jueves, 19 de mayo de 2011

Unos numeritos de nada

Hay que ver cómo sube la vida. Todo está más caro y cada vez son menos los cuartos con los que pelear la supervivencia. Arranquemos en 2.004 y observemos el incremento de precios en alimentación, vivienda, transporte, combustibles y cualquier cosa que se nos pueda ocurrir y que sea susceptible de encarecer su valor. Para echarse a llorar. Claro que esto no nos afectaría tanto si hubiera trabajo, si salarios y pensiones subieran a la par, que ni el IPC se respeta. Pero no es el caso, qué va, todo lo contrario. La gran mayoría perdemos año tras año y a pasos agigantados el llamado poder adquisitivo, hasta el punto que la miseria ronda que te ronda, aporrea las puertas de nuestras casas cuando no las derriba para invadirnos. La cosa esta chunga, muy chunga. Para la gran mayoría (eso lo he dicho antes, ¿no?).
Porque para algunos no es así. Hay unos colectivos a los que desde el 2.004 las cosas, en materia crematística, les va de muerte. Aunque parezca mentira, han visto incrementados sus ingresos muy obscenamente, multiplicando la pasta que reciben. ¿Y quién les paga, quién es tan espléndido como para soltar y soltar billetes de esta forma tan generosa? Pues quién va a ser. Todos nosotros. ¿Ah? ¿Qué no lo sabías? Verás, te cuento.
Debe ser que con los grandes sindicatos amigos esto de ajustarse el cinturón no va. Resulta que han pasado de que les demos para formación 13.590.000 euros en 2.004 (BOE 19/02/2004) a embolsarse 29.036.000 en 2010 (BOE 04/08/2010). Todo un negocio éste que se han montado los del sofá, los que se han estado encamando con el ejecutivo socialista, ésos que son responsables por partes iguales con Gobierno, especuladores y banca de la situación que nos desespera y mata. El precio del silencio o lo que vale una traición.
Uno piensa que para lo que han hecho estos socios del latrocinio mucho premio reciben. Pero si te detienes un momento y analizas el fondo del asunto, te das cuenta de que callar la boca y consentir de la manera en que UGT y CCOO lo han hecho, hay que abonarlo en su justa medida. Destruir el sindicalismo, permitir que se aplasten los derechos de los trabajadores y colaborar en el empobrecimiento de la sociedad sin recibir nada a cambio no sería lógico.
Así que, ya lo sabes. Mientras la ciudadanía sufre, entre otras cosas, por el IPC, índice de precios al consumo, a esta banda se le aplica una subida que corresponde a un nuevo concepto económico, el IPS, índice de precios sindicales, y que funciona tal que así: en 2.005 fue de un 35,7 %, en 2.006 un 15,35 %, en 2.007 un 5,76 %, en 2.008 (¿crisis, qué crisis?) un 16,56 %, y en el funesto 2.009 un 10, 23 %, estabilizándose para el glorioso 2.010 con un incremento del 0,44 % con el que no les alcanza para las magdalenas del cinco tenedores. Eso sí. Una aclaración necesaria a las cifras. Estos datos corresponden a los planes de formación. A estas cantidades habría que sumar los 16 millones que reciben de subvención por “financiación y compensaciones económicas”. 7 millones para cada uno de los dos colaboradores del ejecutivo, y el resto a repartir entre 78 sindicatos restantes. No está mal lo que consiguen Méndez y Toxo, pero que nada mal.
A mí se me ha quedado cara de gilipollas cuando he contrastado los datos. ¿A ti qué cara se te pone?

2 comentarios:

  1. la misma que se me quedó cuando me enteré quien había pagado el edificio del CSIF de valencia.

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  2. http://www.lasprovincias.es/v/20110217/economia/trabajo-otorga-sindicatos-millones-20110217.html
    http://www.lasprovincias.es/20100121/comunitat/estrena-nueva-sede-entre-20100121.html

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