miércoles, 13 de julio de 2011

Teddy Bautista y Los músicos de Bremen

Todo indica a que a Bautista, el recaudador de la SGAE, le han pillado con las manos en la masa. Parece que con los 250.000 de sueldo no le llegaba al insigne músico y había que montarse el negocio por otro lado, mareando la pasta para que, entre vuelta y vuelta, algún doblón se despistara y cayese casualmente en su poder. Y eso que las cuentas no tendrían por qué ir mal. Bodas, bautizos, comuniones, conciertos benéficos, peluquerías, Fuente Ovejuna, Zalamea de la Serena, la ducha de tu casa, el canon digital, las descargas de internet, el himno de la Legión y la marcha de Riego daban para vivir, seguro. Donde oliera a euros frescos, el bueno de Teddy allá que sacaba el cuchillo y a untarse la tostada, faltaría más. Mucho dinero que manejar, mucho billete como para dejarlo escapar, ¿verdad? Ya se sabe; custodiar un cofre contrae ciertos riesgos cuando el que tiene la llave es más pirata que aquellos a los que dice perseguir (derechos de autor al Corsario Negro).
Sea como sea, ya tarda la nueva directiva en cobrarle un pastón al saliente Bautista pues ha plagiado y plagia una obra cuya autoría no ostenta en sus escasos méritos. A saber. Está fusilando “Los músicos de Bremen” desde hace tiempo. Ha sido gato pues se supo mover para controlar la sociedad de autores. Perro, ya que se acomodó y dejó la puerta abierta para, supuestamente, gestionar con torpeza y/o llevárselo calentito. Gallo, gallito, de chulo y prepotente sabiéndose protegido por el de la ceja. Y burro, muy burro por creerse que la impunidad adquirida por la posición otorgada merced a política y políticos de medio pelo le iba a librar de rendir cuentas. Los cuatro animales condensados en uno solo. Cuatro músicos de un cuento magistral para un músico cuentista más malo que la quina, que vale, que habrá a quien le guste, que sobre gustos no hay nada escrito, pero a mí me revuelve el estómago .Así que, todos moros o todos cristianos, que acoquine a los herederos de los hermanos Grimm, que fueron los que se curraron la historia.
Resumiéndote las cosas, Teddy: si tocas la trompeta, tará tará tareta, si es el clarinete, teré teré terete, si es el violín, tirí, tirí, tirí y si te llevas el dinero, a pudrirte en el talego. ¡Ojo! Todo con la presunción de inocencia que tú nos ha negado cobrándonos el canon digital.

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