jueves, 24 de marzo de 2011

Amaral y Rubalcaba, es sólo una canción

Ha estado simpático el heredero, el Dragón rojo con lo de Sin ti no soy nada. Se nota que no tiene Pájaros en la cabeza, que confía en que Volverá la suerte, en que la Resurrección socialista puede venir Deprisa si el Cabecita loca de su jefe anuncia El final de su mandato. Sabe que Zapatero es un Gato negro que No sabe dónde va, que sólo Habla para no decir Nada de nada. Ha colocado a España llamando a Las puertas del infierno actuando como un Kamikaze, ha conducido a muchos Más allá de la miseria y, comportándose como El artista del alambre que se la juega sin red, ha conseguido que Una pequeña parte del mundo, nuestro país, retroceda décadas en su desarrollo.
Bien. Convendría decirle Cara a cara al señor vicepresidente que quizás ya es Tarde para cambiar, que todos sabemos que en las andanzas de su jefe él ha participado muy activamente, que estamos Alerta y dispuestos para Salir corriendo hacia ellos si hace falta. No existen los milagros, De la noche a la mañana los lobos no se transforman en corderos. No sería racional Confiar en alguien que ha sido y es corresponsable de El mundo al revés en el que sobrevivimos como podemos. Y éste es usted, señor Rubalcaba, aunque vista Botas de terciopelo rojo, aunque esgrima una Rosa de la paz, más bien Rosita, y se ofrezca como un salvador De carne y hueso. En solo un segundo se adivinan sus intenciones, se distinguen las sombras que le acompañan.
Don Alfredo, perdóneme por la licencia, Perdóname por tutearte, pero no sé Cómo Hablar con alguien que representa la peor época de la Historia. Soy lo que soy, uno de tantos al que le Salta la razón sólo al pensar en que merced a Una tarde de domingo rara, os tuviera que seguir aguantando al mando de su futuro. Más desgobierno, más improvisación y caería El Universo sobre mí. No Te necesito, porque formas parte de un ejecutivo mentiroso que sólo sabe decirme “Voy a acabar contigo” y que insiste en que como No sé qué hacer con mi vida, que se la ceda para manipularla y destruirla.
Yo No soy como tú, no tengo Mi alma perdida, no he traicionado nunca ni a personas ni principios. Hay gente que Moriría por vos, al igual que hay gente que con tal de no verte ni Un día más iniciaría una Revolución. Yo me conformo con que me digas adiós, Lo quiero oír de tu boca, cuanto antes, Esta noche, Esta madrugada. No son Doce palabras, es una sola, una despedida. Vete con el mismo al que aconsejas y proteges, que aún estás a tiempo. Yo No te fallaré, no buscaré la venganza, pues Queda el silencio como pago para fracasados como tú y nuestro nefasto presidente. Espero que no te ofenda mi escrito, Es sólo una canción, o quizás un llanto. Si puedes, Dile a la Rabia que llevo dentro que se calle, que a mí ya no me obedece. Por último, pedirte un favor; a ver si a ti que sabes tanto se te ocurre cómo enlazo Toda la noche en la calle, Días de verano y El blues de la generación perdida en este artículo. Ya no me quedan ni imaginación ni ganas.

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