Al final he conseguido salir de dudas. El imputado Jaume Matas, Jaime para los que ya no le aprecian tanto como antes, tiene solvencia suficiente para afrontar los tres millones de nada que le pedían como fianza. Dos bancos aportan a pachas el dinero, y todos tan contentos. La justicia triunfa y este pobre contribuyente podrá disfrutar de la libertad necesaria para preparar convenientemente su defensa. Fichando cada quince días, el sistema se da por contento. Porque, claro está, no existe riesgo de fuga ni algo por el estilo. Ni tampoco va a dedicar su tiempo a emparedar con muros legales, y a lo peor no tanto, todo lo que tiene guardado de calderilla. De todas formas, no estaría de más vigilar las salidas en dirección a Laos o a Brasil, no sea que optara por irse de vacaciones de incógnito, como otros camaradas suyos hicieron antaño, con la cabeza rapada y breado de piercings. Si es que los bancos están para eso, para ayudar al menesteroso, para proveer de fondos a los emprendedores que inician proyectos de futuro. Porque futuro tiene el tema. Muy negro y entre ventanas con barrotes, pero futuro al fin y al cabo.
Otro cantar es lo de Luis Bárcenas. ¿Sigue siendo senador? ¿Sigo colaborando en pagarle un sueldo? ¿Es qué no tiene cuartos bastantes como para dejar de sangrarnos de los impuestos? Que el PP le pague el abogado y le mantenga en un despacho, pase, allá con ellos. Las bases tendrían que decir algo al respecto. Pero que el resto de la ciudadanía le sufraguemos todos los meses es como llamar a las puertas del cielo para insultar a San Pedro. Mucha manta debe tener de la que tirar; quizás toda una fábrica textil. Pero es lo que hay. Como diría Pocholo, ¡fiesta, fiesta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario