Veréis, tengo un problema. Soy herculano desde que recuerdo, y lo seré siempre. Me gusta el fútbol, el buen fútbol, y por eso no disfruto con mi equipo. No sé lo que pasa, si el asunto está en que los jugadores quieren cargarse a Esteban Vigo, si es el entrenador el que no tiene ni pajolera idea, si es que como no hay un euro se corre menos, si desde la directiva se hacen las cosas lo peor que se puede, si es que hemos tropezado con unos jugadores que no valen para la categoría, si tenemos mala suerte o si definitivamente nuestro lugar jamás será la primera división. Pero, joder, me resisto a rendirme, no quiero creer que esta conjunción de catástrofes vaya a terminar con la ilusión de los muchos alicantinos que llevamos al Hércules muy dentro.
Sé de fútbol lo que cualquiera, incluso menos. Y lo poco que sé me lleva a una única conclusión: Esteban Vigo sobra en el equipo. De acuerdo en que alguno más no tendría que volver a pisar el césped del Rico Pérez, pero hay que intentar salvarse con lo que hay. Luego, ya se despachará a quien sea. Ahora, lo imperativo, lo urgente, es prescindir de un entrenador que ya ha demostrado su incapacidad para guiar al Hércules. El tema es cómo te lo quitas de encima, si hay que pagarle un pastón. Demandarle dignidad para que dimita, es un acto inútil. Así que igual tendremos que hundirnos en la basura de la mano de alguien que ni quiere ni vale ni puede. Vigo es sinónimo de segunda división. Mientras él continúe, no tenemos nada que hacer. Perdón, algo sí, el más espantoso ridículo.
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