Hoy estoy cansado, no
aguanto más. Tengo que relajarme y desconectar. Pero antes, una cosa sin
importancia, futesa baladí. Al yernísimo, como buen emprendedor que es, le ha renovado el contrato Telefónica. Una
vinculación por la que percibirá 1,2
millones de sueldo más 300.000 euros en concepto de bonus por trabajar en
América. A esto hay que añadir que el talonmanista se llevará en especie otros 1,2
millones, una ayudita para pagarse el alquiler de la chabolita de Washington, los billetes de avión
para ver a los yayos en el chaletito de Mallorca, los coches y la escolta,
además de algún vale descuento para el Burger King, donde tú eres el king. Si
le despiden hay que pagarle 4,5 millones por el establecimiento de llamada.
Ahora bien, si le sientan en el banquillo, y no para un entrenamiento, la
empresa le suspenderá el contrato. Qué bonito y que edificativo.
La familia acoge en su seno
al duque y premia su infatigable labor. Llamad, llamad, malditos, que Iñaki
tiene que comer. Vosotros diréis, pero es otra más a añadir a la colección.
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