¿De verdad saben la que han liado? ¿Son conscientes del quebranto económico que han provocado? Han perdido cualquier razón que pudieran tener en sus reivindicaciones sometiendo al país a un chantaje y perjudicando gravísimamente a miles de personas, desde taxistas hasta empresarios hoteleros, pasando por el vendedor de periódicos, la cajera del súper y por el que toca el piano por las tardes en la cafetería del paseo. Han hecho daño, mucho daño: España acentúa su imagen de estado bananero.
Son trabajadores salarialmente privilegiados que creen defender en lógica sus derechos, pero que no pueden bajo ningún concepto crear este desastre por no aceptar como computables bajas y descansos, privilegios con los que el trabajo real se cobra como extraordinario y se paga como efectuado el no realizado. No se discute su preparación ni su cualificación, lo que se discute es su falta de vergüenza, su descaro y la perversidad de su posición, ya preparada con anterioridad (que la movida no es espontánea).
Con su incalificable actitud van a conseguir sólo tres cosas: en un primer lugar, que se tenga que militarizar el espacio aéreo (impensable en un estado democrático). En segundo lugar, que todo el mundo esté de acuerdo en la posición tomada por el Gobierno, cosa harto complicada tal y como van las cosas en España. Y, en último lugar, que muchos van a perder el trabajo y pueden dar con los huesos en la cárcel.
Otra cosa es el fondo político del asunto, si la situación se ha tratado con la rapidez y la anticipación debida, si detrás de todo está un incumplimiento de acuerdos previos y si todo lo ocurrido se debe a la acostumbrada improvisación del ejecutivo Zapatero. Eso vendrá después. Ahora el problema es distinto y colosal. La ruina ocasionada se suma a la ya instalada, y va a generar que aquéllos que en un futuro lejano pensaban venir a España a dejarse su dinero, se lo planteen y prefieran irse a cualquier otro destino que le ofrezca más fiabilidad.
El ejército les va a obligar a cumplir con su trabajo y la justicia les va a obligar a responder por los daños causados. Y yo lo veo justo. Justo y necesario. Cualquier lucha por los derechos propios en democracia es lícita, pero hay que guardar formas y respetar libertades y derechos ajenos. No son maneras de actuar.
"Ejemplo de control social y manipulación mediática utilizando el conflicto de los controladores aéreos por parte del Gobierno de Zapatero"
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