sábado, 11 de febrero de 2012

Reforma laboral, capítulo I, 2ª parte

Ya está, ya me he metido un hielo por el cogote y me he espabilado. Después de las ETT y buceando en la empleabilidad, hora es, pues, de atacarle a la deformada formación profesional de la Reforma del Gobierno. A saber. Si tienes entre dieciséis y veinticinco años y careces de la preparación adecuada, te pueden contratar por cuatro euros. Ya sabes. Tu empresa te enseña, tu empresa entretiene y te dice contenta hasta el contrato que viene. Una basurilla de duración mínima de un año, reducible a seis meses, y máxima de tres años. Cuatrocientos pavos para pulirte en botellones, cacho perro, que no vales para nada. Y no te quejes, que hay cola.
Porque, que lo sepas, criaturica, ahí tienes nueve añitos para alternar aprendizajes en empresas distintas, que lo de repetir no está bien, no sea que te vicies. Nueve añitos en los que vas a doctorarte en sobrevivir pagando por ir a currar. Pero, lo dicho, menos da una piedra, y para tabaco y birra alcanza, vicioso, que sólo piensas en juergas. Y da gracias, que te van a cuidar como un rey. Fíjate tú que, incluso, la formación que vas a recibir te la puede impartir la empresa para la que estés currando. Aquello de que la mejor manera de descargar un camión de sacos de harina es descargándolo, ¿entiendes? Eso sí, si te han fichado para pulir terrazo, que no te pongan a cepillar muebles. Protesta convenientemente, que la ley te protege de este abuso formativo, faltaría más.
Además, debes saber que durante el primer año, el 75% de tu tiempo será para trabajar. Y durante el segundo y tercer año, si tienes suerte y te renuevan, es un 85% lo que dedicarás al currelo. Sin turnos, ni horas extraordinarias. Todo para que cuando te larguen te den un título divino con el que adornar el currículo que podrás dejar en las ETT de antes. Un futuro prometedor para ti, que eres joven y golfo. Un futuro en el que disfrutarás de un montón de derechos, para que no protestes. Permisos para examinarte, elección de turnos para compatibilizar estudios y trabajo, adaptación de la jornada para asistir a cursos, no sufrir discriminación directa o indirecta por cuestiones de sexo (yo creía que esto último era un derecho constitucional, pero se ve que no), 20 horitas anuales para que te las chavees en el bar, y un largo etcétera. Y, como no todo va a ser para ti, las empresas que hagan el sacrificio de contratarte y formarte gozarán de una reducción en las cuotas por contingencias comunes, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que pueden alcanzar el 100 por cien. Y si encima les convences y te hacen indefinido, durante tres años se ahorrarán 1500 eurillos anuales si eres hombre y 1800 si eres mujer.
Me dan ganas de volver a nacer y así refocilarme salvajemente entre contrato y contrato con algún cargo político de confianza, uno de esos de sesenta mil euros/ año más comisiones y dietas…Mejor me voy a hacer otro Kit Kat, pero éste más cargadito, que me está entrando la depre.

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