domingo, 6 de febrero de 2011

Controlar el déficit

El presidente del Gobierno español se muestra dispuesto a dar los pasos que se necesiten para controlar por ley el déficit público de todas las administraciones. Loable decisión la adoptada por el secretario de Ángela Merkel, aunque quizás tardía, teniendo en cuenta que a Cataluña, por decir un ejemplo, se la han cepillado entre él y el muy honorable José Montilla. Dado que está sufriendo un ataque de estaditis aguda, y se ha creído que es uno de los grandes, el megalómano líder socialista, con los oídos azucarados por los patronos (alemanes y franceses), parece decidido a desplegar toda su soberbia y aplicar toda su torpeza con tal de seguir manipulando nuestras vidas.
“Yo ordeno y mando” Interplanetario y vanidoso, se cree lo que dice, llevando al extremo lo patológico de la mentira sobre la que basa su comportamiento. Está ahí, en el poder, preparado para iniciar nuevas y ruinosas aventuras con las que agrandar su leyenda, listo tijera en mano para fiscalizar autonomías. Esto es de locos, es el colmo de la estupidez. Permitir que Zapatero continúe velando por los cuartos es como dejar que Hannibal Lecter y Freddy Krueger monten una residencia de estudiantes. En dos días, no queda molla sobre carne. Hay que pararle los pies. Hay que alejarle inmediatamente de todas las gestiones, meterle en un despacho, cerrar la puesta y tirar la llave. Que descanse, que seguro que lo necesita. Que descanse mucho.
Lo de este hombre lo analizará y juzgará la historia. O estamos ante alguien muy inteligente, ladino y astuto genio capaz de dominar con arte y engaño todas las situaciones, o todo lo contrario, nos gobierna un cadáver político sin capacidad ni preparación, torpe títere que basa su actuación en la improvisación y la mentira. Sea como sea, o nos lo quitamos de encima cuanto antes, o perderemos las pocas posibilidades que nos quedan de salir del hoyo.

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