“Querido Cristóbal, dos puntos (de sutura). Verás, si quieres que le
salvemos el culo a tu país, ya sabes, el abecedario lo pongo yo. Yo te digo y
tú lo haces, no tienes otra. Como ya te habrá contado Mariano, tal y como dejó
las cosas el tonto, el iluminado ése que estaba de presidente, tenéis menos futuro que los yernos del rey. Así que, me
coges a los funcionarios y a los pensionistas y les robas una paga extra. Tranquilo,
en un principio no tendrás problemas al atracarles, que los que no son ni lo
uno ni lo otro se alegrarán mucho. Cuando les toque a ellos, que les tocará
pues van detrás, entonces se te soliviantará el rebaño. Hasta entonces, tu
aprovéchate, no seas merluzo. Acto seguido, me reduces los servicios públicos,
que para lo tontos que son los españoles, con cuatro chuches que les des van
que trinan. Cuarenta por aula, que el que sirva para estudiar ya me lo llevaré a
cambio de casa y pensión. El resto, la tropa inculta, a ponernos cañas y a
vaciarnos las alforjas cuando tengamos ganas de carne. En cuanto a los médicos
y las enfermeras, cuantos menos casi que mejor. Así se te van muriendo antes.
Más barata te saldrá la cuenta, que pululan mucho viejo y mucho enfermo por
España y sobran, te digo yo que sobran, que por aquí tenemos experiencia de
años en eso de eliminar gente. Qué no se te pase, me reformas ya el mercado
laboral, que para chapero o puta no hace falta contrato. Y eso sí, los bancos
ni tocarlos, que el sistema financiero da mucho juego, que con tanta subida y
bajada nos estamos forrando. Así que ponte las pilas y en marcha.”
“Querida Ángela, punto (de sutura) y coma (profundo). Te han dado mal el
correo electrónico tus empleados de la Stasi. Sí, me llamo Cristóbal, pero no
Montoro. Montera, que es donde me los pongo cuando te veo y te oigo. Pertenezco
a la soldada a la que tú quieres aniquilar si no viene un milagro y nos salva.
Pero ése no es el tema. Te cuento. La solución para este país no es destruirlo,
no. Nunca seremos como vosotros, ni ganas, oye. El remedio empieza por eliminar
a la voz de ya nuestra estructura política y a sus okupas. Hay que replantearse,
sino cepillarse, las Comunidades Autónomas, pues han demostrado lo que son y la
miseria que generan. Hay que suprimir el Senado, cementerio no de elefantes, de
mamuts. Hay que cargarse, sin despido ni paro, a la pléyade de asesores y
parásitos que ocupan las administraciones. Hay que enchironar al 90 % de los banqueros
del país, tras embargarles hasta la etiqueta de de los calzones a ellos y a los
suyos. Hay que formularse la pertenencia a la Unión Europea. Y hay que enviaros
a ti y al resto al carajo. Eso, de aperitivo. Después, os ponéis en la cola si
queréis cobrar. Hoy no, mañana tampoco, y pasado mañana, a lo mejor te pago
algo de señal, no te vayas a pensar que soy un fulero. Entonces, cuando veas
que te arrastro al mismo pozo ciego al que tú me condenas, igual te lo piensas y dejas de tocarnos
las narices. Hasta ese momento, déjate caer por aquí, que a una sangría de tetra
brik y unas bravas aún te podemos
invitar, chata. Besitos. Sin lengua.”
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