar unos sueldos insultantes y ofensivos. Estos son los consentidos que están devorando los recursos públicos, una auténtica marabunta que arrasa las administraciones. Una especie parásita de la que el señor ministro no dice nada. Son los funcionarios los que se pulen la pasta, a pesar de haber perdido un 35% de poder adquisitivo los últimos quince años. Los puestos a dedo, no, ¿verdad?
Ahora, sobre el plato principal. De nuevo un responsable político ejerce de Nerón y arroja a los funcionarios a la arena del circo como aperitivo de los leones. Otra vez la casta política, estructurada en los principios de clientelismo, derroche y amiguismo, entrega carne fresca en sacrificio. Los trabajadores deben pagar las consecuencias de la ineptitud y la corrupción. Aquellos que consiguen que los fundamentales servicios públicos funcionen deben ser ejecutados, descuartizados y expuestos sus restos al público. Aquellos que velan por una Administración, independiente y neutra, que se ajuste a la Ley son los que han provocado la miseria. Sin embargo los implantados por el dedo político y sus garantes, no. Los que actúan en beneficio propio y ocupan las administraciones hasta endeudarlas hasta el infinito y más allá, no. Los que con cuatro años les basta para no dejar ni los pomos de las puertas, no. Los funcionarios, éstos son los adoradores de Satanás.
Para terminar, el postre, lo de contratar gente que sirva al ciudadano. Casi me da un pasmo. Suena a cachondeo. A ver. Señor Montoro, ¿podría explicar a quién sirven todos los miembros de esa caterva de adheridos al poder? O, mejor, ¿podría explicar para qué sirven? O, incluso, ya que estamos, ¿podría aclararnos a los iletrados por qué se contrata a esta gente para desempeños propios de los funcionarios? Estos casos no se consideran duplicidad, ¿no?... Mire, señor ministro. Se ha columpiado usted soberanamente y, créaselo, los trabajadores públicos están ya más que hartos de soportar tanta tontería. Por este camino que ha elegido se va a tropezar con roca, no lo dude.
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jueves, 22 de marzo de 2012
Presión sindical
Según parece, y así me lo han hecho saber, mi tribuna “A las mariscadas” que se publicó hace una semana le ha escocido a más de uno. Y no por el contenido de la misma, no. El prurito lo ha provocado la firma. Honor que me han hecho y mandan huevos.
A ver si lo explico. Resulta que si yo, Tomás Salinas, manifiesto libremente en un escrito lo que pienso de aquellos que me están convocando a una huelga general después de tirarse siete años participando activamente en la juerga general , no pasa nada, ya que sólo soy uno más, uno de esos idiotas prescindibles a los que no hay que hacer ni el más puñetero caso. Pero hete aquí, amigo, que si mi insignificante nombre viene aderezado, algunos hay a los que les sangra la susceptibilidad.
Osé llamar, oh pobre de mí, sindicalistas “de matacagar” a ese par de gemelos que traicionaron a los trabajadores de este país vendiéndose al gobierno socialista por una buena pila de millones. Me atreví a decir, oh desdichado, que Méndez y Toxo bailan al son de su amo Alfredo, en fiel cumplimiento de las voluntades entregadas. Me aventuré a asegurar, oh ignorante plebeyo, que los mismos que nos han hundido en el cieno no pueden ser ahora los capitanes en la necesaria y justa lucha contra la canalla reforma laboral. Osé reflejar, oh estúpido contribuyente, el malestar del populacho inculto al que pertenezco que no entiende de privilegios. Osé escribir todo eso y algo más. Y toda esta osadía les habría servido de papel higiénico a esos que ahora se rascan si a mi nombre no le hubiera acompañado lo que soy, merced al deseo y el voto de otros que confiaron en mí.
Hace un año CSI-F irrumpió en la Diputación de Alicante con el objetivo de defender a muerte lo público desde el puesto de trabajo, racionalizando al máximo las horas de liberación sindical. Prometido y cumplido. Con esas condiciones entré, bajo ese compromiso fui elegido y a esa palabra sigo fiel. Soy miembro de la Junta de Personal de Diputación de Alicante por CSI´F. Y con estos apellidos suscribí “A las mariscadas”.
Pues bueno, desde UGT y CC OO han expresado su malestar porque el escrito lo signaba un representante electo de los trabajadores. No por lo que allí se decía, qué va. Este cabreo sobrevenido lo motiva el que un sindicalista distinto e independiente de un sindicato distinto e independiente les haya dicho a la cara y con total libertad lo que piensa y siente.
Y es que no entienden que no se comulgue con sus directrices, que no se les obedezca y rinda vasallaje, que CSI-F no secunde la inoportuna huelga del 29 de marzo, que optemos por pelear en las mesas de trabajo y agotar todas las vías de negociación posibles antes de liarla parda, que no acudamos de rodillas a la llamada del gurú del PSOE. No entienden esto ni tampoco comprenden que muchos quieran, queramos ejercer el derecho a trabajar y que este ejercicio sea respetado por los que se acojan al derecho a la huelga, que nos opongamos a la abusiva y destructora reforma laboral desde el trabajo y la lógica y que sigamos en este empeño hasta que no quede otra.
En resumen, y por lo que yo entiendo, conviven entre nosotros integrantes de una raza a los que les importa un carajo lo que tú o cualquiera les diga siempre y cuando seas un anónimo imbécil al que continuar tomando el pelo. Pero si tu nombre tiene complementos legales, eres políticamente independiente e incorrecto y encima le echas atributos, como que les molesta donde duele. Pues a estos intolerantes, con cariño y respeto, ajo y agua. Cuanto más me tiren, más les devolveré, que la verdad es escudo y arma. Digo.
A ver si lo explico. Resulta que si yo, Tomás Salinas, manifiesto libremente en un escrito lo que pienso de aquellos que me están convocando a una huelga general después de tirarse siete años participando activamente en la juerga general , no pasa nada, ya que sólo soy uno más, uno de esos idiotas prescindibles a los que no hay que hacer ni el más puñetero caso. Pero hete aquí, amigo, que si mi insignificante nombre viene aderezado, algunos hay a los que les sangra la susceptibilidad.
Osé llamar, oh pobre de mí, sindicalistas “de matacagar” a ese par de gemelos que traicionaron a los trabajadores de este país vendiéndose al gobierno socialista por una buena pila de millones. Me atreví a decir, oh desdichado, que Méndez y Toxo bailan al son de su amo Alfredo, en fiel cumplimiento de las voluntades entregadas. Me aventuré a asegurar, oh ignorante plebeyo, que los mismos que nos han hundido en el cieno no pueden ser ahora los capitanes en la necesaria y justa lucha contra la canalla reforma laboral. Osé reflejar, oh estúpido contribuyente, el malestar del populacho inculto al que pertenezco que no entiende de privilegios. Osé escribir todo eso y algo más. Y toda esta osadía les habría servido de papel higiénico a esos que ahora se rascan si a mi nombre no le hubiera acompañado lo que soy, merced al deseo y el voto de otros que confiaron en mí.
Hace un año CSI-F irrumpió en la Diputación de Alicante con el objetivo de defender a muerte lo público desde el puesto de trabajo, racionalizando al máximo las horas de liberación sindical. Prometido y cumplido. Con esas condiciones entré, bajo ese compromiso fui elegido y a esa palabra sigo fiel. Soy miembro de la Junta de Personal de Diputación de Alicante por CSI´F. Y con estos apellidos suscribí “A las mariscadas”.
Pues bueno, desde UGT y CC OO han expresado su malestar porque el escrito lo signaba un representante electo de los trabajadores. No por lo que allí se decía, qué va. Este cabreo sobrevenido lo motiva el que un sindicalista distinto e independiente de un sindicato distinto e independiente les haya dicho a la cara y con total libertad lo que piensa y siente.
Y es que no entienden que no se comulgue con sus directrices, que no se les obedezca y rinda vasallaje, que CSI-F no secunde la inoportuna huelga del 29 de marzo, que optemos por pelear en las mesas de trabajo y agotar todas las vías de negociación posibles antes de liarla parda, que no acudamos de rodillas a la llamada del gurú del PSOE. No entienden esto ni tampoco comprenden que muchos quieran, queramos ejercer el derecho a trabajar y que este ejercicio sea respetado por los que se acojan al derecho a la huelga, que nos opongamos a la abusiva y destructora reforma laboral desde el trabajo y la lógica y que sigamos en este empeño hasta que no quede otra.
En resumen, y por lo que yo entiendo, conviven entre nosotros integrantes de una raza a los que les importa un carajo lo que tú o cualquiera les diga siempre y cuando seas un anónimo imbécil al que continuar tomando el pelo. Pero si tu nombre tiene complementos legales, eres políticamente independiente e incorrecto y encima le echas atributos, como que les molesta donde duele. Pues a estos intolerantes, con cariño y respeto, ajo y agua. Cuanto más me tiren, más les devolveré, que la verdad es escudo y arma. Digo.
jueves, 15 de marzo de 2012
El 29 de marzo, a las mariscadas
UGT y CC OO convocan a las barricadas el 29 de marzo y les puede salir el tiro por la culata. Tal ha sido su actitud mientras se cocía el desastre que muchos españoles piensan que los dos de Yellowstone han encontrado en la reforma laboral una excusa para detener el hachazo en las subvenciones y los privilegios que se les viene encima y que les va a dejar temblando. Los mismos españoles que te dicen que todo es fruto de mariscadas pasadas y el deseo de unos sindicalistas de matacagar de no perderse las futuras, que creen que Méndez y Toxo se someten a la voz del amo Alfredo y ejecutan pasos de baile para el que tan ricamente les alimentó los últimos años, o que consideran que lo único que pretenden los dos gemelos es justificarse y asirse a la poltrona para seguir medrando, camuflando en arrebatos la vergüenza de su proceder.
Hay muchos sufridores en esta España que están hartos de los sindicatos durmientes, que consideran que ya no representan a nadie, salvo a su propio culo, y a los que molesta, y mucho, tener que mantenerlos con dinero público. Gente que no confía en la voluntad de los que ya les han traicionado y que, aun estando totalmente en contra de la canalla reforma laboral, no se puede alinear con los que por hechos y deshechos se pasaron al enemigo vendiendo a los trabajadores.
Menos mal que en esta fiesta fúnebre no todos los sindicatos son iguales, que algunos hay que no van a participar en la pantomima del 29 de marzo, que no comulgan con los compromisos políticos de UGT y CC OO con el PSOE y que están agotando todos los canales posibles de negociación. Como por ejemplo CSI-F. A pesar de estar en contra de la reforma laboral por la pérdida de derechos que supone para los trabajadores, CSI-F no secunda esta convocatoria de huelga por considerarla inoportuna, al no haberse cerrado aún las puertas abiertas en su trámite parlamentario. En vez de optar por el pataleo sindical, CSI-F está presentando a los Grupos Parlamentarios propuestas para mejorar el texto y, como sindicato más representativo, adoptará los acuerdos oportunos de movilización en defensa de los intereses laborales de los trabajadores sin dejarse influir por los calendarios políticos.
Hay que agotar todas las vías posibles antes de lanzarse a las mariscadas (perdón, barricadas, es que no rijo yo mucho…). La reforma laboral se modificará, si se modifica, en una mesa de trabajo y no con los generales desayunando en el Villa Magna mientras lanzan a sus tropas a la batalla. Sindicatos como CSI-F apuestan por la lógica y el trabajo, pero a otros sólo les quedan las ganas de conservar sueldo y posición. Estos últimos son, casualmente, sindicatos de clase. Pero, ¿de qué clase?...
Hay muchos sufridores en esta España que están hartos de los sindicatos durmientes, que consideran que ya no representan a nadie, salvo a su propio culo, y a los que molesta, y mucho, tener que mantenerlos con dinero público. Gente que no confía en la voluntad de los que ya les han traicionado y que, aun estando totalmente en contra de la canalla reforma laboral, no se puede alinear con los que por hechos y deshechos se pasaron al enemigo vendiendo a los trabajadores.
Menos mal que en esta fiesta fúnebre no todos los sindicatos son iguales, que algunos hay que no van a participar en la pantomima del 29 de marzo, que no comulgan con los compromisos políticos de UGT y CC OO con el PSOE y que están agotando todos los canales posibles de negociación. Como por ejemplo CSI-F. A pesar de estar en contra de la reforma laboral por la pérdida de derechos que supone para los trabajadores, CSI-F no secunda esta convocatoria de huelga por considerarla inoportuna, al no haberse cerrado aún las puertas abiertas en su trámite parlamentario. En vez de optar por el pataleo sindical, CSI-F está presentando a los Grupos Parlamentarios propuestas para mejorar el texto y, como sindicato más representativo, adoptará los acuerdos oportunos de movilización en defensa de los intereses laborales de los trabajadores sin dejarse influir por los calendarios políticos.
Hay que agotar todas las vías posibles antes de lanzarse a las mariscadas (perdón, barricadas, es que no rijo yo mucho…). La reforma laboral se modificará, si se modifica, en una mesa de trabajo y no con los generales desayunando en el Villa Magna mientras lanzan a sus tropas a la batalla. Sindicatos como CSI-F apuestan por la lógica y el trabajo, pero a otros sólo les quedan las ganas de conservar sueldo y posición. Estos últimos son, casualmente, sindicatos de clase. Pero, ¿de qué clase?...
Undargarín y el ordenador en la basura
Bueno. A ver que me aclare que me estoy haciendo un lío. Hoy, por el jueves, El Mundo ha publicado que la policía, al registrar el domicilio de un tal Robert Cockx, ha encontrado en la basura un ordenador que contiene, supuestamente, documentación relacionada con los pagos efectuados en Suiza por Aguas de Valencia a Iñaki Undargarín. Tres operaciones de 125.000 euros cada una para el duque de Palma por un trabajo de “conseguidor” de unos negocios internacionales que nunca se llegaron a realizar. Según desvela el diario, el belga Cockx, administrador de la sociedad Alternativa General Servicies, pese a negar que conociera a Undargarín, tenía escondido en una bolsa de basura de su domicilio en El Escorial un ordenador que contiene las comunicaciones de la secretaria personal del duque con Eugenio Calabuig, el mandamás de Aguas de Valencia. ¿Abducción de un disco duro? ¿Deposición malintencionada? ¿La venganza del espíritu de Manuel Azaña?... Alguien voló sobre el nido del cuco.
Me da a mí que de ésta no se escapa el yerno de S.M., aunque nunca se debe menospreciar el peso del juancarlismo en esta España repleta de híbridos monárquico-republicanos. Canta mucho, en demasía, y, lo que en otras épocas de vacas gordas se hubiera tapado, hoy en día, en que de esas mismas vacas sólo quedan piel y huesos, va a ser que no, que del aire del talego no le libra ni el tato. Pero, mira por donde, voy a romper una lanza a su favor, pues es innegable que tiene su mérito todo lo que, presuntamente, ha hecho el talonmanista. Para empezar, el despliegue de morro y desfachatez con el que nos está obsequiando bate registros mundiales, desbancando incluso del primer lugar en eso del uso fraudulento de los apellidos el “usted no sabe quién soy yo”, sustituyéndolo por un más efectivo crematísticamente hablando “usted ya sabe quién soy yo”. Lo que se conoce como forrarse con el Libro de Familia.
Por otro lado ha revelado para la tropa de futuros licenciados una profesión lucrativa y cómoda, pues tampoco se puede negar que el curro de “conseguidor”, además de bien retribuido, no parece muy cansado, lustra, brilla y da esplendor. Legiones de bachilleres ya preguntan en qué universidad hay que matricularse para doctorarse, o si existen programados estudios de grado y máster del universo para no perderse el mantecado. Si bien es sabido que Iñaki Undargarín sacó el título al desposar a una infanta, no son ni muchos ni muchas los príncipes y princesas disponibles que quedan por el planeta y, en busca del “todos somos iguales”, habría que habilitar vías para que fulanito, menganito y zutanita pudieran zamparse parte del pastel previo pago de tasas.
Y, por último, está en el haber del duque de Palma este movimiento convulso de sentimientos populares que provoca cada dato que sale a la luz pública sobre su penoso comportamiento y deleznable proceder (todo supuesto, faltaría más). Hay gente que ya se había rendido que está despertando del letargo y reclama sangre azul. Vamos, que nunca un olímpico había hecho tanto daño a una dinastía real. El espectáculo es lamentable.
Me da a mí que de ésta no se escapa el yerno de S.M., aunque nunca se debe menospreciar el peso del juancarlismo en esta España repleta de híbridos monárquico-republicanos. Canta mucho, en demasía, y, lo que en otras épocas de vacas gordas se hubiera tapado, hoy en día, en que de esas mismas vacas sólo quedan piel y huesos, va a ser que no, que del aire del talego no le libra ni el tato. Pero, mira por donde, voy a romper una lanza a su favor, pues es innegable que tiene su mérito todo lo que, presuntamente, ha hecho el talonmanista. Para empezar, el despliegue de morro y desfachatez con el que nos está obsequiando bate registros mundiales, desbancando incluso del primer lugar en eso del uso fraudulento de los apellidos el “usted no sabe quién soy yo”, sustituyéndolo por un más efectivo crematísticamente hablando “usted ya sabe quién soy yo”. Lo que se conoce como forrarse con el Libro de Familia.
Por otro lado ha revelado para la tropa de futuros licenciados una profesión lucrativa y cómoda, pues tampoco se puede negar que el curro de “conseguidor”, además de bien retribuido, no parece muy cansado, lustra, brilla y da esplendor. Legiones de bachilleres ya preguntan en qué universidad hay que matricularse para doctorarse, o si existen programados estudios de grado y máster del universo para no perderse el mantecado. Si bien es sabido que Iñaki Undargarín sacó el título al desposar a una infanta, no son ni muchos ni muchas los príncipes y princesas disponibles que quedan por el planeta y, en busca del “todos somos iguales”, habría que habilitar vías para que fulanito, menganito y zutanita pudieran zamparse parte del pastel previo pago de tasas.
Y, por último, está en el haber del duque de Palma este movimiento convulso de sentimientos populares que provoca cada dato que sale a la luz pública sobre su penoso comportamiento y deleznable proceder (todo supuesto, faltaría más). Hay gente que ya se había rendido que está despertando del letargo y reclama sangre azul. Vamos, que nunca un olímpico había hecho tanto daño a una dinastía real. El espectáculo es lamentable.
domingo, 11 de marzo de 2012
La manifestación del 11 M
Hay una fotografía de Méndez y Toxo mirándose acaramelados, asiendo una pancarta que luce en negro dos palabras, “inútil” e “ineficaz”. Una descripción exacta de lo que son estos pseudo sindicalistas. En la manifestación del 11 de marzo, convocando a las barricadas para el día 29, los secretarios generales de CC OO y de UGT se han dejado el rolex en el ático y han exhibido por Madrid su corazón proletario. Según el doberman banquero José Ricardo Martínez, medio millón de compatriotas les han acompañado. Para no variar, la policía dice que 30.000. Ya empezamos con que la abuela fuma. O las fuerzas del orden barren para casa y manipulan las cifras, o el camarada Martínez, acostumbrado a contar los billetes que le paga Caja Madrid todos los meses, ha mezclado los números y ha tirado por lo alto por aquello de no quedar en ridículo. Sea como sea, el 11 de marzo han ejercido su derecho a manifestarse unos cuantos que la semana que viene estarán de puente, pasándose por el forro el recuerdo a las víctimas de la barbarie terrorista. Esto, que a mí me cabrea, a ellos les importa un huevo. Cuestión de ética.
Pero voy a ser bueno, envainar el sable y analizar objetivamente los emotivos discursos de la Puerta de Alcalá, tantos años ahí para que luego se le planten debajo Epi y Blas. El rey león dice que el Ejecutivo tiene que corregir en profundidad la reforma para evitar la huelga general y que los ciudadanos no deben tener miedo para participar en ella. A tal efecto, su colega, el millonario camarada Martínez, ya se ha encargado de amenazar a las empresas, anunciando que dejará caer su ojo vigilante sobre ellas. Ahora es cuando digo yo. ¿Y quién se encargará de controlar a los incontrolados que impedirán que los que libremente deseen ejercer su derecho a trabajar puedan hacerlo?
Veréis por qué lo digo. La memoria es buena consejera y convendría recordar cómo el tal Martínez, en la anterior huelga general, avisó a los que se enfrentaron a sus piquetes de descerebrados con el famoso sé quiénes sois, dónde trabajáis y me preocuparé de que os tiren a la puñetera calle. Cariñoso, el potentado Martínez. Muy cariñoso, ¿verdad? Demasiados caliches, si no, no se entiende…
Mejor me olvido del mastín y vuelvo al tajo. Al lado de Méndez, no sé si en el papel de inútil o de ineficaz, Toxo desmelena el bigote y advierte al Gobierno de que no sean malos, que pueden perder el crédito de la ciudadanía y entregar el país a los tecnócratas… Yo es que con éste me meo todo. Lo siento, no puedo evitarlo, pero en los cuarenta y cuatro años que tengo no me he tropezado nunca con nadie tan prescindible como Fernández Toxo. Personalmente conozco muchos sindicalistas de CC OO que le pegan mil vueltas sin esforzarse mucho. Pero bueno, ahí está, también como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo y llevándose un pastizal a su casa de protección oficial…
Mirad. No cabe duda sobre que la reforma laboral abarata el despido y atenta contra los derechos de los trabajadores. Es muy dura, durísima, una barbaridad, y supone una vuelta más de soga sobre nuestros cuellos. El paro y el hambre caminan de la mano, y el futuro se atisba negro, muy negro. Con la reforma, el empresario tiene pájara abierta para disponer a su antojo de los factores de producción. Por ello, por el más elemental instinto de protección, hay que enfrentarse a ella, pero hay que hacerlo aportando soluciones, no berreando.
UGT y CC OO consintieron que se llegara a esta situación, colaborando con el PSOE en la destrucción del país a cambio de posición y dinero, prostituyendo los principios y traicionando a los españoles. Y ahora, esos mismos, se rasgan las camisas, se golpean el pecho con ardor y abanderan una lucha que abandonaron por unos cuantos millones de euros. A mí, particularmente, no me representan, ni ahora ni nunca. No valen un carajo. Son parte de lo mismo que creo que debemos extirpar. Vosotros veréis.
Pero voy a ser bueno, envainar el sable y analizar objetivamente los emotivos discursos de la Puerta de Alcalá, tantos años ahí para que luego se le planten debajo Epi y Blas. El rey león dice que el Ejecutivo tiene que corregir en profundidad la reforma para evitar la huelga general y que los ciudadanos no deben tener miedo para participar en ella. A tal efecto, su colega, el millonario camarada Martínez, ya se ha encargado de amenazar a las empresas, anunciando que dejará caer su ojo vigilante sobre ellas. Ahora es cuando digo yo. ¿Y quién se encargará de controlar a los incontrolados que impedirán que los que libremente deseen ejercer su derecho a trabajar puedan hacerlo?
Veréis por qué lo digo. La memoria es buena consejera y convendría recordar cómo el tal Martínez, en la anterior huelga general, avisó a los que se enfrentaron a sus piquetes de descerebrados con el famoso sé quiénes sois, dónde trabajáis y me preocuparé de que os tiren a la puñetera calle. Cariñoso, el potentado Martínez. Muy cariñoso, ¿verdad? Demasiados caliches, si no, no se entiende…
Mejor me olvido del mastín y vuelvo al tajo. Al lado de Méndez, no sé si en el papel de inútil o de ineficaz, Toxo desmelena el bigote y advierte al Gobierno de que no sean malos, que pueden perder el crédito de la ciudadanía y entregar el país a los tecnócratas… Yo es que con éste me meo todo. Lo siento, no puedo evitarlo, pero en los cuarenta y cuatro años que tengo no me he tropezado nunca con nadie tan prescindible como Fernández Toxo. Personalmente conozco muchos sindicalistas de CC OO que le pegan mil vueltas sin esforzarse mucho. Pero bueno, ahí está, también como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo y llevándose un pastizal a su casa de protección oficial…
Mirad. No cabe duda sobre que la reforma laboral abarata el despido y atenta contra los derechos de los trabajadores. Es muy dura, durísima, una barbaridad, y supone una vuelta más de soga sobre nuestros cuellos. El paro y el hambre caminan de la mano, y el futuro se atisba negro, muy negro. Con la reforma, el empresario tiene pájara abierta para disponer a su antojo de los factores de producción. Por ello, por el más elemental instinto de protección, hay que enfrentarse a ella, pero hay que hacerlo aportando soluciones, no berreando.
UGT y CC OO consintieron que se llegara a esta situación, colaborando con el PSOE en la destrucción del país a cambio de posición y dinero, prostituyendo los principios y traicionando a los españoles. Y ahora, esos mismos, se rasgan las camisas, se golpean el pecho con ardor y abanderan una lucha que abandonaron por unos cuantos millones de euros. A mí, particularmente, no me representan, ni ahora ni nunca. No valen un carajo. Son parte de lo mismo que creo que debemos extirpar. Vosotros veréis.
jueves, 8 de marzo de 2012
Españona
¿Por qué España no puede funcionar como Mercadona? En un año, el 2011, en el que la crisis económica ha arrasado el país, la cadena valenciana ha incrementado su beneficio neto en un 19 %, ha abierto 60 nuevos supermercados y ha creado empleo. ¿Cómo? Mercadona vende sus productos impulsando la marca propia, eliminando intermediarios, reduciendo precios y potenciando los frescos. Y aquella empresa que quiera colocar su mercancia, o pasa por el aro, aceptando las condiciones, o no coloca ni un solo producto. Así de sencillo y de efectivo.
El resto del Estado funciona al revés. En aras del sostenimiento de la política económica común de una Europa franco-teutona, lo propio no vale un colín. La producción ha pasado a la cola del pelotón de limpieza. El dinero se mueve en una habitación de dos por dos con un ordenador y un teléfono. Estamos en pelotas. Nuestro campo agoniza mientras el tomate marroquí hace la salsa, las industrias cierran porque no pueden competir y ni de chapero hay curro. Sólo queda el sector servicios. Vamos camino de convertirnos en el burdel de la Unión Europea.
Mercadona aplica el proteccionismo, cierra sus fronteras y se blinda. El cliente que quiera, que entre y compre. El que no, ya sabe, que consuma paja y la pague como oro. Insisto. Proteccionismo. Aunque eso suponga retroceder, que lo supone. Pero, no me podéis negar que no es lo mismo caminar hacia atrás a voluntad a que te lleven a rastras, tirándote de los pelos mientras te sacuden con una vara. Tengo claro que la parca llama a nuestra puerta. Y como soy como soy, puesto a morir, prefiero elegir la manera de hacerlo, sin convertirme en una meretriz barata. Morir matando.
Debo ser un bicho raro. España es mi país y mi orgullo ser español. Pero, tal y como están las cosas, voy a pedir asilo político en Mercadona. Me han dicho que allí usan el sentido común. Y yo necesito una sobredosis del mismo.
El resto del Estado funciona al revés. En aras del sostenimiento de la política económica común de una Europa franco-teutona, lo propio no vale un colín. La producción ha pasado a la cola del pelotón de limpieza. El dinero se mueve en una habitación de dos por dos con un ordenador y un teléfono. Estamos en pelotas. Nuestro campo agoniza mientras el tomate marroquí hace la salsa, las industrias cierran porque no pueden competir y ni de chapero hay curro. Sólo queda el sector servicios. Vamos camino de convertirnos en el burdel de la Unión Europea.
Mercadona aplica el proteccionismo, cierra sus fronteras y se blinda. El cliente que quiera, que entre y compre. El que no, ya sabe, que consuma paja y la pague como oro. Insisto. Proteccionismo. Aunque eso suponga retroceder, que lo supone. Pero, no me podéis negar que no es lo mismo caminar hacia atrás a voluntad a que te lleven a rastras, tirándote de los pelos mientras te sacuden con una vara. Tengo claro que la parca llama a nuestra puerta. Y como soy como soy, puesto a morir, prefiero elegir la manera de hacerlo, sin convertirme en una meretriz barata. Morir matando.
Debo ser un bicho raro. España es mi país y mi orgullo ser español. Pero, tal y como están las cosas, voy a pedir asilo político en Mercadona. Me han dicho que allí usan el sentido común. Y yo necesito una sobredosis del mismo.
miércoles, 7 de marzo de 2012
Hambre
De todas las frases que uno ha escuchado esta semana hasta la fecha me voy a quedar con dos pronunciadas por el presidente de la Asociación Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García, y que rezan tal que así: “…el día que salga la gente a la calle con pancartas diciendo que quieren comer, preparémonos…”, y “En este país sobra mobiliario de oficina y falta sitio para comer”. Tanto monta, monta tanto. La una y la otra van juntas, son indivisibles.
El exceso de muebles de oficina y sus ocupantes eventuales con salarios aberrantes es la causa primera y principal de que falten el continente y el contenido en eso de llevarse algo a la boca. Ni comedores ni comida. Para llenar la barriga hace falta proveerse de las vituallas oportunas y a tal menester se hace imprescindible un ingreso con el que comprarlas, pero trabajo que lo proporcione no existe ni tiene visos de existir. Mientras desde Cáritas no dan abasto, la riqueza se concentra cada vez más en menos personas, de tal forma que la clase media se está despeñando hacia la escombrera donde escarban entre la basura los que ya han sucumbido a la miseria impuesta por la torpeza, la ineptitud y la corrupción política en santa alianza con los especuladores y la banca.
Dice el Padre Ángel que hay que prepararse para cuando la gente reclame pan. Siempre se ha dicho con razón que el español no se mueve hasta que no le falta el sustento. Y éste empieza a escasear sobremanera, hasta el punto de que, junto a privilegiados que retozan entre hamburguesas hechas con solomillo de Kobe (traído directamente de Japón), trufas negras y setas silvestres, conviven otros que racionan las rodajas de mortadela que han encontrado en un contenedor, tras agrias disputas con otros masacrados por el sistema y la casta gobernante.
Hables con quien hables, todos dicen lo mismo y piensan igual. Esto va a estallar en cualquier momento. Esta sensación tan generalizada, es ya para muchos un deseo, la única solución a su desesperada situación. Bien harían los que gestionan nuestra vida en procurarnos la supervivencia y despojarse de los excesos que rodean su proceder. Se están fusionando cabreo y necesidad y quizás la paz social sea una ficción que tiende a diluirse en algaradas. Estos tiempos negros impuestos y/o heredados nos conducen, salvo milagro económico, al enfrentamiento. Así es como, por desgracia, lo veo y lo temo. Optimista que es uno.
El exceso de muebles de oficina y sus ocupantes eventuales con salarios aberrantes es la causa primera y principal de que falten el continente y el contenido en eso de llevarse algo a la boca. Ni comedores ni comida. Para llenar la barriga hace falta proveerse de las vituallas oportunas y a tal menester se hace imprescindible un ingreso con el que comprarlas, pero trabajo que lo proporcione no existe ni tiene visos de existir. Mientras desde Cáritas no dan abasto, la riqueza se concentra cada vez más en menos personas, de tal forma que la clase media se está despeñando hacia la escombrera donde escarban entre la basura los que ya han sucumbido a la miseria impuesta por la torpeza, la ineptitud y la corrupción política en santa alianza con los especuladores y la banca.
Dice el Padre Ángel que hay que prepararse para cuando la gente reclame pan. Siempre se ha dicho con razón que el español no se mueve hasta que no le falta el sustento. Y éste empieza a escasear sobremanera, hasta el punto de que, junto a privilegiados que retozan entre hamburguesas hechas con solomillo de Kobe (traído directamente de Japón), trufas negras y setas silvestres, conviven otros que racionan las rodajas de mortadela que han encontrado en un contenedor, tras agrias disputas con otros masacrados por el sistema y la casta gobernante.
Hables con quien hables, todos dicen lo mismo y piensan igual. Esto va a estallar en cualquier momento. Esta sensación tan generalizada, es ya para muchos un deseo, la única solución a su desesperada situación. Bien harían los que gestionan nuestra vida en procurarnos la supervivencia y despojarse de los excesos que rodean su proceder. Se están fusionando cabreo y necesidad y quizás la paz social sea una ficción que tiende a diluirse en algaradas. Estos tiempos negros impuestos y/o heredados nos conducen, salvo milagro económico, al enfrentamiento. Así es como, por desgracia, lo veo y lo temo. Optimista que es uno.
jueves, 1 de marzo de 2012
UGT, CC OO y el 11M
Once de marzo. Una fecha que nunca olvidaremos. La barbarie terrorista se cebó sobre nosotros y trajo la muerte consigo. Ahí está y ahí estará para siempre, clavada en el corazón.
Cuatro imbéciles sin alma, cuatro degenerados mentales quieren que confundamos el terror con la protesta sindical, los cojones con comer pan. Quizás cocidos de Chivas, quizás atontados por alucinógenos varios, quizás porque su cerebro no da más de sí, quizás obedeciendo la voz de su amo o quizás debido a que son, ciertamente, la escoria de la humanidad. Por lo que sea. Juegan sucio, muy sucio. Se atreven incluso a escupirnos en la cara.
Hay que manifestarse para defender los derechos. Hay que hacerlo ahora y había que haberlo hecho antes, cuando el mismo que orquesta este furor reivindicativo participaba activamente en nuestra destrucción. Pero el perro fiel y su mascota no mordieron la mano que les alimentaba y subvencionaba, ¿verdad? Hoy, un 20 % menos para pulirse y la disminución de sus privilegios ante los despidos sacan del spa a estos vividores.
Luchar por lo que se considera legítimo es un derecho y, a mi entender, una obligación. Pero no a cualquier precio, violando los más elementales principios morales, violentando los sentimientos, faltándole el respeto a los que sufrieron directamente la acción asesina. Marchas de la vergüenza y concentraciones en las principales ciudades. Brigadistas liberados que han prostituido el sindicalismo envenenándolo con política. Pretende esta gentuza perpetrar un atentado contra la razón el once de marzo. No había otro día.
Escuchar al bien pagado camarada Martínez, José Ricardo, vomitar sus excreciones comparando las legítimas protestas contra la reforma laboral con los asesinatos de Madrid, debería servir, si en la UGT, además de relojes de lujo, tuvieran cuatro dedos de frente, para retirar a este impresentable de la escena pública. Hay que ser malo de entrañas, un verdadero hijo de Satanás.
No tengo calificativos para definir lo que pienso de estos individuos que están utilizando la sensibilidad y el dolor para buscar su beneficio…Bueno, sí que los tengo, pero con lo que gano no me puedo permitir los abogados que ellos sí que pueden pagar. 180.000 euros dan para eso y más, ¿o no, camarada Martínez?
Por ello me siento obligado a pedir perdón a los falsos sindicalistas que se hayan podido sentir ofendidos por mis palabras. Principalmente por aquello del derecho al honor. Por ese mismo derecho que se pasan por el forro cuándo les apetece y cómo se les antoja…Mira, me lo he pensado mejor. Analizando el artículo, no vislumbro mentira alguna. Así que el perdón casi que prefiero que lo pidan ellos, aves carroñeras con mucho para disculpar.
Cuatro imbéciles sin alma, cuatro degenerados mentales quieren que confundamos el terror con la protesta sindical, los cojones con comer pan. Quizás cocidos de Chivas, quizás atontados por alucinógenos varios, quizás porque su cerebro no da más de sí, quizás obedeciendo la voz de su amo o quizás debido a que son, ciertamente, la escoria de la humanidad. Por lo que sea. Juegan sucio, muy sucio. Se atreven incluso a escupirnos en la cara.
Hay que manifestarse para defender los derechos. Hay que hacerlo ahora y había que haberlo hecho antes, cuando el mismo que orquesta este furor reivindicativo participaba activamente en nuestra destrucción. Pero el perro fiel y su mascota no mordieron la mano que les alimentaba y subvencionaba, ¿verdad? Hoy, un 20 % menos para pulirse y la disminución de sus privilegios ante los despidos sacan del spa a estos vividores.
Luchar por lo que se considera legítimo es un derecho y, a mi entender, una obligación. Pero no a cualquier precio, violando los más elementales principios morales, violentando los sentimientos, faltándole el respeto a los que sufrieron directamente la acción asesina. Marchas de la vergüenza y concentraciones en las principales ciudades. Brigadistas liberados que han prostituido el sindicalismo envenenándolo con política. Pretende esta gentuza perpetrar un atentado contra la razón el once de marzo. No había otro día.
Escuchar al bien pagado camarada Martínez, José Ricardo, vomitar sus excreciones comparando las legítimas protestas contra la reforma laboral con los asesinatos de Madrid, debería servir, si en la UGT, además de relojes de lujo, tuvieran cuatro dedos de frente, para retirar a este impresentable de la escena pública. Hay que ser malo de entrañas, un verdadero hijo de Satanás.
No tengo calificativos para definir lo que pienso de estos individuos que están utilizando la sensibilidad y el dolor para buscar su beneficio…Bueno, sí que los tengo, pero con lo que gano no me puedo permitir los abogados que ellos sí que pueden pagar. 180.000 euros dan para eso y más, ¿o no, camarada Martínez?
Por ello me siento obligado a pedir perdón a los falsos sindicalistas que se hayan podido sentir ofendidos por mis palabras. Principalmente por aquello del derecho al honor. Por ese mismo derecho que se pasan por el forro cuándo les apetece y cómo se les antoja…Mira, me lo he pensado mejor. Analizando el artículo, no vislumbro mentira alguna. Así que el perdón casi que prefiero que lo pidan ellos, aves carroñeras con mucho para disculpar.
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¿De qué van éstos?
Hay que tener cuidado con los compañeros de viaje. Cuando te embarcas en una aventura y se cuelan en ella impresentables gorrones de lo público, además de convertirte en una marioneta puede que estés ejerciendo de tonto de la baba. ¿Por qué te lo digo? Verás. Con un ejemplo me vas a entender más que de sobras.
El sábado 25 de febrero en Alicante hubo una manifestación en contra de los recortes en los servicios públicos. Por si no lo sabías, en la Comunidad Valenciana un decreto criminal se ha sumado al del Gobierno Central. Si con una taza no había bastante, dos tazas para que te atragantes. Un particular hachazo a la Educación, a la Sanidad y a todo lo que controla una autonomía, una más, que está asomando sus vergüenzas allá donde se amontonan las quiebras absolutas. El caso es que unas 70.000 personas salieron a la calle para, sin quemar contenedores de basura ni romper escaparates ni liarse a pedradas con la policía, expresar su dolor y su indignación.
La casta política, sola o en sociedad con el resto de despreciables manipuladores y especuladores, ha elegido el camino de la destrucción de lo público como solución para tapar su torpeza, su indecencia, su corrupto proceder y su ineptitud. No asume responsabilidades, conserva, sino incrementa, su salario y se ofrece como salvador el transgresor que cercena sin pudor tus derechos. Está al mando de la nave el mismo descerebrado que la ha estrellado, el brahmán político que te ha arruinado mientras engordaba su hacienda. Y piensa, lerdo él, que aniquilando lo de todos, vencerá a la bestia que ha creado. Craso y muy estúpido el error.
Pero vayamos al tajo. La manifestación partió de la estación de la RENFE para, tras circular por tres avenidas, finalizar en la emblemática y hermosa Explanada de España. Hete aquí que a dos manzanas del inicio se ubica el palacio de la Diputación Provincial de Alicante. Y precisamente allí, en una de las calles que perpendicularmente desemboca en la primera avenida del recorrido reivindicativo, fue donde estratégicamente se colocó el enemigo para saludar al ciudadano protestón.
Una pancarta. Tras ella, cargos políticos del PSOE, diputados provinciales con una dedicación exclusiva de muchos euros (aproximadamente, la misma cantidad que de manifestantes), ex alcaldes algunos que han dejado a sus ciudades y pueblos en la cola de Cáritas. Con nombres y apellidos. Allí plantados, luciéndose inocentes y solidarios. Compañeros, somos de los vuestros. Para vomitar. Aquellos que les reconocieron, tras sobreponerse a la sorpresa inicial, se detuvieron frente a ellos y les preguntaron; “¿Qué hacéis aquí? ¿Y cuánto cobráis vosotros? ¿A quién pretendéis engañar?”
No sigo, pues no merecen más atención. La moraleja de todo esto es la siguiente. Acabar con los servicios públicos es aniquilar el Estado. Y contra ello hay que luchar, sí o sí. Pero en esta batalla conviene seleccionar a quién quieres a tu lado. De igual forma que peleas contra el que te está masacrando, no debes permitir que en tus heridas entre la ponzoña embustera, pues la infección desvirtuaría tu objetivo y terminaría contigo. No me vale que se posicionen junto a mí los capitanes del ejército enemigo. Para andar este camino, las alforjas las pongo yo, el asno también y ni mi tiempo ni mis viandas las voy a compartir con ninguno de éstos. Además, y es opinión y consejo, sería muy recomendable depositarles en la primera papelera que encontrásemos. Es lo que pienso. Es lo que hay.
El sábado 25 de febrero en Alicante hubo una manifestación en contra de los recortes en los servicios públicos. Por si no lo sabías, en la Comunidad Valenciana un decreto criminal se ha sumado al del Gobierno Central. Si con una taza no había bastante, dos tazas para que te atragantes. Un particular hachazo a la Educación, a la Sanidad y a todo lo que controla una autonomía, una más, que está asomando sus vergüenzas allá donde se amontonan las quiebras absolutas. El caso es que unas 70.000 personas salieron a la calle para, sin quemar contenedores de basura ni romper escaparates ni liarse a pedradas con la policía, expresar su dolor y su indignación.
La casta política, sola o en sociedad con el resto de despreciables manipuladores y especuladores, ha elegido el camino de la destrucción de lo público como solución para tapar su torpeza, su indecencia, su corrupto proceder y su ineptitud. No asume responsabilidades, conserva, sino incrementa, su salario y se ofrece como salvador el transgresor que cercena sin pudor tus derechos. Está al mando de la nave el mismo descerebrado que la ha estrellado, el brahmán político que te ha arruinado mientras engordaba su hacienda. Y piensa, lerdo él, que aniquilando lo de todos, vencerá a la bestia que ha creado. Craso y muy estúpido el error.
Pero vayamos al tajo. La manifestación partió de la estación de la RENFE para, tras circular por tres avenidas, finalizar en la emblemática y hermosa Explanada de España. Hete aquí que a dos manzanas del inicio se ubica el palacio de la Diputación Provincial de Alicante. Y precisamente allí, en una de las calles que perpendicularmente desemboca en la primera avenida del recorrido reivindicativo, fue donde estratégicamente se colocó el enemigo para saludar al ciudadano protestón.
Una pancarta. Tras ella, cargos políticos del PSOE, diputados provinciales con una dedicación exclusiva de muchos euros (aproximadamente, la misma cantidad que de manifestantes), ex alcaldes algunos que han dejado a sus ciudades y pueblos en la cola de Cáritas. Con nombres y apellidos. Allí plantados, luciéndose inocentes y solidarios. Compañeros, somos de los vuestros. Para vomitar. Aquellos que les reconocieron, tras sobreponerse a la sorpresa inicial, se detuvieron frente a ellos y les preguntaron; “¿Qué hacéis aquí? ¿Y cuánto cobráis vosotros? ¿A quién pretendéis engañar?”
No sigo, pues no merecen más atención. La moraleja de todo esto es la siguiente. Acabar con los servicios públicos es aniquilar el Estado. Y contra ello hay que luchar, sí o sí. Pero en esta batalla conviene seleccionar a quién quieres a tu lado. De igual forma que peleas contra el que te está masacrando, no debes permitir que en tus heridas entre la ponzoña embustera, pues la infección desvirtuaría tu objetivo y terminaría contigo. No me vale que se posicionen junto a mí los capitanes del ejército enemigo. Para andar este camino, las alforjas las pongo yo, el asno también y ni mi tiempo ni mis viandas las voy a compartir con ninguno de éstos. Además, y es opinión y consejo, sería muy recomendable depositarles en la primera papelera que encontrásemos. Es lo que pienso. Es lo que hay.
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