Hoy, entretenido como todos
los días en una conversación sobre lo irracional, desproporcionado, injusto y
criminal que es el Decreto Canalla del Gobierno, y más concretamente sobre las
consecuencias inmediatas que está provocando, un amigo me dice que un Estado
que necesita blindar sus instituciones y vallar sus parlamentos para protegerse
de los sentimientos de la población a la que representa, es un Estado en descomposición.
Tiene razón, pero yo iría más lejos.
Intentando ser lo más
objetivo posible, cosa harto difícil dada mi visceralidad habitual, y
analizando los últimos movimientos del aparato político y las reacciones que
suscitan los mismos en los españoles, sé que estoy asistiendo a la muerte de
España. No quiero parecer pesimista, pues no lo soy. Y ni mucho menos que se
traduzcan mis palabras como un acto de rendición, todo lo contrario. En mí sólo
van a encontrar los que pretenden destruir nuestro país, lucha hasta el agotamiento y la muerte. Desde
la legalidad, la palabra, la razón, la calle y las barricadas. Desde donde sea
y como sea. Con argumentos y sin ellos, piedras contra misiles. Me es igual.
Pero España está muerta. Enfermó
y todos consentimos su mal. El anterior desgobierno del PSOE agudizó su
dolencia, la maltrató hasta la saciedad y la entregó agonizando a un nuevo
equipo médico que no sabe o no quiere saber, lo que es aún peor, cómo sanarla.
En lugar de ello aplica la eutanasia económica y la ofrece en cuerpo y alma a
los gusanos financieros. Y para defenderse del crimen que está perpetrando,
alevoso, cobarde y traidor atentado a la soberanía y voluntad populares, se
enfrenta a todo y contra todos.
Intenta vetar la libertad de
expresión, amenaza a los que se oponen a
sus decisiones, oprime al necesitado y blinda su felonía imponiendo por ley el
silencio a sus verdaderos amos y señores, nosotros, los españoles. Ante el
ruido de sables, de momento un insistente tintineo, ante el posicionamiento claro
y contundente de las Fuerzas de Seguridad del Estado, Guardia Civil, Policía
Nacional y demás cuerpos armados, el Gobierno crea una guardia pretoriana que
salvaguarde la integridad del político depredador. La Dirección General para la
Seguridad Nacional. Una Stasi mediterránea para cuerpear contra el pueblo mientras
que la casta se atrinchera con el rico, el banquero y el especulador. Un golpe
de estado institucional de libro, en definitiva. Y esa es la puntilla del país.
Las grandes fortunas, los defraudadores,
los estafadores y los ladrones de la banca valen más ante los órganos del poder
que el sustrato popular y la clase media. Aquellos a quienes se votó en mayoría
prefieren enterrar España en una fosa común antes que buscar el remedio a su
cáncer allá donde se encuentra. El mismo que tiene la obligación de curarla es
el mismo que va a certificar su defunción.
Por eso sé que España está
muerta, pobre marioneta de una Unión Europea miserable e interesada que, junto
a los mercados, ya ha preparado la incineración. Ahora bien. Plantando cara, quizás
Lázaro puede levantarse y, renqueante, caminar. Si cambiamos de hospital y de
galenos, recuperamos la medicina robada, castigamos a los culpables, seguro que
con unos masajes cardiacos, una colección de “ya cobrará usted mañana” y
muchos, pero que muchos arrestos, salimos adelante. Pobres y solos, eligiendo
bien los compañeros de viaje, pero sin rémoras ni fango en el cuerpo. Sería
bonito...Pero, ¿sería posible?... ¿Tú que dices?
que hemos ido perdiendo empresas y poder adquisitivo, sin razon aparente, ya que por ejemplo en la comunidad valenciana había una industria del calzado, juguetera y del mueble muy potente, y nos quieren convertir en un eurovegas para echar las cartas. Respecto los jovenes pues supongo que lo que buscan es colocarlos en Fosters Holliwood y chatarra por el estilo. Eso no es el tipo de empleo que queremos.
ResponderEliminarel objetivo es que todos ganemos el salario mínimo, 600 euros, al mismo tiempo que sube todo, alimentación ropa etc.. y lo que quieren es guerra, malestar, hambre, etc...
ResponderEliminarlo mejor es quedarse o marcharse
yo prefiero irme
para irse, hay que tener dinero.
ResponderEliminarPor tanto, la estrategia de ingenira social de "españoles en el mundo" no va a funcionar. Se irá acumulando la pobreza en este pais muerto.