martes, 26 de abril de 2011

Transparencia financiera

Sólo una sensación. Creo que los partidos políticos no tienen ni interés ni intención en mostrar transparencia y claridad. Hace ya un año que el Parlamento aprobó una proposición de ERC en la que se planteaba que las formaciones políticas no podían aceptar o recibir, directa o indirectamente, donaciones de empresas privadas o fundaciones que prestasen servicios o realizasen obras con las Administraciones públicas. Por aquel entonces las cosas andaban ya calentitas en materia de corrupción (ahora arden por los cuatro costados), y todos hicieron piña para aparecer níveos y pulcros ante la mosqueada opinión pública, inmaculados en su financiación. Qué mejor que entregar un gesto de honradez para satisfacer a la plebe, que luego ya se encargarían de enterrar la propuesta en el olvido. Y a fe mía que lo han hecho, se han aplicado en perpetrar un timo más, una engañifa que justifican al manifestar que el tema, según declaraciones de Eduardo Madina, secretario del Grupo Socialista, “no es una prioridad y que los partidos han decidido reducir las subvenciones que reciben entre un 10 y un 15 por ciento”. Austeros que son ellos.

¿Por qué nombrar ahora el asunto? Verán, un informe del Grupo de Estados contra la Corrupción, órgano del Consejo de Europa, destaca que España no ha avanzado lo que debería en materia de financiación de sus partidos políticos. Dicen las malas lenguas que éstos nadan en préstamos muy favorables por parte de los bancos y que gozan de cancelaciones de créditos sin motivos suficientes; es decir, un nepotismo consentido y protegido que el mismo Banco de España ayuda a camuflar al no cruzar datos con los investigadores y expertos del grupo en cuestión, negándoles la información sobre los créditos de los que gozan los partidos.

El susodicho informe prosigue resaltando la opacidad de las cuentas en las agrupaciones locales, señalando la existencia de "malas prácticas" en un punto en donde "los riesgos de corrupción son particularmente altos" (aquí es donde uno se parte la caja. ¿Corrupción en los Ayuntamientos? ¡Anda ya! Hay que ser malpensado, con lo buenos que son los ediles patrios…).Continuando con el análisis, se incide también en el hecho de que las formaciones políticas dependen muy y mucho de los bancos. Vamos, que las entidades financieras les tienen agarrados de los mismos. Pero no pasa nada. Al rico endeudamiento, que ya se pagará de una forma u otra, aunque sea en especies. Y si no, pues mira, se pinta la pasta como donación y pelillos a la mar. Todo adornado con unas contabilidades desmadradas, que lo de reflejar datos cada uno lo hace como le apetece, que alguno habrá que la presente en una servilleta de bar.

En resumen, palo de Europa (otro más) a cómo se hacen las cosas por estos andurriales, idílico paraíso en el que, el que no es pirata ejerce de corsario. Sigamos pues disfrutando con nuestra divertida y amena casta política, que así nos va.

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