sábado, 30 de julio de 2011

Los amigos del FMI y la economía española.

El Fondo Monetario Internacional en su informe anual sobre España vuelve a pedir que se flexibilice el despido con una rebaja de su coste. Y como con eso no ve bastante, debido a que la crisis de la deuda soberana ejerce presión, pide medidas adicionales para reducir el déficit, como elevar el IVA y los impuestos especiales (en particular sobre los carburantes). Y como aún no tiene suficiente, recomienda como imprescindible recortar las inversiones. Y, para postre, para reducir gastos, pues lo de siempre, que los funcionarios cobren menos, que ahí hay un saco de euros bueno para meterle mano cuando se tercie.
Verán, resulta que al organismo internacional le preocupa la situación del mercado laboral, calificando de inaceptable la tasa de paro española. Claro, se les ha ocurrido compararla con la de los socios, y al percatarse de que es más del doble que la media de la zona euro, se les han alterado las meninges. Alguno del FMI no entiende cómo en España no levantamos cabeza al mismo ritmo que el resto. Vale, que la crisis es mundial y afecta a todos, pero aquí parece haberse enquistado. Digo yo que Zapatero y su troupe algo tendrán que ver, pero no, ellos no son los culpables. Se han esforzado mucho para reducir "las rigideces" del mercado laboral.
El motivo radica en nuestros salarios, cobramos una barbaridad, y encima nos lo pulimos en juergas y vino, viciosos, que somos unos viciosos. Mira que nuestro Gobierno se esmera en que nos apliquemos y que utilicemos la cabeza, pero no, bacanales a todas horas. El maldito carácter latino que nos posee y nos obliga a desobedecer a esos santos varones (y hembras) que nos gobiernan.
El organismo pone solución a nuestro desmadre e insiste en un sistema de negociación de los salarios que no dependa de la marcha de la inflación y en una reforma laboral que rebaje a la vez el coste del despido y que eleve la productividad. Así se acabará con el alto paro estructural que acosa la economía española. Si no es así, la competitividad de la economía española está en juego. Vamos, que o se elimina el paro o pediremos el ingreso en el tercer mundo por vía ejecutiva.
Pero todavía tienen más estopa para repartirnos. En el aspecto del ajuste de las cuentas públicas recomienda que se suba de nuevo el IVA y los impuestos especiales, en concreto el de las gasolinas. Como está baratita, pues nada, que suba un poco más, que los bobos de siempre acaban por pagarla. Y el pan. Y la leche. Y el pollo. Y la madre que les parió.
También pide un recorte en las inversiones públicas y del gasto, y ahí hace referencia al recorte en el gasto en sueldos de los funcionarios, que se ha disparado por el aumento del personal público. Esto se puede hacer de dos maneras, según los amigos del organismo internacional. O una reducción en el número o una rebaja adicional directa de sus sueldos. A mí me da que, a no muy tardar, aquellos que prometieron que no iban a haber más recortes, sacarán las tijeras y atacarán miserablemente a los que tienen pillados por el cuello. Es decir, como han sido y son unos inútiles y unos incompetentes, como no han sabido ni han podido dar una a derechas, recurrirán a lo fácil, a lo que controlan, a los sueldos de los funcionarios y, por qué no, las pensiones.
Resumiendo, el FMI no cree que la economía española vuelva a crecer por encima del 2 % hasta, como mínimo, el 2017. Vamos, que nuestro gobierno, para no variar, miente con la bellaquería habitual. Insiste, además, en que la tasa de paro se mantendrá y la inflación se acelerará. Total, para morirse de risa con el futuro que nos plantean y auguran. Y dado que Zapatero y los suyos saben que antes de Navidad van a tener que atracarnos con la indignidad acostumbrada, y no quieren asumir este nuevo fracaso, pues nada, a convocar elecciones anticipadas y que el marrón se lo ventilen los del PP. No son listos los pájaros, que se cagan sobre ti y luego se marchan volando.
Bueno, si continúo con esto, no sé si suicidarme de golpe o esperar un rato para cortarme las venas. El Gobierno del PSOE ha llevado a España al límite, ha destruido el sistema de tal manera que el cartel de irrecuperable le acompañará por los siglos de los siglos, amén. Zapatero, Rubalcaba (ojo con éste, que quiere repetir), y el resto de su banda se han cargado el país. No hay pena suficiente para ellos. Que cada uno juzgue como le apetezca, que el tiempo pondrá a los impresentables en su sitio. Ahora, el 20 N nos toca a nosotros expulsarles de nuestras vidas. A por ellos, oé.

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