A mí me sigue pareciendo que
todo esto es, además de una estafa, una inmensa tomadura de pelo, una mala
bufonada interpretada por pésimos histriones. De hecho, estoy cada vez más
convencido de que una mañana me despertaré y ninguno estará, la pesadilla habrá
terminado. Porque debe ser un sueño, sino que alguien me explique de dónde han
salido ciertos personajes, protagonistas todos de la parada de los monstruos
patria. Como la lista es interminable, hoy me detengo y entretengo en dos de
ellos, escogidos al azar de entre los muchos que había para elegir.
Para empezar el festival,
niños y niñas, disfrutemos con Fátima Báñez. Se ha desparramado hablando de la
reducción de las prestaciones por desempleo tan amablemente aprobada por el
Gobierno. Medida que “sólo”, insiste la buena mujer, “sólo” afectará al 55 % de
los nuevos parados (claramente, la minoría) y no alcanzará a los más
necesitados (éstos no tiene ni paro, ni subsidio, ni casa ni pan, ergo, ¿cómo
carajo les iba a afectar?). Llega a esta conclusión la ministra de Empleo y Seguridad Social tras
arduas jornadas de reflexión. Humo sale de su cabeza, un humo oscuro y denso que
delata que se le han socarrado los circuitos. Resulta que al 45 % de los nuevos
fichajes del INEM (más claramente, la mayoría, ¿no?) el recorte no les va a
afectar ya que, o bien accederán a la cuantía mínima y como es mínima no se
puede reducir más, o bien no superarán los seis meses de prestación, puesto que
se les acabará el subsidio antes o encontrarán trabajo. Repetid conmigo. La pe con la a, pa, un ERE con la o, ro. Todo
junto, AL-PA-RO.
Le ha faltado añadir a la ministra que también están las loterías y apuestas del Estado, robar tres joyerías, emigrar al extranjero y morirse como causas para pertenecer a ese privilegiado 45 % que dejará de percibir, al medio año, algo del Estado distinto al desprecio. Y, en la misma línea de su compañera Andreíta, no ha sentenciado al 55 % que falta, “sólo el 55 %”, con un "que se jodan". De su boca no ha salido, pero parece que lo piensa. Sin comentarios. No tiene nombre.
Le ha faltado añadir a la ministra que también están las loterías y apuestas del Estado, robar tres joyerías, emigrar al extranjero y morirse como causas para pertenecer a ese privilegiado 45 % que dejará de percibir, al medio año, algo del Estado distinto al desprecio. Y, en la misma línea de su compañera Andreíta, no ha sentenciado al 55 % que falta, “sólo el 55 %”, con un "que se jodan". De su boca no ha salido, pero parece que lo piensa. Sin comentarios. No tiene nombre.
Ahora, la actuación estrella
de la jornada. Indefinible. El ex presidente de NovaGalicia y Caixa Nova, Julio
Fernández Gayoso, se ha negado a dar explicaciones sobre la gestión de las dos
cavernas gallegas ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados. Dice
el pájaro que no conduce a nada hablar del pasado, que lo importante es que el
banco que salga de la fusión funcione bien. Del timo de las preferentes, de la
pasta que han robado bautizando el estupro con el nombre de prejubilación y
demás tejemanejes, ni mú canta el búfalo. “Pío, pío que yo no he sido, que no
he cobrado un euro, que lo de los demás no sé nada, yo pasaba por ahí, vi luz y
billetes y entré. Me hago el tonto, que es lo que se lleva.” No me negaréis que
no tiene mérito decir esto sin morirse de risa. Buen actor y mejor trilero el hermano
mayor de los Dalton. Éste sí que tiene nombre, pero mejor me lo reservo, que no
me llega para abogados y procuradores.
Conclusión. Dos iguales para
hoy. Y me dejo en la chistera, entre los muchos conejos, a Rato. Pero es que lo
de Don Rodrigo merece un capítulo entero del Corán. Y no tengo ganas. Así que,
hoy no, mañana.
de fátima Báñez, te digo que tú lo has dicho muy clarito, "emigrar al extranjero" cómo fórmula para los más jóvenes, es la solución que han apoyado, promovido y respaldado desde hace varios meses, cuando estos señores ministros, dijeron que era bueno que los jóvenes se marchen al extranjero porque "-así aprenderán idiomas y vendrán mejor preparados-", lo recuerdas o no? Algo que a mí, me pareció deprimente, aberrante! porque cuando un país expulsa a sus jóvenes para que se "formen mejor" en el extranjero, se olvida que esos jòvenes emprenden una vida nueva y distinta y muchos de ellos, no regresarán por diferentes causas (el camino de la vida no es una línea recta, eh?), y entonces ese país habrá perdido una generación y habrá roto muchas familias. Lo que viene a decir que cambia el rumbo de muchas vidas, atropella sus derechos a una vida digna en el país en el que han nacido y a los que quedan los condenan al ninguneo, o sea, que en el mejor de los casos, a trabajar por cuatro perras y bien calladitos, eh?
ResponderEliminarVolvemos a principios del XIX, más o menos...
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