viernes, 20 de julio de 2012

Decreto Canalla, ni morirse ni estudiar. A joderse.


Dicen que para morirse tranquilo y con los deberes hechos hay que subir a un globo, escribir un libro y plantar un árbol. Poco nos quedará para palmar, pues lo que no hemos realizado por voluntad propia, las circunstancias, la necesidad y el instinto de supervivencia nos han obligado a ello o lo van a hacer. De lo de montar en un globo, nos han subido a él a patadas. Nos han globalizado por imperativo legal, somos elementos productivos prescindibles singularmente, pero necesarios en sentido colectivo. El pirata, desde una habitación de dos por dos y conectado a la red, puede manejar el mundo y forrarse con el manejo, no hacen falta tomates, sólo alguien con quién comerciarlos. Y en este sarao no somos los invitados, si no los que lo pagan, ponen las copas, llevan la bandeja de canapés y limpian los aseos… No es un viaje agradable cuando se forma parte del lastre.
En cuanto a escribir un libro. El que no lo ha hecho ya, no va a tener más cojones que meterse en harina si en su casa tiene alguno que está en edad de aplicarse en aprender. Vamos, aquello de la enseñanza obligatoria, gratuita y tal y tal. Al precio que se va a poner el material escolar, que costará más un cartabón que un libro de cálculo infinitesimal (Montoro nos regala un 17 % más de IVA para lápices y plastilina, ¡viva Montoro!, pero que viva en China), habrá que ahorrar por algún sitio. Y dado que los libros, salvo mínimas excepciones, no sirven de un año para otro pues los infantes, atendiendo a las doctas órdenes de sus maestros, escriben sobre ellos, no será difícil que nos toque reescribirlos si nuestro deseo es que los hijos crezcan conocedores de la  gran España Autonómica, ecuaciones y quebrados, análisis morfológicos y la maravillosa Unión Europea.” ¡Papá, papá, que no entiendo tu letra! ¿Qué pone aquí, en la página 67 del libro de Conocimiento del Medio?... ¿Estás tú seguro que la capital de España es Bruselas?...Y, otra cosa, ¿por qué, dime papá, al copiar el título de la asignatura la has llamado Conocimiento del Miedo? … ¿Papá, me escuchas?...Deja ya de reírte, que mañana tengo examen y me van a calzar…” Gracias ministro por tan sabia medida. Unirá a las familias en el descojone.
Y lo de plantar un árbol. Nada de pinos. Olivos en macetas, naranjos en las terrazas y melones y sandías en las cubiertas de los edificios. Los que no tengan disponibilidad de tierra ni ganas de abonarla, podrán sustituir árboles por cruces para la fosa común, que enterrar a los familiares también ha subido. Si ya es caro vivir, morir ni te cuento (algo de lo que se alegran los fabricantes de congeladores y los peces, que se van a hinchar). Y siempre quedarán los que, hartos de todo, optarán por cavar un hoyo, agarrar una estaca y plantar dentro a más de uno que yo me sé.
En resumen, el Decreto Canalla te ayuda a morir tranquilo, no vagará tu espíritu eternamente dando por saco. Eso sí, morir. Que lo del tanatorio va a ser que no. Concluyendo. Abuelo, tienes que durar, que necesito tu pensión y no tengo para una caja de madera. Y como te lleve la parca antes de lo previsto, quito las cubiteras y para allá que vas…

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