Hollande la lleva clara. Como se
filtre el apoyo explícito y la alegría del PSOE por su inicial victoria en la
carrera hacia la presidencia de Francia (cosa de la que ya se encargarán bien
los del equipo de Nicolás), se va a meter un leñazo de órdago. “Hollande
devolverá la esperanza a los europeos que están deseosos de que otras
políticas, distintas de la de la derecha, sirvan para salir de la crisis y
afrontar el futuro con esperanza". Así habló Rubalcaba, convencido de que Hollande
vencerá y comenzará una etapa nueva y
progresista para toda la
Unión Europea. Y para ello su partido va a pedir a todos los
franceses que viven en España que apoyen a Hollande. Vamos, que pretende que
los 63.523 residentes en nuestro país que han sufrido y sufren lo que acarrea
un socialismo torpón e inepto voten a idéntica calaña. Ahí es nada. Puerta a
puerta ofreciendo un producto que no tiene salida.
Y eso que a nuestros vecinos les
sobra con abrir los ojos y ver lo bien que han ido las cosas bajo la batuta “progresista”
del PSOE, comparar y decidir. Sinceramente, no lo tienen muy difícil. Si ponen
en un platillo de una balanza a Sarkozy y la situación actual de Francia (que
no digo yo que sea buena, pero aún respiran), y en el otro a Zapatero y la agonía
actual de España (no estamos muertos, sólo mal enterrados), yo creo que los
franceses se seccionan la carótida antes que permitir que un político avalado
por el PSOE dirija el destino de su país.
Es decir. Que con poco que
Sarkozy le ofrezca a Marine Le Pen y un par de aleluyas más de Rubalcaba,
Hollande lo tiene crudo. Que Alfredo ya ha puesto en órbita la nave del
misterio echando su bendición al francés. Ni la bruja Lola y sus velas negras pueden
ayudar tanto al marido de la
Bruni. Tela marinera.
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