“Siéntate, siéntate, que te saco las cuentas y vas a alucinar. Para que veas por dónde se nos escapa el ganado.” Así es Fran, un buen tío, un protestón de marca mayor, un cabreado eterno con el sistema. Me ha llamado esta mañana y hemos quedado para tomar un café. Cuando he llegado, ya estaba sentado en un taburete, con los antebrazos apoyados sobre la barra y el camarero acorralado por su discurso. Me río a gusto con él, es irónico y no suele dejar títere con cabeza. Y hoy parece que viene encendido, sólo hay que verle la cara para saber que ha descubierto algún misterio insondable.
Ni el azúcar me ha dejado echar en el cortado. Directo al tema, no se le escapen las ideas. “Con lo del impuesto de patrimonio éstos dicen que recaudarán poco más de mil millones. Miserias y compañía. Yo te digo cómo sacar un buen puñado de euros más. Verás qué fácil” El camarero ha huido tras darle a Fran un bolígrafo y un papel, y ahí me he quedado yo, solo para enfrentarme con la catarata que se me viene encima.
“Fíjate bien. En España tenemos un presidente del Gobierno, 19 presidentes autonómicos, 350 diputados en el Congreso, 264 senadores, 1256 diputados autonómicos, 206 consejeros autonómicos, 8112 alcaldes y 66162 concejales. Quédate con esto y súmalo. …No te molestes, ya te lo digo yo. 76370 cargos políticos salidos de las urnas. Ahora, esta bonita cifra la multiplicas por 50000, sacando una media más o menos de lo que cobran al año, y nos ponemos en 3.818.500.000 euros lo que se lleva la clase política que sale de las urnas. Añade lo que arrastran entre asesores, coches oficiales, viajes, dietas, comisiones, visas, hoteles y lo que se te pueda ocurrir, y multiplica por cuatro la cifra. Es decir, te hablo de 15000 millones de euros, que se dice en nada. Una burrada.” Lo que suponía. Va lanzado. Le atiza un trago a su café con leche y continúa.
“Mira lo fácil que es, Tomás. Lógica pura. Aunque tú ya sabes que a mí me sobran todos, jugaremos a que hay que mantener el sistema. De los 350 del Congreso, la mitad fuera. El Senado, suprimido. Si quieres mantener las autonomías, vale, pero también a la mitad en diputados y consejeros. De los 8112 ayuntamientos, unos 4800 tienen menos de 1000 habitantes. Los mancomunas y te libras también de 30000 concejales. Y con los 3300 que restan, el mismo recorte, rebajas al 50 %. Te quedan al final alrededor de 23000 cargos públicos. Repite la multiplicación de antes, por 50000, y salen 1150 millones que, aun manteniéndoles privilegios e incluso permitiéndoles colocar a los colegas, al cuadruplicar la cantidad no me llega a 5000 millones de euros. Quiere decirse que si las cosas fueran como deberían ser y no como son ahora, un negocio montado para que unos cuantos vivan a costa de unos muchos, nos podríamos ahorrar 10000 millones de euros al año. ¿Cómo lo ves?”
Me ha dejado mudo el puñetero. Lo pone tan sencillo que parece como si mañana fuera posible. “¿Qué cómo lo veo?. Cojonudo. Nos llenaría de esperanza, nos daría la vida. Pero Fran, despierta, que como dijo Calderón, la vida es sueño y los sueños, sueños son. No se van a quitar la cuchara de plata a sí mismos”
Me mira a los ojos, sonríe y me dice; “Ya lo sé, hombre, ya lo sé. Pero, ¿a que sería bonito?”
Y tanto, Fran, y tanto. Bonito y justo.
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