martes, 15 de mayo de 2012

Grecia no paga.


Los griegos no van a pagar ni un euro de la deuda, está más claro que el agua. Puestos a palmar, lo mismo les da. Se salen de la Unión y se cargan la moneda única. Que se apañen los vampiros, no hay ya sangre para ellos, que elegir entre comer o pagar no es difícil. Así que, nuevas elecciones, mayor repunte en los extremos, una guerra interna o contra el turco y a resucitar, espartanos.
Los economistas de la Merkel ya han tasado la espantada en unos 270 mil millones, un bocadito de nada para repartirse entre todos los miembros del galimatías europeo (como no tengo ni idea de economía, maldigo la hora que nos dejaron entrar en la fiesta). Y de esa cantidad, unos 80 mil millones del ala los van a tener que acoquinar los habitantes del glorioso Cuarto Reich…¡La gracia que les va a hacer! Y todo por salvar al euro…si es que lo salvan, que igual va a ser que no, que la alianza gabacho-teutona huele a puñalada trapera.
Eso sí, antes tocará exprimir a los españoles hasta que no nos quede ni gota. Una vez finiquitados, schnell, schnell, que para luego es tarde, y de la manita con Francia, el pertinente refocile y, unos meses más tarde, con los bárbaros del sur (tú, tu vecino, tu prima y yo mismo) comiendo piedras, nacerá un esbelto retoño, un eje común que concentrará la riqueza en sus manos y la miseria en las nuestras. Lo que no saben es que, cuando ellos ya se hayan apañado bien, llegará nuestro turno y a su puerta llamaremos.
La misión será comprometida, sólo para audaces. Enviaremos todo lo que tengamos a la lucha diplomática. Ministros y ministros, quince directores generales, seiscientos asesores y la señora de los lavabos. ¿Se puede? ¿Sí? Miren ustedes, que tengo aquí la solución definitiva…En quince minutos, despachado el asunto. Rueda de prensa. A la derecha,  la Merkel y su bandera; a la izquierda,  Hollande y su respectiva. En el centro, con un banderín de España y subido a un cajón de plátanos de Canarias, nuestro representante se dirigirá a lo que quede del país. En blanco y negro y por onda corta, que no habrá para más...Sólo de pensarlo, qué emoción. Sus palabras nos devolverán la vida, nos liberarán…” ¡Españoles! ¡Los que aún sobrevivís! Dos noticias he de comunicar. Una buena y otra mala. La buena es que nuestra deuda ha desaparecido, Alemania y Francia nos han perdonado todo….”
Traguito de agua de Vichy, qué rica que está. “Ahora, la mala…¡Españoles!...Tenemos 48 horas para abandonar el país.”
Y es que me río por no llorar.

2 comentarios:

  1. pues yo,ya ni me rio,ni lloro,la verdad no se que coño hacer

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  2. Como dice un buen amigo mío, sabio por años y experiencia, verlas venir, esquivarlas y guardarse unas cuantas para cuando amaine la tormenta. Entonces, a por ellos, oé...

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