Empobrecimiento injusto. Dos
palabras con sustrato, ¿verdad?...Definen una situación trágica en la que se
hallan inmersos, ¿cuántos españoles? ¿Un millón…? ¿Dos millones…? ¿Tres,
cuatro, cinco, seis…? ¿O más bien todos los que no formamos parte de esa fétida
casta que nos ha estafado hasta conducirnos a la ruina?
Escucharlas en boca de según
quién únicamente provoca asco, desprecio, repugnancia, un vómito incontrolado
de sentimientos que van desde el más elemental hastío hasta el odio más profundo.
Un duque empalmado protesta porque supuestamente (es lo que él y los suyos
aseveran) se va a quedar sin un clavo. Permitidme que me parta la caja
convenientemente. Alguien armado con un libro de familia adquirido merced a un
matrimonio de bragueta de a metro se queja de que va a sucumbir en la pobreza.
Un sujeto que, con la inestimable y necesaria colaboración de otros ilustres del
club manipulador ha cogido lo que no le pertenece, llora porque tiene que
devolver, por el momento, una parte de lo que se ha agenciado. Un exponente mayúsculo de la casta
ladrona que se ha forrado hasta lo indecente se lamenta del trato que recibe. Me
meo todo.
Qué se vayan al carajo. Él y
todos los que como él nos toman por tontos. Esa generación de corruptos, sinvergüenzas
y golfos que, manipulando el dinero público y tratando la soberanía del pueblo español
como puta por rastrojo, se han permitido y continúan permitiéndose el lujo de
arrastrarnos por el fango. Esos degenerados de la política y sus colegas de
andanzas que se reparten nuestra sangre como les sale de los culeros.
Empobrecimiento injusto es a
lo que nos están sometiendo los antes nombrados y definidos. Somos víctimas de
una crisis teledirigida, una estafa maniobrada por aquéllos que revuelven el
río para acrecentar la pesquera. Pensad un poco. Unos años de penuria sobran
para que los trabajadores se acojonen y acepten cualquier curro a cambio de un
pedazo de pan duro. Los jefes de la manada se han sentido incómodos por que las
distancias se acortaban y han parido esto para que el rebaño vuelva al redil.
Los sobres, el tú más, las
cuentas en el extranjero, el despilfarro injustificable e injustificado en las
administraciones públicas sobre las que cabalgan estos apestosos jinetes del
apocalipsis, la prostitución del dinero público, el nepotismo, el tráfico de
influencias, los cohechos y sobornos o los demás apuntes de nuestra realidad. Toda
esta basura (léase mierda) nos coloca donde los de la casta quieren que
estemos, encerrados en toriles. Los españoles nos hemos convertido en un manso pueblo
de cabestros que aguanta la vara y la pica sin reaccionar.
Por lo que aquí expongo y en
lo que a mí me toca, insisto en lo de antes. Qué se vayan al carajo, que ya no
los aguanto más. Nos han fabricado una guerra en la que hay que combatir. Y en
eso estoy. Combatiendo. Pero contra ellos. Saludos, paganos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario