Estoy emocionado a la par que esperanzado por las palabras de José Luis Rodríguez Zapatero en su décimo aniversario al frente del PSOE. Verlo rodeado de sus íntimos, homenajeado con cariño por los que le arropan, hace que lagrimones como camiones broten de mis ojos. El sentimiento que me provoca la figura del presidente del gobierno ahí, en su púlpito, exponiendo lo bien que ha hecho, hace y hará las cosas es indescriptible. No se cómo expresar la mezcla de estupefacción, enojo, risa y lástima que me invade.
Sería injusto valorar negativamente los avances de su primera legislatura, sobre todo en materia social. El estado de las arcas públicas permitía ciertas y, en ocasiones, acertadas medidas de gran importancia y calado para la sociedad. Y así fueron recibidas y asumidas hasta que el dinero se acabó. Entonces, consecuentemente, calibrar como positiva la evolución de su gobierno y, por ende, de toda España, durante su segunda etapa es una temeridad, a la vez que una absoluta mentira. La caída de la economía mundial arrastró, como no podía ser de otra manera, a la española, afectándole con mayor virulencia por las características propias. En resumen, grosso modo, nos pilló sin un euro con el que cubrirnos los riñones. El domingo 18 de julio, Manuel Chaves nos reñía por que, según él, nos creíamos que los recursos del Estado eran ilimitados. Creo que los que consideraron esto así fueron ellos que no supieron nadar y guardar la ropa, puliéndose lo que había y algo más.
Tengo la sensación de que nuestro presidente ya miente por costumbre, pero no me sorprende: ya estoy habituado a escuchar sus fantasías pasadas y futuras. Pero también, leyendo entre líneas, parece extraerse una conclusión. El tono y contenido de su discurso suena a un hasta luego, aquí os quedáis, os dejo mi legado y os hago un guiño para que sepáis quién debe sucederme, mi gran amigo Pepe Bono.
Por último, otra frase lapidaria: “Estamos mejor de lo que parece y lo vais a vivir” Yo no, que me marcho. Vosotros sí, que sois parte de mi herencia para la historia. Aquí le doy la razón, pero matizándole. No se refiere al conjunto de la sociedad. Va dirigido a su cuadrilla, que sí está mejor de lo que parece y no es que lo vaya a vivir, no. Es que esta casta política ya vive como Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario