Me he aficionado a eso de leerme el BOE todos
los días, más por precaución que por otra cosa, que si uno sabe de dónde le
vienen los guantazos como que duelen menos, poco, pero menos. Y hoy he vuelto a
la niñez, he recordado lo que me reía con “Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a
domicilio”. Dos ñapas, uno que sólo daba órdenes y se movía menos que los gatos
de escayola, y otro que únicamente estaba activo para mover las muelas y
ponerse cianótico a comer. Al leer las rectificaciones sobre el Decreto Canalla
que el Gobierno tiene a bien publicar en el Boletín del Estado del 19 de julio,
para el entretenimiento popular, me he dado cuenta que esto es una mala coña,
una vulgar copia de las geniales historietas de Don Francisco Ibáñez, ideada para
goce y disfrute de la tropa. Me he imaginado a un Montoro con bombín rojo y
bigote a lo Groucho, y a Otilio en forma de decreto tragón y chapucero, y casi
me meo. Entre faltas de ortografía, un acento por allí, otro por allá, un par
de comas, redacciones erróneas y/o confusas, destaca luminoso en lo alto del
parcheado nacional el nuevo contenido del artículo 8.
A saber, que no se diga que
me invento las cosas. En el originario Decreto Canalla, el artículo 8 punto
tres suspendía los Acuerdos, Pactos y Convenios de los empleados públicos en su
totalidad. Es decir, que los adoradores de Satán que trabajan para la
ciudadanía, esa banda sin escrúpulos que sostiene con su labor lo poco que
queda del Estado de Bienestar, han estado perdidos en un limbo legal unos
cuantos días. Tantos como cinco, que son lo que han tardado los fabricantes del
atentado en detectar la metedura de pata y rectificar sabia y ridículamente. ..Ya
lo decía mi abuelo, las prisas y las ganas de joder no son buenas consejeras.
Veréis, jalando el hilo, y siempre con el permiso de
Ibáñez, España es la 13 Rúe del Percebe.
En la planta baja, un tendero ladrón y tramposo, que engaña en el precio y en
la calidad del producto, y una portera que ni sabe ni contesta. El banquero
timador y el adosado de turno que está por estar y hace bulto con tal de
cobrar. En la primera planta, un veterinario que ejerce de doctor y la dueña
del hostal que alquila habitaciones a más de los que puede. El farsante de
turno, gestor inútil e ineficaz, y la administración que recoge a los recomendados
hasta ocupar el bidet. Segundo piso. Las dos ancianas despistadas y un sastre
desastroso. El siguiente escalón en la inutilidad, el no sabe no contesta pero
mientras me valga y yo me lleve lo mismo, no me importa. Y, pared con pared, el chapucero nacional, el inepto que te construye una piscina olímpica
en una aldea de cuatro habitantes. Vamos al tercero. Más explícito, imposible.
El ladrón y al lado una familia con unos hijos muy, pero que muy peligrosos. El
miembro de la casta política que arrambla con todo lo que pilla, y la colección
de parásitos y asesores que no idean una buena. Y, para terminar, el ático. El
mentiroso, el deudor, el fulero, el embustero, y aporreando su puerta multitud
de acreedores. Es decir, el que manda y los que quieren cobrar.
¿Dónde estamos el resto de
la plebe? Fácil. Viviendo en la puñetera alcantarilla, con suerte, o
despachurrados al coger el ascensor y que el mismo se venga abajo. Puerca
miseria.
Muy bueno amigo, una auténtica radiografía de nuestra España cañí. Hay quien piensa que tenemos los políticos que nos merecemos... sin duda digo que no, que son muchos los universitarios y profesionales bien preparados que tenemos en este país para pensar que son los mejores los que nos gobiernan. Un abrazo amigo!
ResponderEliminarEs lo que hay, tienes razón. Un abrazo
EliminarHola....creo que en la mayoría de los países estamos sufriendo situaciones verdaderamente críticas. No es mucho lo que cada uno podemos hacer en lo personal para mejorar el mundo. Lo que si podemos hacer son dos cosas: Ser optimistas y hacer lo correcto en nuestras decisiones personales, y también podemos escribir para desahogarnos...
ResponderEliminarGracias por compartir, saludos desde México...
@anaschwarz
Por cierto...el apellido Salinas es muy típico en la región de México en la que yo vivo...
ResponderEliminarGracias a ti, Ana. No conozco exactamente el origen del apellido. Sé que un hermano de mi abuelo luchó en vuestra revolución, pero no creo...
EliminarSerá cosa del ejercicio imperialista español...
Un saludo cordial.