jueves, 10 de marzo de 2011

Don Manuel y los ERE; vacilón, vacilón.

Hasta hoy no he sabido exactamente cuál es el papel que desempeñaba y desempeña Manuel Chaves en la política nacional. Desconocía qué funciones realizaba en su ministerio, para qué servía su ministerio y por qué tengo que destinar parte de lo que gano en pagarle un sueldo a él y a los que le rodean en ese su sagrado retiro. Pero esto ha cambiado, he averiguado qué hace en realidad (eso sí, para qué sirve lo que hace continúa siendo un misterio caro, muy caro). Está jugando al escondite y a tal efecto le han montado toda una institución inútil y absurda, le han construido un castillo donde guarecerse, donde protegerse de tormentas y temporales, y desde donde pegar, por qué no, algún cañonazo de vez en cuando, sin asomar la cabeza en demasía. En conclusión, Vicepresidente y ministro de lo que sea, con tal de desaparecer del fango.
En la lucha dialéctica que enfrenta al PP con el PSOE, el protagonista de la disputa se ha revelado en forma de ERE sinvergüenza y ladrón, un acueducto por el que se han enriquecido, como diría Torrente, los amiguetes del poder. Los populares van a degüello contra Chaves porque el asunto apesta, y él se defiende como puede, que no es mucho. Y en su defensa, se tropieza con su conciencia y ésta le traiciona. Verán, decir que sólo son 70 los casos que presentan irregularidades, y pretender con esto intentar quitarle importancia al nauseabundo delito, es un acto de soberbia lamentable. Muy chulo y vacilón, el ex presidente andaluz insulta a la inteligencia más común con este no pasa nada, si son cuatro eurillos que se han repartido unos colegas y sus familiares. Suena a un con el dinero hago lo que me da la gana y no se lo tengo que explicar a nadie, que para eso soy el señorito del cortijo. Muy sobrado anda don Manuel complicándose la vida.
Con lo fácil que lo tiene para lucir inmaculado, y no se arranca. Con convencer a Griñán para que permita que el Parlamento andaluz investigue el tomate, y facilitar dicha investigación, sobraría y bastaría para demostrar pureza (ojo, que esto no eximiría a ambos de sus responsabilidades políticas, que haberlas, las hay). Pero nada, que no hay tu tía. No parece percatarse de que al vetar cualquier actuación al respecto, reconoce tácitamente que este pestilente lodo puede salpicar mucho y a muchos.
Resumiendo. Saberse, no se sabe si Griñán y Chaves estaban al corriente, taparon y siguieron autorizando el hurto corsario. Y no se sabe porque los interesados no quieren que se sepa. La actitud de ambos y de su partido, empeñados en enterrar un muerto que está muy vivo, indica que algo está más que podrido en Andalucía

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