Uno no deja de sorprenderse con cierta fauna ibérica que campa a sus anchas por la política nacional. Con la que está cayendo, con la gente más que harta, toca alucinar con el comportamiento de esta pléyade de impresentables que, escudados tras siglas y señas, justifica con la ley que portan entre los dientes sus razias salvajes sobre los dineros ajenos. Atacan a cara descubierta y sin importarles un carajo la alevosía, con el único objetivo de llevárselo tibio. Su modus operandi es similar al del defecador en serie de Florida, con la salvedad de que si bien éste último se lo hacía en la puerta de una escuela, estos bandoleros dejan sus deposiciones sobre el sistema y se limpian con la misma legislación que ellos elaboran.
El último (por el momento) en mostrar su honestidad es el secretario provincial del PSOE de León, Francisco Fernández, a la sazón ex alcalde de la capital leonesa y número dos en la lista de su partido al Congreso. 520.000 euros va a cobrar el buen hombre de Caja España-Caja Duero por su jubilación anticipada. Pago que le corresponde “como a cualquier otro trabajador” que se acoja al ERE de su empresa y que no tiene nada que ver, pero nada que ver, ojo, con su condición de directivo de la entidad financiera ni con el hecho de ser representante público en la misma. Es, simplemente, lo que le corresponde como trabajador, merced a una relación laboral de más de treinta años. Tal que así lo ha manifestado tras su reunión con la UGT local, su sindicato amigo. Y no se ha sonrojado, qué va. Otro que nos toma por tontos.
Un buen amigo, oficial en eso de la albañilería que no sabe quién le va a contratar con los cincuenta ya pasados de largo y que, menos poner el culo, está dispuesto a lo que sea con tal de encontrar empleo, me preguntaba esta mañana cuántas vidas necesita un currante como él, que empezó a dejarse la piel en la obra antes de los quince, para alcanzar una cifra parecida. Y, sonriendo, se ha confesado culpable de colaborar durante años al sostenimiento de esos burdeles públicos en los que se han convertido las cajas de ahorro. Centros de vicio y latrocinio financiero invadido por meretrices de saldo.
Yo, que no me callo ni bajo el agua, no he sabido qué responderle. Y es que tiene toda la razón.
¿Porque generalizas? Si uno del PP dice ser franquista no significa que todo el PP sea franquista, ¿No?.
ResponderEliminarTienes razón. Y yo también.
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