Yo es que me vuelvo loco. Se
tiran los políticos medio verano mareando la perdiz con la limosna de 450 euros
para los parados, y ahora te tienes que comer que los directivos de banca, los
mangantes que han arruinado el país, no pueden cobrar los pobres más de medio
millón de euros. Es decir, mientras que todos los españoles tenemos que pagar
por narices la mala gestión de sus empresas con un dinero que no poseemos,
estos impresentables siguen ganando una indecencia amparada por la ley. Pido
perdón por el tono de mis palabras, pero es que me toca mucho la moral y más
aún las gónadas tragarme esta estafa sin permitirme el lujo de ciscarme en
todos ellos y en los que, cobardes y tramposos, legitiman este estupro.
Porque vamos a ver, decirnos
que sin nuestro sacrificio y sin dejarnos pisotear los derechos no sale España
de ésta, y a la vez garantizar a los que nos han metido en el pozo que pueden continuar
robándonos, protegiéndoles bajo el ala pestilente de este supuesto Estado de
Derecho, traspasa la barrera de la indignidad para ubicarse de lleno en la más
violenta provocación.
No es tolerable, bajo ningún
aspecto reconocible por la razón, que un gobierno, del signo que sea, tal y
como la miseria se adueña del país, legisle a favor del ladrón y le otorgue una
nueva licencia de corso. ¿Cómo quieren que cualquiera con dos dedos de frente
mantenga todavía la mínima esperanza de salvación? La casta se define, por
enésima vez, y lo hace con descaro, a cara descubierta. Y ya está bien.
Dado que, con el asalto gubernamental
a la paga extraordinaria de Navidad de profesores, administrativos, médicos, policías, ingenieros, militares, celadores, miembros de la Guardia Civil, jardineros, enfermeros, bomberos y
demás funcionarios de mal vivir que se os ocurran, a estos chorizos les da de sobra para que
no les falte la suya, uno piensa y propone que, quizás, los empleados públicos
deberían plantearse objetar contra ellos. No tramitar sus declaraciones, no gestionar
sus subvenciones, no renovarles ni el DNI ni el carné de conducir, no limpiar
las aceras de sus casas ni recogerles la basura, no atenderles en los centros
de salud, no educar a sus hijos, no registrar sus propiedades, no matricular
sus coches, no examinarles en las Universidades Públicas, no administrar
ninguna documentación que les pueda afectar, no llevarles el correo, no
trabajar ni un segundo más para ellos, no, no y no. Porque, estimado servidor
público, qué lo sepas, cornudo y apaleado, lo que a ti te quitan es para que a
ellos no les falte de nada.
Maldita sea su estirpe y la
de los que les protegen. Digo.
Yo como ciudadana estafada por los Bancos y por la Justicia. Se que las personas sin recursos para defendernos de las injusticias lo tenemos peor que mal. Por lo menos que nos devuelvan nuestro dinero estos ladrones y que a los ayuntamientos no se les permita quedar impunes con los saqueos y estafas. Elvira S. C-
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo
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