-.¡Buenos días! Ponme un poleo y media con aceite. ..Está esto muy tranquilo, ¿no?
-.Ni un alma, Tomás. Si sigue así la cosa, en un par de meses cierro, porque no puedo mantener el negocio abierto. Con eso de que no hay un euro he perdido muchos clientes, y los pocos que aún se pueden permitir un gasto prefieren irse a otro bar con mesas en el exterior, aunque les salga un poco más caro, con tal de echarse el cigarrito después de desayunar. Yo, que no tengo sitio en la acera, me voy a la ruina. ¡No puedo competir! Ni bajando precios. Y esto a esta hora, porque cuando llegan las cañas y el aperitivo ni las águilas paran aquí. La clara.
-.Es lo que hay. La ley ha establecido que no se fuma, y no se fuma. ¿Consecuencias? Muchas, y para todos los gustos. Alguno conseguirá quitarse el vicio de encima pero serán mayoría los que continúen con el fumeteo. Se mete tan adentro que no hay manera de librarse del vicio. Porque yo tengo muy claro que el que fuma, va a seguir haciéndolo. En la calle o dónde le dejen, aunque sea por joder o por rebelarse ante la restricción. Lo que ocurre es que los que lo vais a pagar el pato sois vosotros y los que tenéis detrás, como proveedores y compañía, ya que si vosotros vendéis menos, ellos también, y si cerráis, pues ya ni te cuento.
-.Mira, de momento el chaval se va a la calle. No me alcanza para gastos y sueldo con lo que entra en la caja. Ya se lo he dicho. Y detrás de él, yo. Hago números y no me salen las cuentas. Lo que yo te diga, a cerrar y a buscarme la vida por ahí. Pero como está todo tan mal, no sé qué carajo voy a encontrar. Soy profesional de la hostelería, no conozco otra forma de ganarme la vida, y estos desgraciados me están hundiendo.
-.¿Qué quieres que te diga? Está consensuada entre todos los partidos, ninguno ha dicho esta boca es mía. Todos de acuerdo, todos de la mano han aprobado una ley que, a mi modesto entender, es necesaria en el fondo pero una basura sin sentido en la forma. Criminaliza a un amplio sector de la población. Intentando proteger los legítimos derechos de unos, se pasa por el forro los de los otros. De nuevo, dos Españas que se ubican en vértices opuestos, los que fuman y los que no. Muchos años la balanza ha estado inclinada hacia un lado, y ahora se vuelva hacia el otro.
Separa y vencerás, eso dicen, ¿no?
Eso dicen. Y les funciona de maravilla. Ellos ahí arriba, como reyes, y nosotros debajo de su pie, sin opciones…¿Qué te debo?
-.Lo de siempre, Tomás. Lo de siempre.
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