Ha reiniciado la lucha contra el Imperio. Tras una primera derrota ante el lado oscuro, Ben Kenobi Asunción desenvaina el sable láser de nuevo y contraataca. Pucherazo dice el exministro. Una acusación muy grave, gravísima, con la que pretende retratar cómo son las cosas dentro del PSOE. No se muerde la lengua, el hombre, mencionando también los nervios de un José Blanco que no sabe, no contesta, nervioso ante una resolución judicial que puede obligar a la repetición de las primarias para candidato por el PSPV a la Comunidad Valenciana.
¿Es una pataleta o dice la verdad? Antonio Asunción insiste en el retroceso democrático de la formación regional y del PSOE a nivel nacional, e insinúa prácticas estalinianas en el funcionamiento interno de la agrupación. Le han expulsado del partido tras veinticinco años de militancia por decir en voz alta y mantener ante la justicia que las primarias habían sido manipuladas. Quitándoselo de encima, Ferraz impide estatutariamente que Asunción plantee algún tipo de batalla a Jorge Alarte.
El caso es que bajan las aguas muy turbias. Desde la cúpula socialista valenciana rezan por una faringitis crónica para Asunción mientras que el candidato oficial pide árnica. Las encuestas dejan en muy mal lugar los intereses socialistas de cara a las elecciones autonómicas y locales, donde se prevén resultados catastróficos. Y para colmo salen voces con solera que se atreven a exponer con libertad lo que piensan del negocio que tienen montado en Valencia los dirigentes socialistas, acomodados y pasivos.
Así es imposible ganarle a nadie ni jugando al teto. Un buen amigo, socialista de los de siempre, me decía el otro día que las próximas elecciones las ganaba el PP aunque los candidatos estuvieran encerrados en el hotel de los barrotes. Entre el desastre en la gestión desde el Gobierno Zapatero, la nula competitividad demostrada en los últimos años y la penosa imagen de partido dividido y descabezado que ofrece el PSPV, puede que Jorge Alarte le dé la razón a Antonio Asunción y se encuentre únicamente con lo que éste último sospecha, un puesto de trabajo de cuatro años en el que seguir vegetando él y alguno de los suyos, que no muchos. Seguir chupando del bote a cualquier precio mientras se destruye el socialismo en la Comunidad Valenciana. Parecen políticos de mercadillo, gestores rebajados y defectuosos que sólo buscan una colocación. Lo cierto es que están regalando la plaza sin luchar, pues no sirven para la pelea. Esto es lo que hay.
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