El problema de Mourinho no es otro que la mala interpretación que la ladina prensa hace de sus palabras. El sábado se despachó con una fábula maravillosa sobre perros y gatos, digna de Samaniego. Claro, en este país somos muy tontos y, o no entendemos porque no llegamos a más, o no queremos entender, pues lo que buscamos con ansia es sacar noticias de donde no las hay y, ya que estamos, demonizar al sujeto manifestante. El entrenador del Real Madrid, hábil a la par que siniestro en el uso del lenguaje, es un fértil manantial cada vez que abre la boca y se adorna de tal manera, que lo que dice es rico en interpretaciones. En consecuencia, es labor del periodista analizar lo expresado, digerirlo e intentar traducirlo, sabedor de que nunca acertará. Forma parte del circo del fútbol, y hay que reconocerle al enigmático orador que su doble intención divierte y da mucho juego. Pero, hallándose en España, quizás debería aprender a comunicar con mayor claridad su doctrina y explicar con nitidez las decisiones que crea oportuno compartir. Vamos, igual que hacen el resto de personajes públicos españoles.
Y sino, que aprenda, por poner un ejemplo, de la Ministra de Sanidad, Leire Pajín, que, mostrando su exquisita educación y la justicia de su proceder, ante el requerimiento de una senadora del PP sobre la contratación de una buena amiga suya como Directora del Plan Nacional sobre Drogas, contestó con un contundente “ Sólo faltaría que la ministra no pueda nombrar a quien le salga de los cojones”. Desde luego, claridad y nitidez no le falta a Leire. Ni desfachatez ni descaro ni chulería. Lo que si que no asoma por ningún lado es la vergüenza, la seriedad, la responsabilidad, el saber estar y el saber comportarse. Me gustaría decirle a Leire que las gónadas masculinas no tienen nada que ver con el hecho de colocar a una auxiliar administrativa en un cargo al que deben acceder personas con mayor formación académica (bueno, ella es ministra sin terminar sociología, pero se ve que para su ocupación no hacen falta conocimientos). Si así se lo dijese, igual me tacharía de machista, por utilizar términos sexistas en referencia a la capacidad y a la valentía (vamos, lo que ha hecho ella). Así que, se lo comunicaré de otra forma. Verá usted. En España, terminando 2010, con más de medio país en la ruina, con un gobierno desorientado e inepto, con unas perspectivas económicas negras como el carbón, con la tasa de paro más alta de Europa y con la esperanza arrastrándose miserablemente por el suelo de la incertidumbre y el abatimiento, sin confianza ni fe en un futuro mejor, hacer las cosas desde el soberano Gobierno del Estado “por cojones” y encima reconocerlo es, como mínimo, una absoluta falta de respeto, un insulto soez y vulgar dirigido con prepotencia a todos, absolutamente todos los que sufrimos la inutilidad y los caprichosos despropósitos del ejecutivo al que usted, para la desgracia general, pertenece. Estimada Leire Pajín. Déjenos en paz ya de una vez y márchese a su feudo, que con lo que ya ha ganado y con lo que le queda para los restos hay para hacer y deshacer lo que le apetezca, pero en su casa, no en la de los españoles.
No quiero alargarme más. Se me descompone el estómago. Prefiero reírme con Mourinho, por muy mal que pueda caer el personaje, antes que continuar llorando por culpa de Leire Pajín, a la que no soporto. Manías personales, ¿verdad?
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