El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado a España por haber impuesto una condena "desproporcionada" a Arnaldo Otegi, al que tendrá que indemnizar con 23.000 euros. Ahora es cuando toca ser hipócritas y aceptar resignados una sentencia que pone a parir a España. Ese es un papel que desempeñarán con orden y acierto los responsables políticos del estado, acostumbrados a mentir cada vez que abren la boca.
Pero yo no tengo por qué callarme. Con respeto, con educación y utilizando una expresión reconocida en el diccionario de la lengua, me cisco en la santa madre de los del Tribunal de Estrasburgo. Cada uno de los euros que se va a llevar este enemigo de la sociedad esta bañado en la sangre de las víctimas de ETA, es el dinero más sucio que jamás existirá.
Pero qué le vamos a hacer. Seamos falsos y mostrémonos democráticamente correctos. La Justicia es y debe ser una dama ciega. Todos de acuerdo. Pero de ahí a ser boba y tonta hay mucha distancia. Repito, yo, me cisco.
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