jueves, 30 de agosto de 2012

Y no subirá el IVA en 2013


El presidente del Gobierno descarta la posibilidad de que el Ejecutivo vuelva a subir el IVA y el IRPF en el Presupuesto del año 2013. Dice Mariano Rajoy que espera no tener que tomar decisiones tan difíciles y garantiza que, en cuanto pueda, hará lo posible para que la situación vuelva al principio. Ahí es nada. Vamos, que se me aparece de repente la chica de la curva en el asiento de atrás del cuatro latas,  me dice aquello de “ve con cuidado, que en el siguiente cruce perdí yo la vida”, y yo, lo juro por mis muelas, no me acojono tanto.
Y es que de este caserío, como que no me fío. Ni media. A las pruebas me remito y de muestra un botón. No era partidario de subir los impuestos pero nos ha cosido a estacazos en las sienes. Porque, que me expliquen a mí, tan lerdo como soy, quién le ha calculado al jefe el cuento de la lechera para que le cuadren las cuentas. Si subes los impuestos para recaudar más pero no generas empleo, facilitas los despidos, no creces sino que te encojes, atracas con cobardía a los que controlas (funcionarios y pensionistas), creas desconfianza dando palos de ciego y encima destruyes cualquier posibilidad de futuro condenando a la juventud a la emigración, vas a recoger lo que yo te diga, una breva y una higa.
Así que, señoras y señores, público en general, váyanse preparando todas y todos, ropa interior limpia, que de la crujida que nos van a meter el año que viene no nos levantamos ni para el Juicio Final. Pero no será él, no. De eso se encargará, con absoluta certeza, el listo de los Dalton, don Cristóbal Montoro, un buen señor que convierte a Hannibal Lecter en un aficionado al ganchillo.
Eso sí, a fuer de ser justo, una verdad hay en todo esto. En lo que no yerra el Presidente es en lo de volver al principio. Al principio de los tiempos. Le ruego, pues, e invoco desesperado su clemencia. Que no se esmere más en el tema, que ya estamos ahí, que ya hemos retrocedido al cretácico económico. Atapuerca parece un spa comparado con nuestra situación presente y futura. Y es que no tenemos suerte, cachis la. El iluminado nos metió en la Champions (en el grupo de la muerte, con griegos, italianos y portugueses) y éste está empeñado en que vegetemos en los orígenes de la civilización...
¡Ah!, dos cositas, caballero, antes de que se me olvide. Primero, eso de que Grecia va a cumplir con sus compromisos, lo verá usted con nuestros ojos en la mano y nuestra sangre en bolsas de dos céntimos. Ni ellos lo harán ni nosotros tampoco. Lo que yo le diga. Que el euro es tan reversible como la piel de los conejos, que por el lado de arriba abriga, pero por el pellejo da grima.
Y segundo, relativo al nuevo rescate valenciano. Agradézcale usted de mis partes a Fabra que, en esta ocasión, Valencia no haya pedido el dinero desde un hotel de cinco estrellas. Todo un detalle.

Y Viva España


Fiesta grande. El eje Mediterráneo autonómico pide el rescate al Estado. Y entre tres se funden la mitad de lo inicialmente previsto por el papá Gobierno para tal menester. Por supuesto, sin condicionantes, ojo, que no parezca que a los ineptos no les queda para cubatas, pero pásame la tela pronto,  primo, que es triste de pedir, pero más triste es de robar.

Pues nada, ea. Hay que mantener este descojone constitucional. Embellezcamos nuestras calles con farolillos heráldicos y banderitas de colores, que hay de 17 tipos en el paquete, una por cada autonosuya. Iluminemos los barrios para que a la juerga no le falte esplendor y barramos calzada y aceras, que el desfile se promete espléndido y no es plan que los ilustres electos, y los que no lo son (ni ilustres ni electos), traguen polvo. Cataluña, Valencia y Murcia piden ya mojar en la yema del huevo, y las demás van cogiendo turno, antes de que se acabe la oferta. Todas en fila para un mojete que, dicho sea de paso, se van a zampar los mismos inútiles que han arruinado las comunidades. Pero ése no es el tema, ¿verdad?...

Qué le vamos a hacer, España está así y a los que podrían cambiarla, ni se les ocurre ni les interesa, una generación ni-ni de tronío. El resto, los que no pertenecemos a la casta, a correr con los gastos sin rechistar.

Pero yo no me resisto, el calor me confunde y quiero participar, que me va el cachondeo como al que más e igual trinco algún canapé y un tinto de verano. Para no quedarme al margen, he cogido una guitarra, me he puesto chaquetilla torera, camisa de lunares, pantalón marcapaquete, fajín verde chillón y sombrero cordobés. Como el monigote del Tío Pepe, pero más hortera aún. Y, con el permiso del autor, al ritmo del  “Y Viva España”, entono, garganta profunda, una versión libre y pueril de tan famosa canción, a la par que me dispongo a bailar, zapateado incluso, sobre la tumba de todos los parásitos de esta patria.

A continuación os dejo la letra y si os apetece la cantáis, que es de mucho reír. Y de más aún llorar… Esperad… Me aclaro el gaznate con calimocho de peleón, y me arranco… Va por ti, Manolo (Escobar): “Con desalmados, corruptos y autonomías/camina España, de culo al socavón./ Con la casta imponiendo la miseria,/ el desempleo y la especulación./  Por desgracia ésta es la verdad,/ y a la canalla tenemos que pagar.”

Un momento, que me atizo otro lingotazo y me meto con el estribillo…Ahora…” Por eso se oye este refrán:/ Hundida está España./ Y nunca se recuperará, / hundida está España./ La casta actúa sin pudor: /Hundida está España./ Europa no tiene compasión, /ordena nuestra sumisión.”…Un poco chorra me está quedando la copla. A ver si con un sorbito me animo…

“En los viernes de consejo de ministros,/los que gobiernan nos bajan el pantalón./ Y esgrimiendo afilados sus cuchillos, /sajan y exprimen la vida del español./  Pero ellos recortarse no lo harán./ Ésa es la auténtica sangría nacional./ Por eso se oye este refrán:/ Hundida está España./Y nunca se recuperará,/hundida está España./ La casta actúa sin pudor:/ Hundida está España./ Europa no tiene compasión, /ordena nuestra sumisión.” Pues va a ser que no me gusta cómo va…Un poco más de vinacho, que los flavonoides inspiran mucho…

“El culpable siempre es el funcionario,/nunca el político ni el especulador./Ellos siempre mantienen sus salarios,/privilegios, prebendas y posición./Y el resto, a sentarnos y a esperar/ El cómo y cuándo nos la  clavarán./ Por eso se oye este refrán:/Hundida está España./Y nunca se recuperará, / hundida está España./ La casta actúa sin pudor: /Hundida está España./ Europa no tiene compasión, /ordena nuestra sumisión.”

Mirad, casi que lo dejo y me dedico a cosas más serias, que a la vista está que lo mío no es esto. Me acabo el tinto con Casera y me voy con la música a otra parte, que se me escapa la hiel por las glándulas lagrimales.

¿No queríamos autonomías?...Aquí las tenemos, de cuerpo presente.

lunes, 27 de agosto de 2012

Guillermo Collarte las pasa canutas


Guillermo Collarte,  diputado del PP y concejal del ayuntamiento de Ourense, las pasa canutas a pesar de cobrar 5.100 euros al mes. Pobrecito, que no le llega para el Rolex. Dándose cuenta de lo grosero de la declaración, el mártir pide disculpas a todas las personas que se hayan podido sentir ofendidas por sus declaraciones. Pobrecito, que no le alcanza para gambas. Lamenta el injustamente vilipendiado prócer que le crujan vivo por decir la verdad. Pobrecito, no tiene para el crucero. Denuncia que ha recibido excesivas críticas por decir una frase en tono coloquial. Pobrecito, que no puede pagar los 2800 euros de la hipoteca de sus dos pisos de Madrid. Afirma no merecer la leña que le han dado. Pobrecito, de sol a sol entregado a la patria para recibir el desprecio a cambio. Se siente mal el santo varón por ser objeto de un linchamiento absoluto. Pobrecito el paradigmático parlamentario, que tiene que pluriemplearse y cobrar cuatro duros públicos para subsistir en este mar de lágrimas…
Esto es aberrante. Mirad, mejor no sigo, que me ingresan. Collarte, espécimen desconocido hasta este desliz oral, sirve para definir qué es y cómo es la casta política del país, sea del partido que sea, que lo mismo da. Les importa a todos una zurrapa lo que no sea cobrar de la teta pública. Y, qué queréis que os diga, yo no puedo aceptar sus disculpas si no las acompaña desde ya con su renuncia a todos los cargos que ostenta y pasea, y a los beneficios que pueda obtener de ellos. Es un sobrante más del sistema, un personaje que, inconscientemente, ha mostrado lo que sienten y piensan los que, como él, han venido a este mundo a ejercer de parásitos de la sociedad, inútiles mantenidos, lacras caras de una democracia que se hace sus aguas mayores y menores encima de sus gobernados.
En política, y más aún hoy en día, hay que serlo y parecerlo, guardar las formas, medir las palabras y actuar con honradez. Y éste palanganero (se lo dice él mismo, no es cosa mía) ha abierto el diccionario, se ha ofrecido como ejemplo para que los españoles veamos de qué madera están hechos los que nos representan. De Collarte, como de muchos, no constan iniciativas en el Congreso, ir por ir, si hay que ir, se va. Sólo ha intervenido una vez en el Parlamento en lo que llevamos de legislatura (igual para preguntar la hora o cuándo se paraba a almorzar). Se reconoce, también como muchos, un bien mandado que está en el Congreso únicamente para levantar la mano y votar lo que dice su partido. Ésta sí, ésta no, esta me la ordenan, me la voto yo. Acepta el caballero gustoso ser un borreguito disciplinado siempre que no falten los euros. Admite sin tapujos que él y los suyos carecen de margen de maniobra, que su cometido es obedecer y obedecer, sin molestar.
Entonces, sin que se ofenda, pobrecito don Guillermo, permítame reflexiones y sugerencias. Vuélvase usted a la privada, hombre, que para lo que hace no le necesitamos, sobra como sobra la última copa en un coma etílico. Alguien que se burla, vale que sin querer, de la puerca miseria que nos invade, debe desaparecer sin demora de allá donde le hayan bien colocado para que bien acate las comandas de los jefes. No estoy dispuesto, y considero que es mi derecho, a que ni un céntimo de mi dinero se destine para sufragar los costes de su vida, amigo diputado. Me niego, ya no por principios. Me niego por cojones (sin perdón). Y si se ofende, ajo y agua. Más me molesta usted, que me cuesta lo mío. Y en esta corriente revanchista en la que he decidido sumergirme, me sentiré satisfecho cuando las pase usted no canutas, si no putas de verdad. Saluditos, hombre de dios, y que tenga buen viaje a ninguna parte.

jueves, 23 de agosto de 2012

Medio millón para los banqueros


Yo es que me vuelvo loco. Se tiran los políticos medio verano mareando la perdiz con la limosna de 450 euros para los parados, y ahora te tienes que comer que los directivos de banca, los mangantes que han arruinado el país, no pueden cobrar los pobres más de medio millón de euros. Es decir, mientras que todos los españoles tenemos que pagar por narices la mala gestión de sus empresas con un dinero que no poseemos, estos impresentables siguen ganando una indecencia amparada por la ley. Pido perdón por el tono de mis palabras, pero es que me toca mucho la moral y más aún las gónadas tragarme esta estafa sin permitirme el lujo de ciscarme en todos ellos y en los que, cobardes y tramposos, legitiman este estupro.
Porque vamos a ver, decirnos que sin nuestro sacrificio y sin dejarnos pisotear los derechos no sale España de ésta, y a la vez garantizar a los que nos han metido en el pozo que pueden continuar robándonos, protegiéndoles bajo el ala pestilente de este supuesto Estado de Derecho, traspasa la barrera de la indignidad para ubicarse de lleno en la más violenta provocación.
No es tolerable, bajo ningún aspecto reconocible por la razón, que un gobierno, del signo que sea, tal y como la miseria se adueña del país, legisle a favor del ladrón y le otorgue una nueva licencia de corso. ¿Cómo quieren que cualquiera con dos dedos de frente mantenga todavía la mínima esperanza de salvación? La casta se define, por enésima vez, y lo hace con descaro, a cara descubierta. Y ya está bien.
Dado que, con el asalto gubernamental a la paga extraordinaria de Navidad de profesores, administrativos, médicos, policías, ingenieros, militares, celadores, miembros de la Guardia Civil, jardineros, enfermeros, bomberos y demás funcionarios de mal vivir que se os ocurran, a estos chorizos les da de sobra para que no les falte la suya, uno piensa y propone que, quizás, los empleados públicos deberían plantearse objetar contra ellos. No tramitar sus declaraciones, no gestionar sus subvenciones, no renovarles ni el DNI ni el carné de conducir, no limpiar las aceras de sus casas ni recogerles la basura, no atenderles en los centros de salud, no educar a sus hijos, no registrar sus propiedades, no matricular sus coches, no examinarles en las Universidades Públicas, no administrar ninguna documentación que les pueda afectar, no llevarles el correo, no trabajar ni un segundo más para ellos, no, no y no. Porque, estimado servidor público, qué lo sepas, cornudo y apaleado, lo que a ti te quitan es para que a ellos no les falte de nada.
Maldita sea su estirpe y la de los que les protegen. Digo.

Ecce Homo nacional.


Lo he intentado pero al final me han derrotado las circunstancias. No está bien reírse de lo ocurrido en Borja con la actuación estelar de la octogenaria Cecilia Giménez y la aplicación del surrealismo a un Ecce Homo pintado en la pared de la parroquia. Pero no he podido evitarlo, uniéndome al choteo internacional generado. Un cachondeo animado desde la patria, cómo no, con las manipulaciones del engendro, poniéndole el rostro de Paquirrín (cualquiera diría que ha posado para el retrato), el “cuñao”, Falete o el mismo Presidente del Gobierno. No hay trabajo ni dinero, pero a diversión no nos gana nadie, qué no se diga. Vamos, resumiendo, un buen rato inicial de entretenimiento que sin embargo, y tras meditar un poco, en mi mente enferma se ha transformado, sin quererlo ni desearlo, en una sensación de tristeza mayúscula.
España es así. O, mejor dicho, España está así. Igual que la pintura mural destrozada. Lleva la tira de tiempo cayéndose a pedazos, desfigurándose sin remedio su rostro y vestimentas. Hete aquí que para lavarle la cara, alguien que no sirve para el tema le va pegando brochazos, por aquí y por allá. Un poco en la túnica, para que recupere el color, cuatro pinceladas que disimulen el deterioro, y parece que la cosa va teniendo un pase. Una ingente colección de parches aplicados por gente sin preparación.
Un buen día, visto que la descomposición amenaza con provocar la desaparición absoluta, el inepto ejecutante se atreve a definir expresión y cara. Y allá que se mete, con cuatro rotuladores y un bote de tempera de los chinos. Como no sabe lo que tiene entre manos, cada toque de su arte añadido por su mano a la pintura original va convirtiendo la misma en un garabato informe e irreconocible. El resultado de tamaña osadía, para echarse a llorar. Lo que en su origen era una imagen, más o menos decente, es ahora un esperpento innombrable.
Eso es lo que nos ha ocurrido en este país. Aficionados, gente sin valía ni formación, en lugar de restaurar en profundidad el Estado, se han dedicado a tapar agujeros de aquella manera. Cuando España empezaba a derrumbarse, la recuperación de la misma cayó en manos del más inútil que había, un líder iluminado que esbozó las líneas de esta estupenda faena de aliño que tan catastróficamente están rematando los que ahora nos gobiernan.
Tal y como se hacen las cosas, seguro que los que arreglen el desaguisado, si es que pueden (cosa que dudo), van a dejar el nuevo Ecce Homo nacional como presumiblemente quedará el de la pared de la iglesia zaragozana,  con la cara del hijo de la Pantoja. No tendrá ningún parecido con el original, pero menos dará una piedra. Qué pena.

martes, 21 de agosto de 2012

Kikirikí, Montoro está aquí.


Cristóbal Montoro, azote del infiel, sea éste funcionario, parado, autónomo, pensionista o simplemente tenga la mala suerte de vivir para morir a su servicio, ha puesto los peludos encima de la mesa. Aquí el que manda es él, y solamente él. Y los demás, a callar, o se quedan sin postre. O eso cabe deducir de sus declaraciones respecto a la reforma del sector eléctrico diseñada por el ministerio de Industria, Turismo y Energía. “Hasta que yo lo decida, no irá adelante la reforma, lo anuncie quien lo anuncie”. No tiene trono ni reina, ni nadie que le comprenda, pero es el rey. El de bastos.
Y si no, que se lo digan a José Manuel Soria, que ha tenido que esquivar la cornada del morlaco y defender su castillo y sus competencias, recordándole al ministro de Hacienda que en su maceta para miccionar hay que pedirle permiso a él, que para eso la cartera es suya.  El papel de don Cristóbal sería, “como es lógico, opinar”. Y no ha tardado mucho en hacerlo, no te pienses tú que se le iba a quemar la tostada.
El ministerio del Gran Inquisidor, presto y rápido, ha hecho público un documento, titulado 'Hacienda matiza su papel en la reforma del sector energético', o “de cómo te espero en la calle, que te voy a correr a leches, boca rana”. En dicho incunable se bendicen las palabras de Soria y asegura Lord Vader que no ha bloqueado ni tiene intención alguna  de frenar la modificación que prepara hace meses el Ministro de Industria. Pero que no se le suba a la parra, “Soria, yo soy tu padre, el lado oscuro controla el imperio, y además corto el bacalao”. Vamos, que Montoro, ese hombre, es el principal autor y valedor de todo lo que tenemos encima y lo que se avecina, que se augura ni poco ni bueno.
A todo esto, me gustaría saber, si no es molestia, qué opina de esta descompensada pelea de gallos Mariano Rajoy. Más que nada porque la sangre es muy escandalosa y, a la que se descuide, el amo del corral desnuca al pollito que se le ha puesto farruco, y tenemos montado funeral y crisis de gobierno, la única crisis que nos falta en el gallinero nacional. Creo, si no es mucho pedir, que algo debería decir, en voz alta y clara, para que todos le oyésemos y  quizás entendiésemos lo que ocurre. Pero me temo que va a ser que no. Y como Rajoy no se ponga en su sitio, acabará por darle la razón a los que consideran que el Presidente del Gobierno es Monchito en España y Rodolfo en el extranjero, según si la mano directora es la del Padrino Don Cristóbal o bien pertenece a la Führer Merkel.
Madre, tengo miedo.

viernes, 17 de agosto de 2012

Hemorroides habemus


Toca berrear. Hora es ya de sufrir en voz alta lo que, por la ubicación y, dependiendo del tamaño y del número, se lloraba antaño en silencio. La inseguridad social ha excluido como fármacos subvencionados esos que permiten que las amigas que a muchos  castigan inmisericordes duelan un poco menos de lo habitual.  Se ve, se nota que los que han elaborado la lista no van estreñidos, no. Acostumbrados como están a hacérselo encima nuestro con asiduidad y soltura, el tránsito intestinal les fluye rápido y caudaloso. Ya sabéis, el marisco, capitán general de su pirámide alimenticia,  suelta a base de bien si además va regado con buenos espumosos. Por otro lado, parir, los de arriba paren con cesárea unos engendros deformes en forma de decreto y otras lindezas canallas, por lo que no les pide la naturaleza apretar como para sacarse las tripas. En consecuencia, a éstos, hemorroides pocas, no necesitan pomadas que calmen su furia asesina. Ergo, ¿para qué pagar por algo que no les afecta?...
Y es que el mundo está mal repartido. Mientras están los que se hacen trenzas con ellas, la troupe que manda ni almorranas tiene. Eso sí. De las que cuelgan. Que de dos patas abundan, y mucho, en la casta política. Son más dañinas y sólo con una cirugía muy especial se libra uno de ellas. Para estas almorranas públicas no hay ungüento, subvencionado o no, que las esconda. Su tipología es rica y la lista es larga. Os dejo aquí unas cuantas, aunque sea para amenizar la escatológica lectura de hoy. Para empezar, hay un tumorcillo real por ahí que promete lágrimas de tamaño familiar, una almorrana de pega, yerno y ex deportista, supuesto desviador profesional de fondos. Nuestro cinegético monarca no sabe cómo operársela. Y le pica, le pica mucho.
Otra existe que duele que se las pela, una que nos depara siempre desazón desde su ministerio, una que ha afilado el alfanje para devanar las cabezas de los funcionarios, un elemento que les quita a los policías, los médicos, los profesores y demás calaña de vividores la extra de Navidad  mientras él, honrado prócer de la patria, cobra 24.000 euros en concepto de alojamiento y dietas, a pesar de tener casas (en plural) en Madrid. Mala, mala de verdad la almorrana en cuestión. La peor de todas, se nos ha puesto por montoro, digo, por montera.
Una más. Viene de fuera aunque con familiaridad nos toca. Prima es y riesgo tiene la alemana. En estas fechas está de vacaciones, andará cociéndose a schnapps en alguna de sus colonias, cargando pilas la invasora, preparándose para darnos la puntilla en otoño, si llegamos. Peligrosa y corrosiva, se ha adueñado de todo. Y nuestro cuerpo gobernante, cobarde, cobarde y cobarde, se ha rendido a su poder.
Otra. Pequeña, pero molesta, picajosa, cansina, de las que rasca y rasca hasta que te saca de quicio. Picardo la llaman, una almorrana llanita, un chulo de burdel provocador que, con una pizca de seriedad y la misma cantidad de arrestos, nos quitaríamos de encima de un plumazo, cerrando así un episodio lamentable de nuestros últimos trescientos años de historia.
Sigo. La de ahora tiene nombre corto y se hace acompañar de un colega peor aún que ella. Una cueva de ladrones y especuladores, una caverna en la que, pienso, no debíamos haber entrado jamás de los jamases. Entre ella, su amigo y las transferencias de Sanidad y Educación, todo manejado por políticos de medio pelo, inútiles y/o desalmados, se han comido toda la energía que traíamos de serie. UE la llaman. Y al socio, Banco Central. Y Europeo.
Y termino con la saga sentenciando, que me apetece. Toda la casta, absolutamente toda la casta, que no se libra ni uno, forma un entramado de intestinales llagas que va a acabar con España salvo que la enfrentemos y la cercenemos. Entonces, libres ya de su presencia, podremos respirar, sonreír, incluso sentarnos, cosa esta última que a día de hoy es harto difícil, tal y como nos la están metiendo…

martes, 14 de agosto de 2012

La infanta, el rescate y el papel higiénico


Vamos mejorando, qué sí, que os digo yo qué sí. El devenir de los acontecimientos indica que hay luz al final del túnel. Sólo hay que leer entre líneas, y enseguida un halo de esperanza asoma brillante sobre las sombras que nos dominan. El rumbo de nuestra nave es prometedor. Basta con analizar, con el ojo tonto y el conocimiento espeso, las últimas intenciones de los que tan sabiamente nos gobiernan y las no menos acertadas decisiones que se toman gota a gota cual suero salino por vena, para asegurar que se avecinan nuevos días de vino y rosas. De tetra brick, el primero, y de los chinos las segundas. Pero al fin y al cabo, alegría y esplendor en la hierba sin ser menester fumarse los dichosos brotes verdes.
Si no fuera o fuese porque hace un calor de narices, en Navidad diría que estamos merced a este increíble y maravilloso derrotero por el que camina gloriosa España y, por ende, los españoles de a pie, los de doma clásica y los que llevan años sin bajarse de la calesa. Voy a descorchar un Lanjarón de reserva y a brindar ufano y feliz ya que por fin la cordura impera en el país. Y como no está bien emborracharse de alegría en la intimidad, aprovecho esta tribuna para compartir mi gozo.
Tres noticias han abierto de sopetón el cajón de las ilusiones. La monarquía salva el trasero, España salva el trasero y, lo más trascendental, la sanidad catalana salva el trasero a la vez que marca el camino a tomar por el resto de Autonosuyas. Pero voy por partes, que si no me lío.
Sobre la realeza. El fiscal anticorrupción de Baleares descarta la imputación de la infanta Cristina en el caso Nóos  porque "no hay elementos incriminatorios" contra ella. Fiesta en Mallorca, sobrasada para todos. De momento. Que igual desde Andorra, Suiza o Luxemburgo van, y por hacer la puñeta más que nada, dicen que algunos dineritos aparecen a nombre de la hija del rey. Hasta que se produzca o no tal acontecimiento, Miravent está de enhorabuena. Y los elefantes descansan.
Sobre el Gobierno. Rajoy no descarta pedir el rescate. El Gitanic se hunde y el buque del BCE llegaría con sus billetes como un poseso a comprarnos deuda. Lo malo de este salvamento es que me da que en nuestro trasatlántico de latón no hay botes salvavidas para todos. Los de business class y los de primera escaparían en fueraborda. El resto, algunos huirían en patera y la inmensa mayoría se ahogaría en aguas gélidas. Pero no pasa nada, España está antes que la vida de esos cuarenta millones de desgraciados que sólo piensan en comer y gastar. Vividores.
Y sobre Cataluña y su sanidad. Todo apunta a que van a exportar la medida ya tomada el invierno pasado de limitar el consumo de papel higiénico en las escuelas, 25 metros por niño, trasladándola mejorada a los pacientes de los hospitales. En la misma línea que las fiambreras para los escolares, barruntan los magos financieros catalanes el cobrar el rollo de tan necesario papel a los enfermos. La jugada es maestra y seguramente será secundada por las otras Comunidades Autónomas cuyos gobernantes se han fundido los euros sanitarios en otras cosas. Ingresan a uno, le cuecen a pastillas sin darle el protector estomacal, laxante en el yogur de prepago y le sacan un pastón. Ingenio supremo y celestial. Ahora bien. ¿Qué ocurriría si el usuario del váter se trae el papel de casa? ¿Le cobrarían sólo una parte por venir con el recipiente (el culo) incorporado? ¿Y si va el insolidario cagón y se aguanta las ganas hasta que le revienten los intestinos? ¿O si, simplemente, no se limpia o lo hace con la bata del médico, las sábanas o contra la pared?... Señor Mas, Artur, hay que pulir un poco la medida que no la veo yo, no…
Desde luego, la llevamos clara. Para habernos matado.

lunes, 13 de agosto de 2012

La fianza a Undargarín


Y bueno. Parece que en el próximo recibo de cierta compañía telefónica aparecerá la parte del importe de la factura que se va a destinar a pagar la fianza por responsabilidad civil que la Fiscalía Anticorrupción de Baleares solicitará en septiembre, Dios mediante, al yernísimo de nuestro rey. Se está hablando de una cifra aproximada de cuatro millones de euros para que el pobre no duerma en el trullo. Una nimiedad, una pequeña brizna de billetes para el duque de Palma, habida cuenta del volumen de su salario dentro de la empresa. Una cantidad fácil de recoger, amigo mío, envíe un SMS con las palabras “salvemos a Iñaki” o llame al teléfono 905 tralará tralarí, con acento en la i, no se me confunda usted y marque uno de que les da los dividendos a los farsantes de la astrología y el tarot televisivo. Tu compañía, la compañía de todos los que quieran, se embarcará, fijo que sí, en la titánica misión de abonar las trampas y sortilegios del talonmanista real. Y, como deseo que todo les vaya muy bien, que es más importante tener móvil que comer, desde aquí y ahora yo les sugiero una campaña en condiciones, mil figurantes en pelotas bailando una conga.  Ideal para darse de alta con tarifa y encefalograma plano, cien minutos gratis de dos a tres de la madrugada y tropecientos mensajes multimedia entre la línea personal y la del Banco Offshore de las Seychelles que elija el cliente.
El escrito de acusación que presuntamente se avecina contra Torres y el marido de la infanta Cristina se asienta sobre datos que manifiestan como la sarna los indicios de malversación de caudales públicos, tráfico de influencias y fraude a la Administración. Un suma y sigue cuantificado por la Fiscalía en cuatro kilos por cabeza, el dinero que se estima defraudado por ambos a las diversas administraciones públicas con las que trabajaron. La cosa promete. No tiene desperdicio. Y es que, tal y como se ha filtrado, se han detectado chapuzas que situarían al tipo que inventó el timo de la estampita como catedrático de Ciencias del Timo y el Mangoneo.
 Dicen los investigadores: “Hemos encontrado justificantes que suman 14.896 euros en 2005 y 23.103 euros en 2006 que incluyen en su concepto servicios prestados para el Valencia Summit, por lo que no pueden ser imputados a los actos celebrados en Mallorca. Se han presentado justificantes fechados antes de la firma del convenio para organizar los eventos que suman 63.694 euros en 2005 y 260.059 euros en 2006. Resulta pues difícil justificar que facturas de finales de 2004, facturas sin concepto, o de material de oficina, traducciones, asesoramiento, todas ellas anteriores a la firma del convenio, se adjunten como justificantes de un convenio que se firmó en julio de 2005 y que se materializó en noviembre de 2005”. Y no se vayan todavía, que saldrán más.
Digo yo, ya que estamos, que los del Interligare (un asuntillo de mucho reír y más llorar) se podrían haber dedicado a espiar a éste y al otro, y no a escuchar lo que se cocía en el PP, que visto lo visto tampoco era de merecer. Ya que don Alfredo lo veía y lo sabía todo sobre lo que pasaba en el Ministerio del Interior, igual podía haberse enterado también de los tejemanejes del yerno y haberle parado los pies un poco antes…¡Ah!, ¿qué no era cosa de su departamento?...Ya, ya, si ya lo sé, pero era por decir algo, ya que estoy pasando el rato escribiendo…Qué asco da todo.

viernes, 10 de agosto de 2012

Los amigos del BCE

El Banco Central Europeo. Voy a jugar a contenerme, pues si no lo hago estas líneas no verán la luz. El Banco Central Europeo. BCE. Banda Creada para y por Especuladores. Insisten los capos de esta familia mafiosa en la necesidad de aplicar más reformas estructurales y fiscales y para tal fin sugieren un paquete de medidas urgentes, encaminadas todas ellas a reducir los costes laborales y los márgenes de beneficio excesivos. Ahí es nada.




La primera, sabrosona. Reducir el salario mínimo. Aún más. Sueldos africanos con impuestos europeos para los bárbaros del sur. Qué los españoles se maten por la propina, qué España se convierta en un caribe miserable en el Mediterráneo, lleno de mano de obra barata, un país de sirvientes, meretrices y chaperos a la orden del rico del norte. En algún sitio tienen que desfogarse nuestros amigos de la Unión. Sangría, balconing y sexo fácil y barato para todos, qué no les falte de nada, qué no, qué no. Y dando las gracias.




La segunda. Relajar las leyes de protección laboral. Con la de traductores en nómina que tienen éstos, y todavía no deben de haberles pasado una copia en condiciones de la Reforma Laboral, ese fantástico paradigma de los derechos de los trabajadores que posibilita el despido por cualquier causa. Los políticos patrios la parieron y la niña les salió tonta, no se crea empleo ni de casualidad. Todo lo contrario, cada vez son más los que acaban en la puñetera calle, con una mano delante y la otra detrás.




La tercera. Permitir la negociación salarial a nivel de empresa. Me paso por el forro los acuerdos y los convenios, esto vas a cobrar y si no te apaña, coge la puerta que hay cola esperando. Una circunstancia que ya se produce, ahora vas y la multiplicas por cien. A las plantaciones, a recolectar algodón a cambio de un chamizo, pan y agua.




La cuarta. Abolir la interrelación entre salarios e inflación. Qué más da que suban los precios, tú recibirás lo mismo o menos. ¿Qué no tienes para comer todos los días? Alterna, los pares sí, los impares a chupar los escaparates de las pastelerías. Eres ganado y tu final es el matadero, piel para hacer zapatos y huesos para caldo.




La quinta. Privatizaciones. Dinero llama a dinero. Los pobres, por un lado, y los que manejan los billetes, en sus castillos controlando todos los aspectos de la vida y la muerte. Derechos sociales que se llaman. Educación y Sanidad.




La sexta. Reformar el sistema judicial y regulatorio para hacerlo más favorable a los negocios. Sin comentarios. Apesta. Más legislación que proteja al ladrón.




No sigo. Hay más, pero por no hacer este lamento muy largo, termino con las conclusiones de estos hijos de la gran Europa. Dicen que el paro aumenta porque los sueldos no bajan. Evidente. Y es que ganamos mucho y encima lo invertimos mal. ¿A quién se le ocurre comer, pagar la luz, las hipotecas, el agua, vestir a los hijos o, simplemente, respirar? No nos merecemos disfrutar de tanta bonanza, somos escoria, ¿no?




Eso piensan de nosotros los del Banco Central Europeo y los poderosos de la Unión Europea. Entonces, digo yo, ¿por qué continuamos en un sitio donde no nos quieren? ¿Por qué no nos vamos dando un portazo y arrastramos al resto hacia nuestra miseria? ¿Por qué seguimos mendigando? Vamos a morir, sí o sí. Elijamos pues cómo. Hagámoslo matando, diversión para todos, que la sangre que se derrame no sea sólo nuestra.




jueves, 9 de agosto de 2012

No es un día más de agosto.


Sería un día más de este agosto de 2012, el año de la bestia. Bankia sube, el Banco de Valencia también, con lo que supone de regocijo para los especuladores; Sánchez Gordillo manda atracar un par de supermercados en lugar de asaltar él mismo en persona, sin intermediarios,  una sucursal de Caja Madrid; Bolt corre que se las pela  mientras Tráfico le retira el carné de conducir a Ángel Carromero, que tiene toda la pinta de que se le iba a caducar en una cárcel cubana; una fallo informático deja sin su mamandurria de 400 euros a muchos parados, una inmensa fortuna que esos vividores gastan en vicios tales como comer (la nómina de los políticos, antes del 29 de cada mes, ahí no hay fallo posible, ni humano ni divino); en deporte somos plata y en economía lo mismo, pero de la que cagó la rata; los golfos del BCE piden reducir los sueldos que cobramos por aquí (estos desgraciados no van a parar hasta convertirnos a todos en mendigos, peleles capaces de vender un riñón por un puñado de calderilla del rico aliado del norte); el Rey ya luce bañador en Mallorca preocupado pero esperanzado en salir de la crisis, previo besamanos y demás costumbres medievales, que descanse el hombre que estará agotado; cada vez más españoles se van con Pepe a Alemania a buscar trabajo y los noruegos ya apadrinan a nuestros niños, save a children, save un gachó; el ministro de interior (lo escribo en minúsculas, no se me altere) entiende que la gente se cabree, pero insinúa que lo haga de forma civilizada, sin gritar mucho, que se podría despertar la Führer teutona; hay menos dinero para los viajes de los pensionistas, menos mayores saldrán por España, menos ingresos tendrán los hoteles, ergo más parados, todo en la línea maestra de creación de empleo, menuda banda de inútiles; en Alemania venden España como un país donde beberse el Nilo y refocilar barato y fácil, y en California ni eso, el inframundo somos. Y hay más, pero me duele la cabeza con tanta información de calidad, así que lo dicho.  Sería un día más de agosto de 2012, el año en el que retrocedimos medio siglo, si no se hubiera muerto Sancho Gracia y con él Curro Jiménez. Él era un luchador y su personaje un héroe popular que rajaba gabachos a diestro y siniestro, y no dejaba un traidor con vida. Ejemplos a imitar. El de Sancho y el de Curro. Yo les echaré de menos, a los dos y a sus espíritus. Descansen en paz.

martes, 7 de agosto de 2012

El Coco Montoro


No ganamos para sustos. Todo apuntaba a que el hombre del saco había salido de nuevo a la calle y, anuladas las entendederas a causa de su voraz apetito, a plena luz y con alevosía, había comenzado a echarse a la talega un puñado más de parados, funcionarios, pensionistas, estudiantes con fiambrera y mochila, autónomos o lo que se terciara, pues cualquiera es válido para calmar al Tío Saín cuando la carpanta aprieta. Y es que nos tiene tan acongojados (queda mejor esto que acojonados, ¿no?), que sólo le faltan el sombrero de fieltro, la capa y un saco sin fin para convertirse en el nuevo sacomán y entrar con pleno derecho en el top ten de los sacamantecas.
Monstruos de forma humana y mirada torva que se entretenían en secuestrar a los que remoloneaban al obedecer, extraerles la sangre, incluso bebérsela, y después deshacerse convenientemente de los cadáveres. Una colección de mitos populares, algunos con un pretendido antecedente histórico, como el de Francisco Ortega “el moruno”o Manuel Blanco Romasanta, dos fenómenos en eso de exterminar a destajo, una reata inmunda de salvajes que se van a quedar sin recuerdo ni medalla al participar en el juego a full time el bueno de Don Cristóbal Montoro, dispuesto como está a arramblar con el oro, la plata, el bronce, los diplomas, el tartán del estadio y el pebetero olímpico si se pone a tiro.
Ajustes sobre ajustes. Lo he leído y aún me tiembla el ojo derecho. El izquierdo ya lo doy por perdido, está en blanco desde el último Decreto Canalla. Como un eco. Ajustes sobre ajustes. Ajustes sobre ajustes. Muy dolorosos. Para morirse lenta, muy lentamente. Lo primero que he pensado me lo callo, que hay palabras que no se deben reproducir, que igual algún abogado o algún niño lee esto. Lo segundo ha sido plantearme el dilema del prisionero, haga lo que haga el castigo es inevitable. Me he preguntado entonces, pobre de mí, ¿ajustes de dónde?...Me he dicho que el ministro ha enloquecido o quiere guerra, o las dos cosas, o que él no es más que una tuerca del mecanismo de una máquina maya ideada para que el mundo se acabe en diciembre. No puede ser de otra manera, nadie vivo tiene tanta mala leche. Aunque, claro, tratándose de Cristóbal Montoro y los derroteros destructivos de su política económica y social, hasta creo que veré a la virgen y al niño en la cola del INEM para Navidades (San José, no, que ha emigrado a Alemania). Cualquier cosa es posible.
Menos mal que todo ha sido una falsa alarma, que voces autorizadas del Ministerio de Hacienda han salido al quite y han señalado que las declaraciones en cuestión eran de una entrevista realizada el pasado mes de mayo, antes del atraco de julio. Menos mal. Otra tan seguida y ya me veía montando barricadas en la calle, ocupando el congreso o qué sé yo, que aunque uno esté mayor para según qué cosas, si no me dejan otra, me tocará resistir como buenamente pueda. Así que ahora me tomaré una pastilla para la tensión, un relajante muscular, un vaso dilatador, medio kilo de diazepán y unos lingotazos de orujo, a ver si así consigo pegar ojo esta noche. Que entre susto o muerte, ya voy prefiriendo muerte y eso me preocupa.

domingo, 5 de agosto de 2012

Qué se jodan los niños


Es grotesco, kafkiano y, sobre todo, deleznable. Cataluña cobrará tres euros a los niños que se lleven la comida de casa al colegio, y la Comunidad Valenciana, modelo de gestión a imitar, está pensando que también, que por qué no sablear un euro y pico por alumno con tupper o bocata. Dice la consellera de Educación,  Formación y Empleo de la muy noble tierra en la que, no ha ce mucho, los billetes brotaban de naranjos y limoneros (que se lo digan, por ejemplo, a Calatrava) que se trataría de una cifra simbólica, justa y necesaria para sufragar la vigilancia de los menores a la hora del papeo, no vaya a ser que esas bestias en edad escolar se devoren los unos a los otros. Imaginadlo. Cacheos a la entrada de los centros por la mañana, para localizar quién lleva una fiambrera escondida o un bocadillo que supera lo establecido como almuerzo, y para evitar que ningún pequeño delincuente introduzca mortadela con aceitunas de contrabando o alguna galleta de más, bajo pena de azotes y requise del condumio. Pandillas descontroladas de zagalas y zagales comiendo a hurtadillas bajo las escaleras, en los laboratorios o en las azoteas, por turnos y con vigilantes apostados que garanticen la impunidad en el delito. El trapicheo de filipinos acarrearía expulsión inmediata y los que fueran capturados en posesión de dos piezas de fruta sufrirían el cepo en el patio central. Y mucho ojo con llevar batidos de chocolate, prisión incondicional sin fianza en el cuarto de limpieza. Traficantes de magdalenas en la puerta de los aseos y bandas organizadas, especializadas en el hurto y saqueo de macarrones con tomate o ensalada de pasta. Las rodajas de chorizo camufladas entre las páginas de los libros de Educación para la Ciudadanía, que ahí no mira nadie, y las barritas energéticas en la ropa interior, marcando paquete. Resumiendo, estudiar y comer, lujos sólo al alcance de los ricos y de esos hijos de la gran política y la banca.
No es tolerable bajo ningún aspecto. Los usurpadores de la casta se han pulido el dinero de la Educación (y el de la Sanidad, y el de la Dependencia, y el de la madre que los parió) en otras fiestas y en sueldos ultrajantes, y ahora van a establecer dos velocidades para los infantes, a imagen y semejanza de la muy querida Unión Europa. Por un lado, los potentados, aquellos que se pueden pagar el menú y encima desprenderse de las sobras, y por el otro los plebeyos, parias que, a pesar de traerse los nutrientes de casa, aún tendrán que aflojar dinero por alimentarse.
Las cosas claras desde el principio. Ahí, desde pequeños, que los desgraciados aprendan rápido que hay dos mundos, uno para los privilegiados y el otro, pues eso, para los que son carne de cañón. Muy democrático el tema. Todos iguales, qué no se diga. A la rica enseñanza gratuita y obligatoria. Viva España, la Constitución y el Mar Mediterráneo. La misma semana en la que se conoce que Fabra contrata a tantos mil al mes un nuevo asesor para la Educación y la Formación Profesional, un nuevo empleado público digital que nos continúe robando, se descuelga la delegada de clase María José Catalá con este ataque, otro más, a los inocentes del sistema. Tributos para pagar a los monitores. Mentira.
Hay que terminar con esto de una vez. Y no por esta medida feudal, no, que de por sí no es más importante que las barrabasadas anteriores. Es el cúmulo de circunstancias lo que establece el límite de la paciencia. Pero, hay que reconocer que, sin estar en lo más alto de los atracos institucionales, que cobren a los niños por aprender y alimentarse, sí que es una pauta de procedimiento definitoria de lo que tenemos y de lo que nos espera. Primero, porque marca las distancias desde la cuna, dos caminos distintos para progresar en la vida y desarrollar las aptitudes dependiendo del cuánto tienes, tanto vales. Segundo porque prostituye el principio de igualdad, destruyendo la capacidad y priorizando la billetera. Tercero, porque no sólo humilla, sino que también obliga a pagar por la humillación. Cuarto porque quien lo propone disfruta de salarios y privilegios aristocráticos sin mérito ni dignidad. Quinto, el ajuste se ceba en esta ocasión en la base de las bases, y eso lo hace más doloroso. Y sexto porque clarifica cuáles son lema y motivación de la deriva política del Gobierno Central y Autonómico. Elevar el qué se jodan a las últimas consecuencias. Qué se jodan los parados. Qué se jodan los dependientes. Qué se jodan los funcionarios. Qué se jodan los pensionistas. Qué se jodan las fuerzas de seguridad del Estado y los militares. Qué se jodan los autónomos. Qué se jodan los universitarios. Qué se jodan las familias. Qué se joda todo cristo que no esté retozando en las cimas del poder. Y qué se jodan los más pequeños, los niños.
A ver cuándo nos toca a nosotros decidir si aceptamos la jodienda o contraatacamos, a por ellos, con nombres y apellidos, joderles a base de bien. No estaría nada, pero que nada mal. ¿Os apuntáis?...

jueves, 2 de agosto de 2012

Zapatero en la sombra.


Hoy es un día grande, un día para la Historia. A pesar de los pesares. No importa que sea el día en el que Rajoy, tras reunión con Monti, dice que hará más ajustes y seguirá con las reformas, por mucho que duelan. No importa que sea el día en el que el BCE no se esconde, nos pisa más el cuello y continúa actuando como la agrupación mafiosa para la especulación que es. No importa que sea el día en el que nuestra prima alemana, la guarra ésa, la de riesgo, pega un nuevo pepinazo y persiste en su misión sagrada de dejarnos en pelotas. No importa que sea el día en el que el rey de España se mete un nuevo trompazo, esta vez  vestido de militar (por cierto, este verano ha cambiado el bañador por el uniforme, luce los galones más de lo habitual, demasiado quizás…¿por qué será?). No importa que sea el día en el que nuestros estimados socios de la Unión Europea –del Norte, añado- nos pegan una nueva patada en los riñones. Nada importa, nada puede apagar la deslumbrante luz que, poderosa, se deriva de la noticia del año, del lustro, de la década, del siglo, del milenio…
Zapatero está de vacaciones en Lanzarote y se ha comprometido desde allí a ocupar su tiempo en ayudar al país en lo que pueda. Estamos salvados. El interplanetario, el iluminado, genio entre los genios, el sabio prócer de la patria, el multilíder de las civilizaciones, gobernante de los gobernantes, que tiene a Dios sentado a su derecha y a Obama limpiándole los zapatos, que subirá a los cielos en cuerpo y alma con el traje puesto, el santo varón y sucesor del Cid, el, el, el…No tengo palabras. Las lágrimas se derraman salvajemente sobre el teclado, de la f salen chispas, no puedo, no puedo, ¡qué emoción!, ¡qué alegría!...Contendré la euforia no me dé un ictus y me deje seco.
Pues eso, que Zapatero nos va a regalar una dosis más de su magnificencia. Escribirá un libro sobre la crisis, la biblia del mandatario. Podremos los mortales empaparnos con su lectura y disfrutar de sus reflexiones. Una orgía para los sentidos…Qué se dé prisa, que lo termine ya, que se lo publiquen mañana si es posible. Su repercusión va a ser brutal, su exquisita oratoria donará para las generaciones futuras el mayor legado cultural que la literatura y la política puede dejar. Cervantes, Gandhi, Gloria Fuertes y Eugenio le dictarán el prólogo desde el más allá, vía sicofonía, ya que tiene que ser perfecto, celestial. Y para ello dice que contará también con la inestimable ayuda de su amiga Angelita (Merkel) y las charlas que mantengan  al atardecer de Lanzarote, cogiditos de la mano.
Me gustaría desde esta tribuna y dada mi infame condición de juntaletras, rogarle, suplicarle que tuviera a bien permitirme aportar una modesta colaboración. No sé, sugerirle títulos para tal colosal obra. “Calimero y yo, primos hermanos”, “De cómo me cargué un país sin despeinarme”, “A mí que no me miren, que yo no he sido”, “José Luis, el quinto jinete del Apocalipsis”, “Se puede ser presidente siendo un inútil”, “Mis alucinaciones al cambiar de camello”, “¿Cómo que no queda pasta en la caja?”, “¿Mande lo qué?”, “Crisis, qué crisis”, “Joer, cómo he dejado el patio”, “Esto no lo arregla ni Dios”, “No haberme dado el destornillador para arreglar el cohete”, “Sonsoles, tráeme la peluca y las gafas de sol, que si me reconocen me linchan”, “Mariano, cómete el marrón”, “Cómo sobrevivir con un sueldo vitalicio”, “No sabía que Chanquete estaba muerto”, etc. Hay un sinfín de opciones para que elija, si ése es su deseo.
Con lo mal que están las cosas, con lo peor que se van a poner, con la mayoría del país en la miseria, con la casta campando a sus anchas, con todo lo que tenemos encima, lo que faltaba para rematarnos era éste y su inmensa y soberana estupidez. Qué se vaya al carajo de una puñetera vez.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Alemania pide más


Qué contento estoy. Alemania quiere más. No le basta a nuestro querido y estimado socio europeo con lo que ya le estamos dando los españoles de tropa (los de tropa, que la casta no participa en el escote, que te digo yo que no). El boche exige recortes adicionales en educación y sanidad, y así parece que se lo ha hecho saber al amigo de los niños, al ministro de Economía español, Luis de Guindos. “Mira, cara Kartoffel, Mein Führer con falda dice que con nuevos ajustes le damos carta abierta al BCE para que os rescate. Aplícate o España kaputt.” Lógicamente, el Ejecutivo ejecutor patrio ha desmentido que se hayan producido presiones en este sentido. Faltaría más, que desde que Zapatero nos metió en la Champions estamos que nos salimos. Incluso con el cambio de entrenador, seguimos triunfando. “¿Los alemanes?...Quita, quita. Ni tan siquiera sugerencias, qué va. Es más, como se pongan pesados les enviamos a Montoro con unas tijeras y a Esperanza con un megáfono, y no veas la que se puede liar”, han sentenciado desde el ministerio menesteroso voces autorizadas. Mientras tanto, carcajada va, carcajada viene, por el camino no se entretiene, el presidente del Bundesbank se pega un moco de ley al presumir de banco; “somos el más grande y más importante banco central del Eurosistema”. Vamos, que al amigo Jens Weidmann, que así se llama el vacileta, no le caben dentro más billetes y andan pensando en anexionarse Austria para almacenarlos. Al respecto, las mismas fuentes ministeriales de antes han filtrado que el tema se soluciona con tres sangrías y un tercero con vistas a una piscina para que el tal Weidmann practique el balconing, deporte oficial teutón en época estival. Con suerte, se revienta contra el suelo (¿he escrito yo esto?...se me habrá escapado, el calor que me deja fuera de combate).
No me diréis que no es para cerrar la tienda con todos dentro y prenderle fuego. Ajustes en educación y sanidad. Que en España sólo estudie el que se lo pueda pagar, y el resto, la obligatoria y si me apuras ni eso, que para poner copas o el culo no son necesarios libros. Y que los médicos atiendan únicamente a los ricos, que cambien el juramento hipocrático por el crematístico. Los demás, a morirnos, que no importa. Una manera como otra cualquiera de acabar con el paro y el gasto en pensiones, la típica limpieza étnica germana. Veréis como faltarán terrenos para fosas comunes, que al precio que se han puesto los entierros…Pues no piden más recortes…Yo les podría decir de dónde recortar. Bueno, yo y cualquiera que no disfrute de una mamandurria política. Pero me da que sería predicar en un desierto, a mediodía y sin sombrilla ni agua. La casta es sorda y sueca, y mientras esté al mando, el resto a penarla, mamarla y pagarla.
Ahora, en serio, ¿qué más quieren éstos? ¿Por qué nadie en este país les planta cara y amenaza con desmontarles el chiringuito como no nos dejen en paz? (también soy tonto yo, las preguntas que me hago)…En definitiva, ¿qué pintamos aún en una Unión Europea que lo único que busca es esclavizarnos? Salgámonos ya, echando leches, que para mañana es tarde. Ya que vamos a morir hagamos lo que hagamos, quizás mejor hacerlo con lo propio, aplicarnos la eutanasia antes de que nos rajen en canal. Seguro que a alguno de los potentados del norte nos lo llevaríamos por delante.
De veras, no sé a vosotros, pero a mí desde hace tiempo no me quedan ni paciencia ni ganas. A este juego ni puedo ni quiero jugar más.