No estamos para bromas y aun así tenemos que seguir tragando. Mientras en España seguimos de record, con más del 21 % de tasa de paro (que no se diga que no somos los primeros en algo), uno tiene que escuchar a la Ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, mucho título para tan poco cerebro, afirmando que sería un honor formar parte de las listas del PSOE al Congreso por Alicante, integrándose en un proyecto en el que cree. Me faltan cuchillas para cortarme las venas por fascículos. Si ese proyecto se parece al gozado hasta ahora, y los mimbres son los mismos, es preferible una epidemia de peste bubónica, igual de letal pero más rápida.
Me sale del alma. Muchos disentirán de mis palabras, lo siento si alguien se ofende, de veras. Pero asociar Pajín con Alicante es, para mí, alicantino por devoción y nacimiento, una vergüenza. Todos tienen derecho a presentarse por la circunscripción que decida la formación a la que representan y si los socialistas alicantinos optan por la Ministra como cabeza de lista, los demás ajo y agua. Libertad ante todo y que no falte. Pero no puedo evitar el rubor, el sofoco, el bochorno y la humillación que me produce la dicotomía Alicante-Pajín.
Igual soy el único en sentir esto, pero ya saben. Le he cogido manía a la chica, la pobre, que no ha hecho nada. Pero nada de nada. Aunque este nada lo ha cobrado y lo cobra a precio de beluga nacional, caro de morirse por lo escasez de huevas y huevos de esturión patrio. Sobre todo, de huevos. País.
No hay comentarios:
Publicar un comentario