jueves, 21 de febrero de 2013

Las uñas de Alperi y el francés de Milagrosa


Queridos niños, vamos a hablar hoy de dos próceres imputados que disfrutan de una beca pública para estudiar francés o hacerse la manicura. Beca de un montante disparatado, un pastizal insultante por ocupar un escaño en las Cortes Valencianas.

El primero. Luis Díaz Alperi, ex alcalde de Alicante y de profesión sospechoso, acude al asiento en el que le hemos colocado entre todos, se aburre como una mona y comienza con su espectáculo. Joder, hay que ver cómo tengo las uñas. Mira por dónde, en el neceser llevo unas tijeritas pintiparadas para la ocasión. Total, el rollo que está soltando el conseller ni me va ni me viene y a mí me gusta ir más guapo que un San Luis. Me quito los pellejitos y me arreglo la del meñique, que ya no escarba como siempre…¿Einnn…? ¿Es a mí? ¿Qué pasa, qué pasa?...Vaya por Dios, que me han cazado en pleno aseo. No sé yo que verán de extraño en todo esto, si son cuatro uñitas de nada…¿Qué no? Venga, vale, lo dejo. Pongo las manos encima, para que se vean y después, cuando me pregunten, cuento que se trataba de una uña que se me había roto y que me tenía sometido a un sufrimiento inmenso. Me casco una tirita en el dedo y ya está. Que desde que me han imputado ya nadie me respeta, leches.

La segunda. Milagrosa Martínez, alcaldesa de Novelda e imputada hasta las cejas. Al igual que Alperi, acude a su escaño, le importa un carajo lo que dice la consellera de turno, y empieza con su función. Espérate que me acomode…Ya está. ¿Dónde está la bolsa…? Aquí, ya la tengo. Me saco las fotocopias del libro de francés (ahí estás tú, protegiendo la propiedad intelectual), que tengo que prepararme el tema y nada, a estudiar, que me cunda el día… Je m'appelle, tu t'appelles...Soy una fiera. En los dos años que me quedan aquí, con lo lista que yo soy, me saco filología y, si me apuras, notarías. Y porque nos hemos cepillado todas las oposiciones, que si no, con mis contactos, fijo que pillaba cacho en alguna administración…Mira, voy a escribirle algo a Alperi, qué se note lo que voy aprendiendo...Luis, vous coupez les ongles et ils obtiendront dans les journaux. Vamos, que te han pillado haciendo el gorrino y te van a sacar en los papeles.
[Fotonoticia]

Él y ella. Luis Díaz Alperi y Milagrosa Martínez. Dos esperpentos del sistema, dos sobrantes que se están burlando de todos nosotros en nuestra cara.  Y, que no lo dude nadie, lo más grande de esto es que les trae sin cuidado. Mientras no les falte de lo suyo, ya puede jarrear, que no se van a mojar. Para que luego digan de los políticos…

martes, 19 de febrero de 2013

Transparencias públicas


¡Ay, las transparencias, cómo me gustan…! Debe ser por la edad que voy teniendo, el haber crecido cuando la insinuación  encendía hasta las pestañas. Nada se mostraba de frente, tocaba adivinar. El entrever lo que había debajo, saber lo que se escondía tras unas finas telas me atizaba las hormonas y me ponía como una moto, con sidecar y todo. Si a eso le unía un apetito infinito, propio de la edad, y el afán por conocer y descubrir lo oculto, me encontraba con que cada vez que los deseos se hacían diáfanos, el deleite, el agrado, la diversión, el recreo de los sentidos era monumental, ciclópeo, grandioso. Adolescente que era uno.
Ahora ya no lo soy, no sé si alegrarme por ello o ahogarme en sollozos. Pero reconozco que la curiosidad me puede, soy un frágil juguete cuando las transparencias, ese vicio para la razón, ese calentón continuo para el cuerpo, asoman excitantes ante mí. Quiero, necesito ver entre las sedas, imaginar los tesoros ocultos sabiendo qué riqueza voy a disfrutar al retirar las finas telas. Vamos, que he pasado de adolescente a degenerado, pero qué voy a hacerle, lo transparente me domina.
Por ello, por depravación pura, por satisfacer mis bajos instintos y a falta de iniciativas en ese sentido, me veo en la obligación de demandar, exigir transparencias a aquéllos que pueden y deben ofrecérmelas. A saber. Señora Presidenta de la Diputación de Alicante, señores diputados provinciales (PP-PSOE), señora alcaldesa, señores concejales, señores diputados autonómicos y demás miembros de la casta. Siguiendo el ejemplo del jefe del Gobierno (para una cosa que no hace del todo mal) no sé qué puñetas esperáis para hacer público vuestras declaraciones de renta y bienes.
¡Venga, que no os arrancáis ni pa´Dios! ¿A qué teméis, criaturas…? No seáis tontos, que no vais a revelar nada que no supongamos todos, que lo único que se va a producir es la confirmación de lo que se sospecha, que salís muy, pero que muy caros. Además, mirad qué  suerte que tenéis que lo negro, igual que cuando yo era chico, tampoco aparece ahora por mucha transparencia que haya. Complaced esa libido que me corroe…
Me da a mí que va a ser que no. Hasta la próxima, paganos.

lunes, 18 de febrero de 2013

La peineta de Bárcenas


Qué maravilla. Esa peineta majestuosa, ese dedo corazón  horadando el infinito, ese brazo ejecutando un perfecto ángulo recto y al lado, unidos en la inmortalidad, esos mofletes tan bonitos, esa estética obra de la naturaleza. Esa cara de perro estreñido, ese rostro repugnante, esa mirada desafiante de dóberman artítrico, con esos ojitos de bidé revenido y esa boquita de cloaca, qué está para comérselo y vomitarlo. Una fotografía de premio, el retrato del corrupto, de un presunto y presumible ladrón. Un sinvergüenza que se permite el lujo de mandarnos a la mierda, favorecido por una legislación que consiente que disfrute de una libertad que no merece. Luis el cabrón.
Sí, lo reconozco, ya lo he juzgado. Sin tener ni puñetera idea, que igual es un santo varón y el más honrado de los mortales. Y le considero más culpable que Judas. Pero, exactamente, ¿de qué?... Pues, a día de hoy, de lo único que, de momento, tengo claro. De ser un mamón que me ha regalado una peineta. Y, veréis, como yo soy de fácil cabreo y peor respuesta, aprovecho esta tribuna y aplaco con mi suave poesía esas furibundas ganas que me asaltan. Ese sádico apetito por partirle el brazo, arrancárselo de cuajo e introducírselo, con el dedo inhiesto, por donde amargan los pepinos. No, no debo dejarme poseer por esos deseos salvajes de enterrarle hasta las cejas en una letrina de Bombay. Vade retro, Satanás. No lo digas, Tomás, que su madre no tiene la culpa de haber parido semejante engendro, no caigas en el insulto fácil, no seas como él…
O sí. Porque, vamos a ver, si el Bárcenas éste me puede insultar, ¿por qué no puedo yo corresponder cariño con cariño…? Será porque la ley sólo protege al que la viola, al ladrón, al tramposo y al corrupto…Será… Pero como no tengo remedio y me encanta perder los papeles con según qué impresentables (y además voy a dormir más tranquilo), aquí dejo la perla.
A ti te digo, amigo Luis, por si sabes leer. Como dicen los italianos, vaffanculo. Y la próxima vez que, volviendo de esquiar, te dé un calambre en el dedo, pido a Dios que me otorgue la oportunidad de encontrarme a la verita tuya, con una maza en la mano y así, como quien no quiere la cosa, reventártelo convenientemente. Aunque sea sólo un poquito.
¿Me he pasado? No creo. Saludos, paganos.

jueves, 14 de febrero de 2013

Quiero saber lo que ganas


Desde el PSOE, el PP y el resto de la banda se extrañan de que cada vez que uno de los suyos se enfrenta con alguien que no es de idéntica cuerda, sea cual sea el motivo del encuentro, reunión, rueda de prensa, charla en una cafetería o tropiezo casual en la cola del súper, todo acabe convergiendo en una pregunta: ¿Cuánto ganas tú, político? Y no sólo se sorprenden sino que, en ejercicio de su abominable hipocresía, les alarma que los españoles les exijamos respuestas concretas. ¿Pero qué se esperan que hagamos? ¿Qué sigamos pastando? Mucha jeta destilan, ¿no?

 Desde el PSOE, el PP y el resto de la banda no entienden que estemos hasta donde se fabrica la testosterona de aguantar sus embustes, de soportar la presión de una crisis fabricada por ellos, de costear su inutilidad, de sufragarles una vida de esplendor y privilegios. No comprenden que estemos abriendo los ojos y empezando a no tolerar el abuso y la violación constante de nuestros derechos, que nos hayamos dado cuenta de que el principal problema son ellos, esa casta perversa de brahmanes torpes y/o  golfos que nos han arruinado.

Desde el PSOE, el PP y el resto de la banda se extrañan, se sorprenden, les alarma, no entienden, no comprenden.  Todo porque piensan que los parias somos gilipollas, unos tontos de la baba fáciles de domeñar, una masa inculta y aborregada a la que engañar y fustigar. Este es el convencimiento de esa banda filibustera que no conoce, y le importa un carajo el no conocerlo, el significado de términos tan vitales para el funcionamiento de una sociedad democrática como son la verdad, la transparencia (la de verdad, no el timo que ahora venden), la honradez, la responsabilidad, la igualdad, la justicia y la libertad. Ahora, a expresarse de esta manera, le llaman populismo, demagogia de bar. Cuando ellos excretan sus falacias, es alta política, gestión pública e interés común. Pues que les den morcillas. Voy a ser populista porque me apetece, y al que no le guste, ajo y agua.

Yo no sé a ti, pero yo no acepto más cucharadas de esta basura. Así que, si lees esto, pues claro que quiero saber lo que ganas tú, político del demonio, faltaría más. ¿Y sabes por qué? Porque te lo pago yo, que por desgracia eres mi empleado. Porque tu sueldo es una aberración que tú mismo te pones y que quiero suprimir cuanto antes. Porque te lo estás llevando de aquella manera que suponíamos y suponemos. Porque no te lo mereces, que no vas a tu puesto ni se te espera. Y cuando vas, la lías. Porque en este juego de sacrificios tienes que participar tú también, que no eres Dios. Porque te tengo que cortar las alas, pajarraco. Porque tienes que dar ejemplo, que para eso te hemos votado. Porque tienes que ser el modelo a seguir, y no el espabilado y aprovechado que eres. Porque hasta que no te sacudas la corrupción de encima, apestas, hiedes. Porque me da la gana. Y porque, volviendo a lo de antes, no soy tan gilipollas como tú te crees. Así que, ya tardas en decirme cuánto me cuestas, que yo valoraré si te mantengo, te aplico un ERE o te pongo de patitas en la calle. Y date prisa, que se te acaba el plazo.

Como fin de la tribuna, aclarar a los míos que soy muy consciente de que cometo el pecado de generalizar, la carne es débil, ya sabéis. Tenéis razón, seguro que no todos son iguales, que entre tantos que son alguno habrá bueno. Pues nada, lo arreglo rapidito. Aquellos que no pertenezcan a este asqueroso grupo que no se den por aludidos, y ya está. Mira tú que sencilla es la penitencia. Lo dicho. Saludos, paganos.

martes, 12 de febrero de 2013

Draghi, de visita turística


Otro que tal. Draghi dice que es consciente de que la población española lo está pasando mal… Ahí has dado… Eres listo, Mario... Se percibe tu aguda inteligencia. Sólo una cosa sin importancia, si no es molestia, hombre. Te la están metiendo doblada, que no es toda la población la que sufre, que este país de nunca jamás funciona a dos velocidades. Te lo explico fácil, que no te cueste.
Arrastrando la lengua y cargando con todas las alforjas viajamos los parias atontados. Y en clase business, unos pájaros que vuelan muy alto y no hay dios que los tumbe. Y no es por falta de ganas, no, que ya te digo que muchos sentimos la llamada de la sangre. Lo que ocurre es que, entre que los muy jodidos planean y hacen los picados que no veas y que nosotros les lanzamos garbanzos con un tirachinas hecho con la goma de un tanga, no hay manera de acertarles en la ceja.
Así que como me aburro, te busco la definición del término población y así te saco una miajita de la inopia. A saber. Conjunto de personas que habitan la Tierra o cualquier división geográfica de ella… No me termina de cuadrar, no, a pesar de lo de la división. Porque verás, mientras unos habitamos como podemos en alguno de estos 17 reinos de taifas, hay otros golfos, amigos tuyos la inmensa mayoría, con los que no va el tema y que gozan cohabitando como bestias en cama ajena. Así que ésta acepción no nos sirve, ¿no crees, Mario?
Otra. Conjunto de individuos de la misma especie que ocupan una misma área geográfica. No está mal. La puedo ajustar a esas dos poblaciones que antes te nombré, ¿te acuerdas?...Sí, hombre…Por un lado estaba la tribu de los Undargarines, personajes dominados por su gusto por lo ajeno, su afán por mangonear, su innata afición a la mentira, su habitual incompetencia, su facilidad para chupar de la teta pública sin dar un palo al agua y su alto estatus político, económico y social, por fa, Borja. Y por el otro, la tribu de borregos que consentimos que estos impresentables nos sigan atracando...Esta definición vale para el propósito.
Ea, pues ahí lo tienes, Mario, te lo he puesto a huevo. Aprovecha que estás en el hostal, espabila y especifica qué población española lo está pasando mal. Y di que se trata de la población de verdad. Que los velociraptores (raza a la que perteneces) seguís a lo vuestro, depredando lo que podéis y más.
Y no te me ofendas, que tengo un mala década. Verás. Estoy harto de las palabras vacías que nos otorgáis de costumbre los patronos de los especuladores. Harto de tener que aguantar a gente como tú, Mario. Así que, vuela que estás de más. 

domingo, 10 de febrero de 2013

Rosell, presunto imbécil



Señor Rosell. Es usted un presunto imbécil. Y no le estoy insultando, pues, créame, no me parece usted digno ni tan siquiera de merecer un insulto. Le estoy definiendo, señor Rosell. Porque es usted un presunto imbécil y  los imbéciles no me gustan. Olvídese de descargar su basura en los demás y preocúpese usted, señor Rosell, de crear empleo con esa estupenda reforma laboral que se han cocinado en santa compaña con el Gobierno. Y, ya de paso, métase la parida de los minijobs donde le quepa, si aún tiene sitio en alguna parte de su cuerpo o vestimenta. Y le digo esto último, señor Rosell, porque entre los seis millones de parados de los que usted y los de su cuerda se descojonan, y la pasta que están ustedes ganando con la miseria ajena, no creo que le quede ningún orificio por ocupar, que hasta en el culo tiene usted los billetes.
No regale su sabiduría, señor Rosell. Guárdela para mejores ocasiones y limítese a seguir el ejemplo de sus compañeros de manada; especule, explote y reviente a los trabajadores. Eso sí, mientras tanto, ejerza de jefe de los patronos y no se olvide de llevárselo calentito, a imagen y semejanza de su predecesor y también boca chancla Díaz Ferrán.
No le deseo, señor Rosell, que pase usted penuria ni que sufra algún problema que tenga que ser solucionado por un miserable funcionario. Porque si lo tiene, igual el sanitario deja que se desangre, o  el policía no acude mientras unos kosovares le muelen a palos, o el maestro pasa hasta el forro de educar a sus hijos, o ese mierda de administrativo, entretenido haciendo aviones de papel, no le tramita esa documentación vital que usted necesita para sus chanchullos, o el bombero se deja la manguera y le apaga el fuego del chalé a escupitajos, o ese idiota que se dedica a mantener las carreteras para que usted pasee el Audi le pone una curva al revés a ver si se la mete, o…
Se lo digo en serio, señor Rosell. Espero que su vida sea una orgía constante de vino y rosas (de lo primero, córtese un poco antes de hablar, que luego pasa lo que pasa). Ese mi anhelo, que usted siga viviendo como Dios, no le quiero ver en los infiernos a los que usted y los suyos nos han enviado. Tengo un corazón generoso, quizás por mi condición de inútil funcionario que se gana el pan con su trabajo y no con el sacrificio y el esfuerzo de otros. Lo del látigo se lo dejo a gente de su calaña.
Si quiere abrir un debate, le ofrezco uno, señor Rosell: ilústrese, estudie, medite (que pensar es lo que nos diferencia de los animales), sáquese el dedo del trasero y explíquenos a los pobres mortales cómo es posible que, con toda la masa laboral de este país aplastada y humillada, usted y su organización de patanes son incapaces de crear un solo empleo decente.
Señor Rosell. Le repito. Es usted un presunto imbécil. Y le defino imbécil, no lo busque, no se canse, que no es con h y con v. Imbécil es aquél que molesta haciendo y diciendo tonterías. Imbécil es usted. Presunto.

sábado, 9 de febrero de 2013

¿Ignorante o mentirosa?





Uno no sabe bien si es peor la ignorancia que la mentira. O, ya puestos, si lo que de verdad llega a ser nocivo y peligroso es la combinación, premeditada o no, de ambas cosas. Lo que sí que tengo claro es que cuando se manifiestan por separado o juntas en aquellas y aquellos que están al frente del tinglado, se convierten irremediablemente en algo intolerable y destructivo. Tres ejemplos ilustrarán mis palabras.
La directora general de la Agencia Tributaria, Beatriz Viana, realiza una faena de aliño ante los periodistas al hablar del innombrable Bárcenas y su amnistía fiscal. Una vez que ella considera que ha descabellado al astado, a micrófono abierto vomita lo que todos sabemos: que no tiene ni repajolera idea de lo que ha dicho. ¿Ignorante o mentirosa? Juzgad vosotros mismos.
Otra muestra. La Presidenta de la Diputación Provincial de Alicante lleva varias de éstas. Cuando la prensa publica la indecencia de euros públicos que gana, Luisa Pastor contesta que verá usted, pero no sé cuál es mi salario. Repito la pregunta. ¿Ignorante o mentirosa? Mal cualquiera de las dos cosas. Si es cierto que desconoce la cuantía, es porque como lo tiene todo pagado por nosotros, lo mismo le da ocho que ochenta. Y si miente es porque, sabedora del desmadre, lo intenta tapar bajo el escudo del desconocimiento. Algo que una persona en su posición no se puede permitir. Pero el asunto no se queda ahí. Días después, la prensa canalla le vuelve a interrogar sobre  el dinero público que varios diputados provinciales se han gastado para asistir a reuniones propias de su partido. Y el no sé, ya lo miraré asoma de nuevo. Insisto. ¿Ignorante o mentirosa? Sea lo que sea, va a terminar cargándose la Institución Provincial, casa de todos los alicantinos. Tiempo al tiempo.
Una más. Ana Mato. No tiene desperdicio. ¿Te han pagado los cumpleaños y las comuniones de los rorros? No sabe, no contesta, no recuerda. ¿Ignorante o mentirosa? Si escuchamos lo que dicen desde Hacienda, va a ser que a las dos  sucumbe la mandamás de la sanidad española. Mala, malosa parece la señora. Pero sigue ahí, no suelta el taburete ministerial ni le botan del mismo. Todo muy ético y moral, en la línea de la vergüenza nacional.
Eran tres los ejemplos, pero no se vayan todavía, que aun hay más. Ahora bien, los que siguen me los guardo para otro día, que hoy ya se me ha descompuesto el alma. Será la gripe. Saludos, paganos.

jueves, 7 de febrero de 2013

Empobrecimiento injusto


Empobrecimiento injusto. Dos palabras con sustrato, ¿verdad?...Definen una situación trágica en la que se hallan inmersos, ¿cuántos españoles? ¿Un millón…? ¿Dos millones…? ¿Tres, cuatro, cinco, seis…? ¿O más bien todos los que no formamos parte de esa fétida casta que nos ha estafado hasta conducirnos a la ruina?

Escucharlas en boca de según quién únicamente provoca asco, desprecio, repugnancia, un vómito incontrolado de sentimientos que van desde el más elemental hastío hasta el odio más profundo. Un duque empalmado protesta porque supuestamente (es lo que él y los suyos aseveran) se va a quedar sin un clavo. Permitidme que me parta la caja convenientemente. Alguien armado con un libro de familia adquirido merced a un matrimonio de bragueta de a metro se queja de que va a sucumbir en la pobreza. Un sujeto que, con la inestimable y necesaria colaboración de otros ilustres del club manipulador ha cogido lo que no le pertenece, llora porque tiene que devolver, por el momento, una parte de lo que se ha agenciado. Un exponente mayúsculo de la casta ladrona que se ha forrado hasta lo indecente se lamenta del trato que recibe. Me meo todo.

Qué se vayan al carajo. Él y todos los que como él nos toman por tontos. Esa generación de corruptos, sinvergüenzas y golfos que, manipulando el dinero público y tratando la soberanía del pueblo español como puta por rastrojo, se han permitido y continúan permitiéndose el lujo de arrastrarnos por el fango. Esos degenerados de la política y sus colegas de andanzas que se reparten nuestra sangre como les sale de los culeros.

Empobrecimiento injusto es a lo que nos están sometiendo los antes nombrados y definidos. Somos víctimas de una crisis teledirigida, una estafa maniobrada por aquéllos que revuelven el río para acrecentar la pesquera. Pensad un poco. Unos años de penuria sobran para que los trabajadores se acojonen y acepten cualquier curro a cambio de un pedazo de pan duro. Los jefes de la manada se han sentido incómodos por que las distancias se acortaban y han parido esto para que el rebaño vuelva al redil.

Los sobres, el tú más, las cuentas en el extranjero, el despilfarro injustificable e injustificado en las administraciones públicas sobre las que cabalgan estos apestosos jinetes del apocalipsis, la prostitución del dinero público, el nepotismo, el tráfico de influencias, los cohechos y sobornos o los demás apuntes de nuestra realidad. Toda esta basura (léase mierda) nos coloca donde los de la casta quieren que estemos, encerrados en toriles. Los españoles nos hemos convertido en un manso pueblo de cabestros que aguanta la vara y la pica sin reaccionar.

Por lo que aquí expongo y en lo que a mí me toca, insisto en lo de antes. Qué se vayan al carajo, que ya no los aguanto más. Nos han fabricado una guerra en la que hay que combatir. Y en eso estoy. Combatiendo. Pero contra ellos. Saludos, paganos.