Muy señor suyo:
Sin Francisco Camps se ha quedado usted sin el único y manido argumento que justificaba su existencia al frente del PSPV. Ya no le quedan recursos mentales con los que atacar al PP desde su manifiesta incompetencia. Ya no puede utilizar el arma de la presunta corrupción del presidente del PP, navaja multiusos que lleva esgrimiendo hace mucho, pero que mucho tiempo. Ya no tiene nada que decir que tenga el más mínimo sentido. Entonces, y dado que no sé qué pinta usted en el circo político, permítame una reflexión.
Destruido el partido socialista gracias a su ineficacia, y contando con la inestimable colaboración de sus afines y el incuantificable daño originado por la torpeza y/o mala fe del PSOE a nivel nacional, no sé yo las razones por las que continúa su merced al frente del PSPV. Sólo hay que ver los espectaculares resultados que tanto usted como los suyos han recogido en las pasadas elecciones para darse cuenta de que el mejor aliado del PP está en el bando contrario.
Entonces, y entendiendo que en las filas socialistas hay gente cualificada y preparada, con ganas e ilusión, explíqueme, si sabe, el por qué no se largan usted y su equipo y dejan paso a compañeros seguro más capacitados. Ahora que Camps ha dimitido el momento para ofrecer una alternativa lo tiene el PSPV en bandeja. Pero una alternativa seria, y no el compadreo actual.
En consecuencia, y para no extenderme más, creo que usted sobra del panorama político. Hágale un favor a su partido y desparezca. Descanse usted en paz, hombre (si es que está cansado).
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