domingo, 7 de marzo de 2010

Que no me tomen por tonto

Que no me tomen por tonto

Publicado en El País 27/02/2010

Prefiero que me lo digan a la cara a que me tomen por tal. Estoy muy harto de que me camuflen las cosas como si uno tuviera seis años y estuviera jugando al escondite. Mire a donde mire en política, sólo tropiezo con timadores y mentirosos, con gente interesada en su propio bienestar, importándoles un cuerno el de los otros. Ahora te venden la imagen del pacto y del debate, del consenso y de la discusión. Te tienen entretenido con sus acuerdos y controversias. Se insultan para tu diversión, para que te creas que están ahí trabajando para ti. Mentira.

Mi fe en el sistema es y será eterna; confío en la democracia, en la libertad y en la justicia, en la igualdad y en la solidaridad. El sistema es bueno. Lo malo es el personal que lo ha tomado al asalto para convertirlo en su fortín. Están cómodos pues dominan y controlan a su antojo; se posicionan junto al rico y el pudiente para obtener su dinero y su financiación, y se acercan al desamparado para extirparle el voto con argucias. Una vez en el poder, no pueden traicionar al que les ha pagado y se encaman con él para devorar vorazmente el banquete que se les presenta. Aquellos que con el ejercicio de su libertad les encumbraron dejándose estafar con palabras vacías y promesas falsas quizás alcancen a degustar algunas migajas de lo que ellos desprecien.

Cuando el clamor comienza a ser ensordecedor, el político profesional desarrolla con maestría el arte de la confusión; ya que no puede convencerte, te la intenta liar parda, te lleva a su huerto para que, encima, le recojas la cosecha; la tierra será del trabajador, pero el fruto que produce se lo merienda el espabilado de turno.

Las ideas no se han muerto; están mal enterradas, camufladas por toneladas de pañales sucios que provienen de los altos estamentos que rigen el destino de nuestro país. La justicia actúa como cristales rotos, que sólo hieren al que camina descalzo. Con buenas botas o torpes legislaciones, el criminal es un privilegiado. No hay igualdad, porque no interesa; dos iguales piensan igual, sienten igual y son más fuertes y, en consecuencia, mas difíciles de embaucar. La solidaridad la desarrollamos los que menos podemos y tenemos, y estos gestos producen beneficios a los que son menos solidarios, que se aprovechan de nuestras voluntades para obtener riquezas.

Lo único que de momento se mantiene es la libertad; para expresarte, para opinar, para pensar, para sentir, para implicarte, para rebelarte, para gritar, para desesperarte, para llorar , para reír y para decirles, con mucho respeto, a aquellos explotadores, especuladores y políticos cuentistas e impostores que ya está bien de tomarnos por tontos. Que ya sabemos cómo son, qué son, quiénes son, cuántos son, cuánto valen y qué quieren de verdad. En lo que fallamos es en que no sabemos cuánto van a durar donde están…

1 comentario:

  1. Totalmente actual esta sincera reflexión. Te encontré de "causalidad" y me alegra que así haya sido. Un abrazo

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