Os cuento de qué va la película,
por si no os acordáis. Unos astronautas
aterrizan en un planeta desconocido. Tras sacar el cuello como pueden, se
encuentran con otros hombres, pero en plan salvaje, con taparrabos y tal, y que
encima no dicen ni mú, sólo gruñen. Ganado, puro y duro, sometido a la especie
dominante, simios inteligentes que hablan en inglés, que para eso la peli es
americana. Los chimpancés son los científicos, los gorilas se encargan del
orden militar y los orangutanes asumen el control político y religioso. Todo un
sistema que se entretiene en la caza y captura de humanos, para disponer de los
mismos a placer.
El caso es que, de los que se
meten el leñazo con la nave, únicamente el pecho tabla del Charlton Heston,
haciéndose el mudo, consigue sobrevivir. Y claro, como él si es listo y no un
borrego como el resto, tras ligarse a una mona, se escapa con la rubia y
descubre, en su huída, que el planeta en cuestión es la Tierra del futuro, un
mundo destruido por la estupidez del hombre (y de la mujer, que para
equivocarse lo mismo da)…Sí, ya sé que hay una versión más moderna, pero es que
yo soy muy mayor ya…Vale, venga, contaré la actual. Pero que conste que
sustancialmente es idéntica, sólo cambian actores y localizaciones…Bueno, y el
final también.
Empiezo. Unos astronautas
aterrizan en un erial. Como se les ha escacharrado el reloj del cohete, no
saben en qué época se encuentran, pero no les importa, porque está todo hecho
polvo. Enseguida se encuentran con una ingente masa de seres humanos como
ellos, por lo menos en lo físico, pero totalmente domeñados, corderitos
aplastados por la necesidad que no pueden ni hablar y que sólo obedecen al
látigo de la casta dominante, unos simios agrupados bajo una gran bandera, que
hablan en alemán y francés, y que se entretienen experimentando con tan
tremenda colección de cobardes. Chimpancés economistas que practican ajustes y recortes
con una raza moribunda; mandriles financieros, repelentes especuladores que
dominan los mercados y juegan con las vidas de sus encadenadas presas; y orangutanes
de cara dura y culo pelado que asumen el control político, haciendo y
deshaciendo a capricho, y siempre asesorados por infinidad de monos trepadores.
Hasta aquí, más o menos lo mismo.
La diferencia radica en que en éste largo, muy largometraje, de los que habían
llegado con la nave espacial no sobrevive ni uno, perecen atacados por hipotecas
salvajes y una bestia sin entrañas, el paro. No hay, pues, un Heston que logre
escapar, no existe un héroe que descubra que el erial en cuestión es la España
actual, un país arrasado por la canalla. No hay bicho viviente que,
perteneciendo a la masa, pueda librase de convertirse en un esclavo al servicio
de una Europa que ha decidido inducir un coma profundo al estado español para transformarlo
en una cobaya. Menudo final asqueroso…
Ya, ya, se me va la bola, pero no
me negaréis que la versión de ahora es aterradora. Casi que mejor en solitario
o africano que cadáver en formol. Vosotros diréis.
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